El vals

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Difíciles y grandiosos, así describiria mis últimos meses. Mei y Ares entraron en una etapa hermosa, o eso creíamos Bree y yo, hasta que nos dimos cuentas de los problemas a los que nos enfrentabamos cuando iniciaron a gatear y explorar la casa. Y hoy, no es la excepción.

Sólo fueron 20 minutos, 20 minutos en los que Bree y yo nos dábamos un gustito, bastaron para que Mei y Ares se perdieran.

-¡Tyler!- escucho el grito euforico de Bree- ¡Tyler ayúdame a encontrar a Ares!.

-¡Estoy buscando a Mei!- respondo desde la cocina, a punto de salir a los jardines. Los cuales hace unos meses me parecían un lugar precioso para pasar en familia, hoy son mi mayor tortura y preocupación, pues aparentemente, a esa pequeña en pañales le encanta estar aquí.

Inició a recorrerlo de un lado a otro hasta que escucho su risa cerca de los aspersores en el jardín central.

-Te encontre- me pongo frente a ella y los pocos segundos me arrepiento pues el agua del aspersor cae sobre mi espalda. Mei inicia a reírse y no puedo contener la sonrisa cuando sus azules ojos atrapan los mios.
La tomo entre mis brazos pero es imposible tenerla quieta. Así que la monto en mi hombro y así me la llevo hasta llegar a su habitación donde mi preciosa mujer enfundada en un vestido verde olivo, viste a Ares para la ocasión.

-Encontré a Mei- me adentro en la habitación. Dejo a Mei en la cuna y me tiro sobre la mecedora. Correr con zapatos nuevos por rodos los jardines no es nada recomendable.

-Oh no cariño- protesta mi preciosa casgaña, quien me señala con un... ¿talco para bebes?- tu terminas a Ares y yo a Mei.

Mierda, no a mi.

-Tuve que recorrer todos los jardines para encontrarla- la contradigo defendiéndome. Vestir a ese par de demonios es peor que hacer un touchdown con defensas sin noción de lo que hacen.

-Tu querías pequeños, ahora atiendelos.

-Pero no unos tan travies...- no termino de hablar cuando un pedo truena en la habitación. Ruego al cielo que sea Mei, pero no, la risa delatadora de Ares me lo confirma.
¿Por qué dioses?, ¿por qué está suerte a mi?.

-Buena suerte- masculla Bree mientras me da un pañal cuando pasó a su lado.

Y si, quitarle a ese niño los quilos monstruosos de caca fue la labor más difícil que en mi vida are.

-Hijos tuyos tenían que ser- digo en cuanto le abro la puerta a Bree para que baje del auto, cuando llegamos al lugar donde será la boda de Charlotte. Si, la antes solterona hoy está por casarse con Klay.

-Los cuales tendrás que cuidar- escucho a Bree y dejó de verla embobado para después ver como me entrega a ese par de castaños.- ya vuelvo, iré con Charlotte.

Se da la media vuelta y la detengo de inmediato haciendo la girar nuevamente para pegarla a mi quedar frente a frente. Un día no es un día completo para mi, si no le recuerdo a esta hermosura lo perfecta que se ve.

-Te ves preciosa- la beso rapido en los labios para no entretenerla más- ahora ve y se la madrina más jodidamente sexy y preciosa que una novia pueda tener.

Le doy una nalgada para luego ver como se aleja hasta entrar donde supongo yo, esta Charlotte.

Voy con mis dos pequeños hasta los asientos. Lugar donde ya está mi padre, el padre de Bree, su madre y sus hermanos.

Los saludos a todos dejando a Ares y a Mei en manos de los padres de Bree pues así lo pidieron.

Voy a donde Chat y Eithan para saludarlos.

Todo por recuperarte *|||ADJ#3|||*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora