Un viaje no "extravagante"

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Después de la boda, no tardamos más que un par de horas en iniciar nuestro viaje de luna de miel— no extravagante— según las palabras de Bree, a México, específicamente a Cancún.

No podía quedarme con las ganas de conducir mi convertible bajo el sol con ella a mi lado mientras su piel se broncea así que sí, también viene con nosotros.

Siento la mirada de Bree y decido fastidiarla.

—¿Muy buen paisaje verdad?— cuestino esbosando una sonrisa de arrogancia.

—Mmmm— finje pensar mientras reposa sus piernas en las mías— la verdad no.

La observo de reojo con "molestia" y me fascina la risa que sale de ella.

—¿Segura?— tomo su pié y hago que este tenga contacto con mi Tylerconda.

—Lo estoy considerando.— la observo con deseo notable en mis ojos, si, la deseo y un hombre como yo jamás se queda sólo con las ganas.

Desacelero el auto y me orillo poco a poco hasta apagarlo por completo y quedar en plena carretera. Me bajo del auto y disimulo chequearlo.

—¿Qué paso?— la escucho desde dentro.

—No lo sé.

Observo el motor y aprovecho para ver loa niveles de agua, líquido de frenos etc...

—¿Necesitas ayuda?— no, te prefiero dentro del auto gimiendo mi nombre.

—No, no hay nada que se pueda hacer— cierro el capo y vuelvo a mi lugar. Merezco un Oscar por esto.

—¿Y ahora qué haremos?— no tardas en saberlo.

—¿Conoces las carreteras de México?— bromeó y me giro para observarla con una paleta en su boca, sus lentes bajo su tabique y su mirada fulminante.

—Claro que si Tyler, yo vivo aquí— río ante su drama y pienso como iniciar con la acción.

—Ven aquí— le indico para que se siente sobre mis piernas. Cosa que hace.

—¿Dormiremos aquí?.— Si nos queda tiempo si.

—Lo más seguro— comienzo a plantear besos en sus labios.

Obervamos el sol desaparecer y parece que no es muy calida la carretera de noche.

—Bree— la llamo para encontrarme con sus majestuosos ojos— gracias, por no darte por vencida, y darme una milésima oportunidad.

—Para mi es un placer— ahora es ella quien me besa y se posiciona de manera provocativa. Veo que no soy el único con deseos.

Llevo mis manos y no hago ningún movimiento, no hasta que nuestras lenguas topan, sus caderas se mueven de adelante hacía atrás y no puedo contener más el presionar sua glúteos para escucharla gemir contra mis labios.
Meto mis manos en sus cenos siendo recibido por su calor. Los masajeo y presiono sintiendo aua pesones endurecer, su respiración agitarse, su piel aumentar y el sudor aparecer.
Seguimos con el beso, mismo que nos llevo a la satisfacción.
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Observo a Bree dormir bajo la liz de la Luna la cual se sienta de maravilla y temo, temo el verla lejos de mí, el despertar un día y no tenerla a mi lado, simplemente siento pavor el imaginar mi vida lejoa de ella, no podría seguir adelante, no con ella lejos de mi.

La claridad de la mañana inicia a hacer frente y se que no tarda en despertarse.
Luego de unos minutos veo sua párpados levantarse poco a poco.

—Buenos días, pequeña— musito en cuanto sus ojos topan los míos. Observo su enrojecida nariz y no me aguanto las ganas de plantarle un beso.

—Buenos días grandulon— sus ojos se desvían examinando todo lo que se ve y se que recuerda lo de anoche— Eres insaciable.

Rio ante su comentario pues anoche no parecía el único.

—Bueno, no soy el único.

Me defiendo mientras la veo vestirse poco a poco dejándome ver cada parte que hace su santa gloria.

—¿Qué haremos con él auto?— termino de abotonar mi camisa para observarla.

—Esta en perfectas condiciones— confieso sonriente y por su expresión se que ha captado el hecho de que fue parte de un engaño.

—Quieres decir...— me observa pensativa— ¿que el auto siempre funciono y tú sólo me engañaste para tener sexo en plena carretera, dentro del auto?.

—Así es bonita— sonrió victorioso mientras arrancó el auto para llegar al lugar que compré para la Luna de Miel. Se que éste día será algo especial y que mejor que volver aquí cuando queramos y volver a recordarlo.

Luego de varias horaa por din estamos en ella con maletas entre nuestras manos. La examinó y si, esto le gustará esta tipo cabaña al pié de la playa pues es sencilla pero linda.

Entró al baño para hacer mia necesidades y cuando salgo me quedó observando a una Bree extendida por toda la cama.

—¿Qué?— me observa con tranquilidad.

—Nada— me siento en la orilla de la cama, a su lado e inició a trazar con mi pulgar círculos en su mejilla— ¿te he dicho qué eres la mujer más hermosa qué conozco.

Se abalanza contra mis labios y niega entre el beso.

—¿A no?— pregunto entre el beso.

—Bueno, si— me observa juguetona.

Me avalanzo contra ella y la acorralo debajo de mí para iniciar a besarla sin compasión. Cosa que no duró mucho pues el cansancio de manejar tantas horas me gano.

Me remuevo un poco y estiró mi mano esperando sentir a Bree, cosa que no pasa.
Me sobresalto e inició a buscarla con los nervios de punta por la habitación. Al no tener rastro alguno de ella salgo corriendo para frenarme en seco al verla hablar con un chico castaño.

No desconfío de Bree, pero si de esta bola de buitres que querran acorralarla.

Llego a ellos cuanto antes y me satisface ver a Bree desinteresada, sin embargo esto no baja mi guardia.

—¿Se te ofrece algo?— pregunto posesivo para ver el color desaparecer del rostro de Bree...

Todo por recuperarte *|||ADJ#3|||*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora