La propuesta

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—Tyler, tienes que tomar una decisión ya.

—No puedo Marcus, simplemente no puedo.

—Tyler, tu en el fondo no quieres esto, si lo quisieras no tendrías dudas.

—No tenía dudas hasta que ella volvió— me recargo en la ventana de la habitación— la amo Marcus, la amo como nunca he amado, pero no puedo hacer esto.

—Entonces... ¿estas seguro que hoy quieres pedirle matrimonio a Tamara?— me giro y lo observo.

—Si— respondo con decisión.

—Entonces alejate de Bree, deja de lastimarla, de hacerle mal. Ya tomaste tu decisión, ahora te atienes a las consecuencias.

—Lo dices como si fuera la perdición.

—Es la perdición, yo perdí al amor por culpa de la ambición, y veeme ahora, sólo intentando llenar un vacío que quedó desde que la dejé ir, ahora es feliz con alguien más, y me arrepiento, era la mujer perfecta, ahora otro hombre se lo dice.

Me imaginó a Bree entre los brazos de alguien más y no puedo, simplemente se ve tan difícil.

—Lo haré entonces, no quiero lastimarla más.

Algo en el pecho me duele e intento ignorarlo. Saber que estoy a horas de renunciar a mi amor por Bree, duele de una manera inexplicable.

—Que así sea— me observa triste Marcus— sólo no lo olvides Tyler, que ella ya no vuelve una tercera vez.

Dicho esto sale de mi habitación y yo me quedo ahí, sin pensamiento fijo.
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Me ducho e intento alargar el tiempo, esperando una llamada de cancelación o cualquier cosa que me impida hacer esto, pero no es así. Salgo de la ducha y me visto con un traje negro, y una camiseta blanca. Me observo al espejo para ponerme el reloj y luego hacer el nudo de mi corbata. Imagino como sería tener a Bree frente a mi en este momento, y de seguro estaría necia por hacerme el nudo de la corbata para después pegarla a mi y besarla. Una sonrisa triste se me separa y me apresuro a hacer lo mío para mantenerme distraído.

Tomo otra avenida para llegar al restaurante a tiempo, maldito tráfico.
En cuanto llego, estaciono el auto y me adentro. Un trabajador del lugar me dirije a la mesa y acomodó mi saco con el estómago hecho un nudo.

-Disculpen la tardanza- les digo a todos los presentes y observo sobre todo a Tamara.

-No hay cuidado- escucho decir al señor Mitcher- ahora, es mejor que tomemos asiento.

Me siento a un lado de Tamara y no, esto no puede estar pasando.
Observo a una elegante Bree frente a mi, ¿por qué nadie me dijo qué ella vendría?. No puedo hacer esto, no frente a ella. Sería como una dolorosa burla, y lo que menos quier es verla mal.

—Si, gracias por preocuparte amor, estoy excelente— escucho a Tamara y la observo.

—Lo siento Tamara, estoy un tanto conmocionado.

—¿Conmocionado?, ¿por quién?, ¿por ella acaso?.

—Tamara no aquí, por favor.— pido a lo bajo.

—Oh claro, ahora quieres evadir el tema.

—No es eso Tamara, sólo que te conozco, y se lo que estas pensando.

—No quiero que la vuelvas a ver Tyler, o me largo de aquí— advierte y asiento.

Las palabras de Marcus taladrean mi cabeza, en la peor de las formas. ¿Tendrá razón?.
Observo a Tamara hablar con su padre y no, no siento ni pienso nada al respecto. Sin embargo, las cosas cambian cuando observo a Bree distraída, pero tan concentrada en la charla que su jefe tiene con mi padre. Se ve deslumbrante, siempre lo ha hecho.

Dejo a Bree a un lado e inició a charlar con Tamara de una junta que tienen programada en México, y de sus ansiadas ganas por ir.

Veo la hora y siento los minutos cortos, una completa tortura más cuando no puedo hablar con Bree, reír con ella de cualquier cosa y  tampoco mirarla.

Mi padre me da una mirada fugaz señalando mi reloj, y veo la hora, perfecto, la cena ya esta por terminar y tengo que hacerlo, pero ¿cómo hacerlo frente a Bree?, no puedo.

Mi padre me da miradas fugaces para presionarme y quiero tomar a Bree de la mano y sacarla de este lugar, huir, sin embargo hago todo lo contrario.

Me pongo de pié y carraspeo la garganta para que todos guarden silencio. Siento mis manos sudar y no necesariamente por Tamara, sino por la chica castaña que me observa pero a quien no puedo observar, de lo contrario miro a Tamara y a mi padre. No podría verte Bree, no con lo que estoy por hacer.

-Disculpen por interrumpir la charla, pero se que si no lo hago ahora, más tarde no lo haré, no con la misma seguridad que ahora- inició a hablar lleno de nervios- con todos los presentes en esta cena, como testigos, quiero dar el primer paso, para lograr la unión definitiva, con una de las personas más especiales que la vida me concedió tener- saco la pequeña caja de tercipelo negro con el anillo dentro y todos estan boquiabiertos, yo sólo puedo sentirme mal, se que Bree esta siendo lastimada, por mi culpa, pero ya no puedo retroceder- quiero saber, si tu, Tamara Houston, ¿quieres ser mi esposa?.

-Claro que acepto- me abraza y yo deslizó el anillo por su dedo.

No, no me siento feliz, me siento como una mierda, como si estuviese haciendo algo pecador, algo que merece sentencia.
Todos en el lugar aplauden y finjo una sonrisa, no quiero verla, no tengo las agallas para hacerlo. Perdón Bree.

-Con permiso- la escucho decir con la voz ahogada, la veo y ya me da la espalda mientras sale a toda prisa del lugar...
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Se que he subido muchos capítulos, pero quiero ponerme al corriente con Todo por tu amor, sin embargo, disculpenme, pero estoy cerrada completamente, tengo muchas cosas en la cabeza, mi ansiedad cada vez es peor, y estoy bloqueada, simplemente ni una idea. Les pido un poco de tiempo, de verdad no me hes fácil escribir así, y si quiero entregarles algo que valga la pena leer, necesito estar un poco mejor.
Espero y lo entiendan, nos vemos la siguiente semana.

Todo por recuperarte *|||ADJ#3|||*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora