Todo por recuperarte *|||ADJ#3|||*

Estoy listo

Este es un capítulo exclusivo y especial de TODO POR RECUPERARTE, espero y lo disfruten tanto como yo lo hago escribiendolo.
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—Tyler, ¿hablas enserio?.

—Si Marcus, quiero hacerlo.

—Mierda Tyler— se tira en el sofá perplejo— y... ¿Cómo o cuándo?.

—En el partido inicial de la temporada, ya lo tengo todo planeado, su família vendrá al partido, ya hablé con los arbitros respecto a lo que tengo planeado hacer, y estan de acuerdo, sólo me hace falta un perro entrenado y lo que el tendrá en su nariz.

—No te estoy entendiendo nada.

—Ese día lo sabrás Marcus, ahora, vamos a comprar lo más importante para todo esto, porque si Bree llega no sabría que decirle.

—Y... Con su padre, ¿ya hablaste?.

—Si, antes de volver a acá tuve esa pesada charla.

Asiente aún perplejo y nos montamos en mi choche e inició a conducir.

—Tyler ya van siete tiendas, ¿cuándo te vas a decidir?.

—Si es necesario recorrer toda la ciudad lo haré.— observo las joyas frente a mi, protegidas por el cristal.

—Eres más insoportable enamorado.

—Lo tengo— musito ignorandolo, se acerca a mi y ve lo mismo que yo.

—¿Hablas enserio?— asiento sonriente— con esa madre me compro otra casa, o una esposa.

—¿Ya saben lo qué va a pedir?— pregunta la chica trabajadora de aquí, la misma que tiene desde que entre al lugar observandome y hablando a lo bajo con las demás.

—Quiero este— lo señaló y me observa perpleja.

—Es muy caro, ¿no creé?.

—No pregunté que le parecía el precio— respondo tajante— y por favor, que se vea lo más presentable posible.

—Si señor.

Pago y nos quedamos unos minutos esperando la compra.

—Aquí tiene— me lo entregan en una pequeña bolsa y tiemblo de la emoción y nervios.

—¿Qué crees qué diga?, ¿le gustará?— pregunto nervioso a Marcus quien esta sumido en su teléfono— joder Marcus, estoy temblando.

—Listo— lo observo confundido— ya te conseguí al perro entrenado.

—Ni tan siquiera sabes que quiero hacer.

—Tyler, hermano— pone su mano en mi hombro— te conozco mejor que a mis huevos, y eso que los he explorado muy bien.

—Quítame las manos de encima, asqueroso.

Entre risas nos montamos en mi auto y volvemos a casa.
Escenas de Bree y su respuesta me invaden el nudo en mi estomagotómago duele de los nervios.

Llegamos a casa y me dirijo a la cocina por agua.

—Hola joven Tyler.

—Hola Susana— tomo un sorbo de la botella mientras dejo la bolsa con la sorpresa sobre la mesa. La examina curiosa y luego me observa.

—¿Y eso?.

—Saca lo de dentro— indico y lo hace curiosa. Se queda boquiabierta cuando ve de que se trata.

—Tyler dime que esto es broma.

—Eso nunca.— respondo sonriente.

Grita exageradamente y Miguel entra corriendo con Marcus detrás.

—¿Están bien?— pregunta Miguel cuando me ve intentar desaturdir mis oídos.

—¡TYLER LO HARÁ!— grita Susana y le muestra de que se trata— ¡MI TYLER SE VA A CASAR!.

Se va corriendo hasta afuera, habré la puerta y lo grita.

—¡TYLER SE VA A CASAR Y NO ES CON UNA ZORRA!, ¡ÉL SE VA A CASAR!.

Rio y Susana vuelve a mi estampandose conmigo en un abrazo.

—Muchas felicidades Tyler— la abrazo con más fuerza.

—Gracias Susana.

Se separa de mi y Miguel también me abraza.

—Éxito en esta nueva etapa Tyler.

—Gracias Miguel.

—Aún que debo admitir que es muy difícil— musita y Susana en cuestión de segundos le estampa un cucharaso en la espalda— es broma, amor.

Se intenta acercar a ella, pero Susana se aleja.

—Quítate, quiero ver el anillo no me distraigas.

Susana sigue viendo el anillo y chilla de la emoción. Estamos igual Susana. A excepción de que las ansias y los nervios me cosnumen.

—¿Tu estabas nervioso cuando se lo pediste?— le pregunto a Miguel.

—No, de hecho...

—Mentiroso— interfiere Susana acercandose a nosotros— tenía diarrea de tan nervioso, en vez de ir a cenar a algún lugar, tuvimos que hacerlo en su casa, y a cada momento ibas al baño.

—Entonces... ¿Te compro pañales Tyler?— pregunta divertido Marcus recargandose en mi. Le doy un codazo y este se retuerce— ¿ese fue un no?.

—Tu si sabes— le giño el ojo y nos tiramos a la carcajada por las caras que Marcus.

Salgo de casa y voy a donde mi padre a mostrarle lo planeado. El sabía perfectamente de esto, de hecho, me esta ayudando.

—Lo tengo— entro sin previo aviso y le muestro el anillo.

—Muchas felicidades hijo— me abraza entusiasmado.

—Estoy que me tragan los nervios.

—Es normal, me paso lo mismo con tu madre— musita con un tanto de melancolía. Ninguno de los dos a sabido algo de ella, luego de que se fue de casa por vergüenza y deshonra.

—Temo a su respuesta.

—Te dirá que si, ya lo verás.

Nos quedamos viendo el anillo.
Nunca me imaginé que pedir matrimonio se sentiría así. Si, lo hice una vez, pero fue por obligación, esta vez, la diferencia es que lo hago por amor...