La flama

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Luego de pedirle más disculpas a Bree y que ella de buen corazón me disculpara, el sueño le ganó y se quedó dormida mientras me abraza.

La alejo un poco de mi para poderla apreciar mejor y las palabras de mi padre vuelven a llegar a mi junto con muchas dudas. Yo sabía que en el matrimonio se darían problemas como en toda relación, pero nunca me imaginé que estos podían verse reflejados en miedo, miedo que se que Bree sintió.

Pasó la yema de mis dedos por su rostro angelical mientras disfruto de la gloria de sus facciones, no se cuantas veces e dicho y pensado que está mujer es preciosa, en cualquiera de sus ángulos, o facetas, tiene sus defectos, si, ¿pero cómo darte cuenta de estos cuando su belleza es más resaltante?.

Luego de varios minutos el sueño me gana y pego nuevamente a Bree a mi, dejando al sueño abundarme mientras me arrullo con el olor y calor de mi chica.

Escucho a los bebés llorar y me despierto de inmediato. La luz del sol me encandila y tengo que parpadear varias veces para acostumbrarme a la luz. Veo como Bree se remueve un poco y salgo de la cama lo antes posible para no despertarla. Llegó hasta donde los pequeños y tomo a cada uno en uno de mis brazos.

Esto parece más sencillo cuando veo a Bree hacerlo. Después de largos minutos de buscar la forma de acomodarnos, por fin los tengo conmigo arrullandolos mientras estoy y sentado en una merecedora.

Gan parecido a...

-Un abuelo- se mofa una hinchada y despeinada Bree, quien viene hacia mi descansa- eso pareces

-Ja ja ja, que grasiosa- la observo venir a mi hasta inclinarse un poco y besarme con ternura.- buenos días.

La observo con admiración arreglar su cabello para después estirar los brazos y pedir a uno de los pequeños.

-Buenos días- contesta con la voz aún adormilada. Veo como toma a uno de los pequeños y lo arrulla mientras va de un lado a otro de la habitación. Se queda frente s la ventana y me da el mejor de los espectáculos. La luz respondece en el contorno de ambos y hoy más que nunca me siento bendecido. Lo tengo todo, tengo a una mujer hermana e inigualable a mi lado, tengo a dos pequeños que me traen una felicidad inigualable, en total, tengo amor, una familia, y consigo felicidad.

-¿En qué piensas?- pregunta Bree luego de dejar al pequeño ya dormido en la cuna, y de quitarme al que yo tenía para hacer lo mismo. Se siente sobre mis piernas, rodea mi rostro con sus suaves manos y me planta un beso en los labios.

-En ti, en lo precisosa que te ves hoy- el color sube a sus mejillas y muchos recuerdos vienen a mi mente- en nuestra familia, y ello mucho que agradezco tener lo que tengo ahora.

-¿A si?- pregunta traviesa mientras hace círculos en mi pecho desnudo. La fuerza a subir la vista y la tentación es evidente en sus pupilas.

Atacó sus labios sin más preámbulos permitiéndole disfrutar de lo bien que se sienten nuestras bocas unidas, nuestras lenguas chocando, y nuestros labios siendo mordidos.

Me levanto con Bree encima, y la cargó hasta llegar a nuestra habitación. En cuanto llegamos, me vuelvo a sentar de la misma forma con ella encima y parece no estar incomoda, mucho menos yo.

Despegó mis labios de los suyos e inició  hacer un camino de besos desde su boca, a su mejilla, luego a su oído y cuello, bajo poco a poco. Me detengo a ver como expone sus hombros cuando remueve un poco su camisa y me permite ver su piel desnuda. Beso esas soñar hasta llegar a sus pechos, me detengo para observarla y disfrutar de como pide más.

-Te ves preciosa- confieso. Me da una tierna sonrisa para luego ser ella quien me besa. Me tira a la cama pasándose sobre mi, moviendo sus caderas de adelante hacia atrás con lentitud haciéndome perder la cordura. La preciono contra mi erección y siento el placer vibrar cuando un tenue gemido se le escapa.

La posicionó debajo de mi. Vuelvo a besar sus cuello esta vez llegando a sus pechos y pezones, para masajearlos y besarlos.

El cuerpo de Bree me exige más mientras ella goza de lo sucedido. Y yo éxigo lo mismo.

Siento el pantalón lastimarme y sin perder más tiempo me lo quito junto con mis no seré quedando al desnudo, y ganándome una mirada traviesa por parte de mi chica.

Tomo las manos de Bree y las pongo sobre su cabeza, sujetandolas conn una de mis manos, con mi mano libre bajo a su intimidad y quitándole las bragas, meto mis dedos ahí dentro para iniciar a masturbarla.

Escucho su respiración temblar y se a que se viene esto, así que sin previo aviso, introduzco mi miembro en ella para sentir la gloria estando ahí dentro.
Su espalda se arquea, sus piernas y músculos se tensan, y su intimidad se moja más en cada embestida. Los gemidos son lo único que suenan en la habitación haciéndome sentir poderoso.

Abro mis ojos para toparme con su mirada y lo entiendo, aquella vez que mi padre que dijo, que la mujer correcta no era esa que puede causarme deseo o excitación, sino, aquella que encendera mi flama sin necesidad de desnudarse, aquella que me dará calor sin abrazarme, aquella que me dará sentir el más afortunado sin haber ganado el voleto de lotería, y si, por estos y miles de aspectos más, se que Bree es mi chica, el amor de mi vida, mi mujer, mi compañera....

Todo por recuperarte *|||ADJ#3|||*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora