Todo por recuperarte *|||ADJ#3|||*

Inicio de temporada

Luego de hacer un par de llamadas respecto a lo preparado, y hablar con mi padre para que le de el día a Bree y así este relajada, mientras Bree duerme, por fin me incorporo en la habitación con mi chica.

-Mañana será un buen día, pequeña- musito a lo bajo para después darle un beso y caer dormido a su lado.

La claridad de la luz que entra por la ventana quema mis pupilas y tengo que parpadear variedad de veces para acostumbrarme a esta.
Cuando lo hago, lo primero que veo es una hermosa castaña contra luz. La examinó con cuidado y decir que se ve angelical y hermosa es poco.

Luego de unos largos minutos presenciandola, sus pestañas inician a baterse y se que esta por despertar. Sus marrones ojos se encuentran con los míos y me fascina cada vez más los aspectos y detalles que la conforman, así este despeinada, e inchada, se ve fantastica.

Me regala una sonrisa adormilada y mi corazón se vuelve loco.

-Buenos días, bonita- la saludo.

-Buenos días, bonito- se mofa y no puedo evitar sonreír.

La pego a mi de costumbre y luego de unos cuantos minutos de caricias y piernas entrelazadas bajamos a desayunar.

-Buenos dias Susana- saludo sonriente.

-Buenos días joven Tyler- me devuelve la sonrisa y observa a mi chica, desde que bree reapareció en mi vida las sonrisas son inebitables en mi, y con ella dentro de esta casa, es aún mejor.- buenos días a ti también niña Bree.

-Hola Susana.

-Su desayuno ya esta servido lo único que me falta es su café joven Tyler.

Le resto importancia mientras veo a Bree acercar platos para ayudar a Susana. Me gusta como Bree se ve dentro de la cocina mientras preparamos nuestros cafés. Pues el lugar toma luz con sus carcajadas, con su presencia.

-Muchas gracias Bree.

-No hay de que Susana.

Pasa por delante mío coqueteandome y no pierdo la oportunidad para darle un agarron.

Niega mientras nos observamos divertidos.

Después de terminsr de desayunar, avisarle a Bree que no irá a trabajar "porque no quiero", y de arreglarnos, conduzco en dirección al centro comercial a surtir la despensa, cosa que hace años no hacía pues por lo regular Susana era la encargada de ello, sin embargo tener a Bree conmigo me ha hecho querer hacer cosas que antes no.

Bree se va a la sección de lacteos y aprovecho para surtir de gusgerias, conntantas noches de película y asaltos a la cocina, la alacena a quedado vacía.

-¿Natural o de frutas?- la escucho mientras saco las natillas de chocolate que puedo- Tyler.

Me vuelve a llamar y la observo con un par de yogures en sus manos.

-¿Mande?- pongo las natillas en el carrito de compras.

-¿Te vas a comer eso?- pregunta observando las natillas, y no, no sólo yo me lo comeré. Tal vez yo sólo pruebe dos o tres y ella el resto.

-Nos vamos a comer esto- corrigo. Vuelvo a observar los yogures y se me hace absurdo que se ponga a escoger podiendo llevar hasta 5 o más- y llévate ambos, después se te antoja otra cosa y ya no tienes que escojer.

Sigo con mi labor pero ahora con las gaseosas, cosa que no puede faltar, antes porque tenía reuniones con los del equipo, ahora por todas aquellas tardes, noches o mañanas de películas con mi chica. Si, soy un mandilon pero no me importa.

-Tyler ¿no crees que son muchas gusgueras?.

Las examino pensando en ello y no.

-Ne- continuó con la selección de mis gusgueras.

-Tyler esta vez te pasaste- musita Bree observando la gran montaña que se hizo de las compras mientras las metemos en el auto.

-Tu eres difícil de engordar.

-¿Entonces esto es para mi?.

-Si, quiero ponerte rellenita, con este inició de temporada y con varios alcones queriendote cazar, tengo que buscar alternativas de evitarlos- explico divertido.

-Por Dios, Tyler.

-Es con amor- le doy un beso corto y terminamos de meter todo.

Llegamos a casa y luego de un par de horas, Bree esta frente a mi con una bonita playera que hace juego con la mía, la cual le obsequie hace unos momentos. Estoy terminando de alistarme y los nervios vuelven a invadirme.

-¿Casco?- pregunta asesorandose de que todo este dentro mientras aplica rimel en sus pestañas.

-Listo

-¿Equipo?

-Listo- ¿y el anilo?, listo. ¿Y yo?, nervioso completamente.

-¿Tachos?- pregunta y salgo de mis pensamientos.

-Lis.... Buena esa, amor- mierda, estiy tan centrado en la propuesta que aquello que me pondré en los pies se me olvida.

-Estoy lista- la observo y se ve perfecta.

-Vamonos- mascullo en cuanto termino de abrochar mis tenis.

Salimoa de la habitación y me sersioro de recordar haber metido el anillo y tener todo listo, cosa que es así.

<<Tranquilo Tyler>>

-Te miras muy bien en ese traje, señor amargado- puedes quitarmelo cuando lleguemos si quieres.

-Y pensar que todo esto lo ven miles de chicas- me observa fulminante y río- vamonos ya.

Conduzco hasta llegar al campo y tiemblo cuando lo veo. Mis nervios estan de punta y mi corazón no ha dejado de latir con fuerza desde esta mañana.

Entro a los vestidores y termino de ponerme lo necesario. Le recuerdo a los jugadores lo que tienen que hacer y con un judo en el estómago por fin salimos a calentar.

-Esta todo listo Tyler- se acerca a mi uno de mis entrenadores técnicos mientras calentamos. Observo a Bree de lejos con el perro en sus pies- recuerda que es un chiflido y el vendrá a ti.

Asiento intentando tomsr respiraciones largas para tranquilizarme.

El partido inicia y no puedo, tengo mi cabeza en ella y sólo en ella. Mi cuerpo entero tiembla, y mis piernas no quieren reaccionar. Mis manos sudan extremadamente y mi corazón agitado le da inestabilidad a mi respiración.

Nos posicionamos y no puedo creer que ya sea la hora. El centro me sonríe al verme nervioso y lo hago. Chiflo para señalar el "saqué", lanzó el balón y a los pocos segundos el perro esta a mis pies. Lo acarició y saco discretamente el anillo de la bolsa de mis mayas.

Los árbitros paran la jugada y mi mundo hace lo mismo. Toman al perro y corro fuera del campo y fuera de la visión de Bree, quien recibe al perro.

Voy a las gradas y tomo el ramo de rosas. Todos gritan al ver tal acción. Le doy la señal a las personas especiales para que me acompañen a entrar al campo.
El perro me ve y viene a mi. Los árbitros caminan en dirección a ella encantados, mis jugadores golpean su casco mientras se acercan a ella sonrientes y emocionados. Me posiciono detrás de ella y mi mundo desaparece cuando su mirada atrapa la mía...