16.1 NOSOTROS

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Cuatro meses habían pasado desde entonces, y en todo ese tiempo habían acontecido muchas cosas. Bucky se había enterado de que el socio del Sr Barkum era nada más ni nada menos que Tony Stark; cuando el exsoldado vio al genio sentado en su oficina el día en que dio inicio su trabajo en la fábrica, creyó que todo aquello era una broma, pero después de que el multimillonario le explicara la situación y atara cabos, todo cobró sentido; con ese hecho llegó otro, ahora el ojiazul ya no podía poner excusas para no vivir en la torre, fue convencido por todos los habitantes de esta, de que se quedara a vivir ahí, y al final aceptó; habían planeado una fiesta de bienvenida para él, pero como no todos podían coincidir, se había estado posponiendo hasta que todos pudieran reunirse, aquello no le había causado conflicto al ojiazul, él siempre había sido de la idea de que mientras más, mejor.

El concurso del MIT ocurrió a mediados de Agosto, todos los alumnos seleccionados presentaron sus proyectos, Peter participó en el de Ciencias, una verdadera sorpresa pues no había dicho algo al respecto y Shuri en el de Ingeniería; al final ambos quedaron como los vencedores, nadie pudo quitar la sonrisa de orgullo de Stark y de todos los vengadores que se presentaron al evento, ese mismo día Michel había felicitado a la Princesa por su logro y habían vuelto a ser amigos, Shuri no cabía en sí de felicidad; pronto las clases terminarían, pero los dos jóvenes prodigios ya podían darse por graduados, aun así, el haber ganado el concurso no los eximía y debían seguir yendo el tiempo que restaba a las clases para concluir sus ciclo escolar como todos los demás, los vengadores decidieron hacer una fiesta enorme por motivo de su victoria y con ella también le dieron la bienvenida al exsoldado.

Cuando el ciclo escolar se dio por terminado, todos en la torre hablaron con él joven arácnido, ya que sus dos años de estadía en la torre como pasante de Stark concluirían pronto, aunque todos le habían dicho que se quedara, él declinó, volvería a Queens con su tía, no estaba tan lejos, así que podría visitarlos cuando quisiera, aquello había calmado un poco el corazón de la Princesa quien no había podido evitar soltar lágrimas al enterarse del hecho y, al igual que todos en la torre, se resignó a que el joven solo fuera de vez en cuando a visitarlos.

Junto con el fin de clases, vinieron las citas, Shuri, convencida por Dayana, había empezado a ir a citas grupales, aunque al principio no le habían llamado mucho la atención, les fue agarrando el gusto, porque no tenía que verse obligada a salir con un chico a solas, en cambio podía hablar con todos los que se encontraran ahí y si alguno le gustaba, cosa que rara vez ocurría, podría pedirle su número y salir solos. Aquello solo había ocurrido dos veces en los últimos dos meses, y en cada una de sus citas a solas, los jóvenes la habían besado, con aquello Shuri comprobó que ni uno de ellos al igual que Michel la hizo sentir diferente, de verdad que se había preocupado, ¿Es que acaso de verdad había algo mal con ella que no podía interesarse por otros chicos?, pero, todas esas dudas menguaron cuando en su tercer intento, el atractivo joven de piel canela que era su cita, la besó, había sido un poco diferente a las veces anteriores, lo suficientemente diferente como para tener una segunda cita, pero, no una tercera, desde entonces no había vuelto a salir en más citas.

Por su parte Bucky, después de adaptarse a su rutina de trabajo y hacerse de nuevos conocidos en la fábrica, empezó a salir con chicas esporádicamente o eso solo al inicio, pues ya ni una le interesaba lo suficiente como lo hacía su Princesa, cuando se enteraba de las citas en las que ella salía, le hervía la sangre, pero como siempre, dejaba pasar todo aquello, si eso era lo que ella quería él no podía hacer nada, aunque algunas veces quisiera gritar a los cuatro vientos que estaba enamorado de ella y que no quería que nadie más la mirara.

En fin, su relación no había cambiado mucho, intentaban pasar todo el tiempo que pudieran en compañía del otro, era más bien una necesidad, algunas veces, Bucky había ido a buscarla al MIT para pasar tiempo de calidad, cuando por alguna u otra razón Stark decidía darles el día libre a todos en la fábrica, cosa que aprovechaba para ir a verla, paseaban en auto, hablaban casi todas las noches y miraban las estrellas en la terraza de la torre. Así habían estado todos esos meses. Para todos en la torre era ya más que evidente que aquellos dos estaban colados el uno por el otro, lo notaron desde que los celos se hicieron presentes en ambos cuando alguien les mencionaba a las citas del otro, pero, como era ambos tan cabezotas y se negaban a ver lo obvio, no podían decir nada.

SHURI AND THE WHITE WOLF - EN EDICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora