Todo por recuperarte *|||ADJ#3|||*

Regresa Bree

Todo mi mundo se cae en tan sólo una frase. Como si alguien hubiese tirado una flecha al cielo y cayera sobre mí sin previo aviso. Como si las palabras fuesen anclas que han caído sobre mi estómago y se hibiesen atado a mis piernas, haciéndolo todo tan difícil e imposible.

Su rostro, su risa, sus ojos, su cabello, manos, labios, su calor y olor invaden mi mente y no, yo no podría continuar sin ella.

Me dejo caer sobre el asiento y siento tanta furia y prepotensia de no poder hacer algo al respecto.

—Ella no puede irse, ella no nos puede dejar, ella tiene que seguir adelante, vivir, ella no merece esto— encierro mi cabeza entre mis manos y froto mi cabello desesperado— ¡Ella no puede irse!.

Susana me abraza y no puedo, no puedo lidiar con la idea de verla mal, mi chica, mi pequeña, mi Bree.

—Tienen que sacarla adelante, les conviene que ella siga viviendo— limpio las lágrimas euforico y la necesidad de verla me consume— ni ellos ni yo podremos sobrellevar esto.

—Haremos lo posible Tyler, pero no prometemos que ella...

—¡Tiene que seguir viviendo!— grito llegando al colapto.

—Tyler tranquilo— me toma Miguel del brazo.

—No, no puedo estar tranquilo sabiendo que ella esta grave, y que estos idiotas no ayudan en nada.

—Ellos hacen lo que pueden Tyler, todo va a estar bien, Bree es fuerte, confía en ella.

Si, Bree es más fuerte de lo que parece, ella lo es.

Luego de tranquilizarme exigo verla y así se me concierne.

Entro a la habitación y me rompo en pedazos al verla tan pálida, y con movimiento nulo. Su cuerpo se mueve tan poco que es casi inapreciable su movimiento.

Tembloroso llego a ella y temo tocarla, se ve tan débil, tan frágil. Sus labios secos y descoloridos. Las cuencas de sus ojos moradas y su piel palida. Esta no es mi chica, no lo es.

Tomo su fría mano y la beso.

—Yo no me veo sin ti Bree, ni yo ni nuestros pequeños— inició a hablar con ella. Se que puede escucharme— que por cierto, están preciosos, él tiene tu nariz, ambos tienen el color de tu cabello, ella es muy idéntica a mí y...— tengo que interrumpirme pues las lágrimas ahogan mi voz— no me dejes Bree, te necesito para vivir.
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Una semana, una semana sin ella, sin su presencia, su voz, sin su esencia.

Me levanto desganado y observo a mi alrededor. La casa se siente fría, ausente, tan idéntico a aquella vez que el abuelo se fue y entramos a su casa. Como si estás tuvieran presente la ausencia de alguien.

Bajo a desayunar y me topo con Susana quien está mal, sin embargo lo disimula, yo por mi parte no me molesto ni en intentarlo. Me regala una sonrisa triste e intento devolvercela, pero es imposible.

—La extraño tanto— escupo y abrazo a Susana quien no duda en corresponderme el abrazo. Lloro en sus brazos con el corazón en mano. No puedo seguir así, sin ella.

—Todo va a estar bien Tyler, esto pronto pasará, ya lo verás.— limpia mis lágrimas mientras observo las suyas.

—Es una tortura Susana, estar sin ella me mata, y aún peor, sin ellos, sin mis pequeños, sin mis hijos.

—Velo por el lado bueno, pronto los tendrás en tus brazos.

—No es lo mismo sin ella— me tiro en la silla y observo mi taza de café la cual no me apetece.

—Tyler, ellos son...— mi teléfono suena y Susana me indica que responda.

Observo un número desconocido y me atrevo a responder.

—Tyler O'Conell, ¿con quién hablo?.— respondo sin ánimos. Seguro es un patrocinador más, o algo de la empresa.

—Hospital CDI, llamo para notificarle que la pasiente Bree Danver ya despertó.

Mi corazón late con fuerza y me levanto para abrazar a Susana sintiéndome pleno, vivo.

—¡DESPERTO!, ¡BREE DESPERTO!.

—Oh Dios mío— las lágrimas brotan de los ojos de ambos.

—Gracias— digo al persona del otro lado de la línea.

—Vamonos Susana que mi mujer ha despertado— ambos nos adentramos en el auto y conduzco a velocidad.

Lo lograste Bree, mi pequeña lo logro.