La carta al abuelo

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Yo se, yo se que dije que los capítulos serían continuos, pero la prepa no me lo permitió todo por sus proyectos y exámenes. En fin, las y los quiero mucho, disfruten del penúltimo capítulo de la trilogía, si, el PENÚLTIMO 😭💕.
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Paso por los pasillos de la gran casa del abuelo de Bree. Decir que estar aquí es doloroso, es poco.

Ver a Bree deprimida es algo que me afecta y duele bastante, verla desmoronarse fragmento por fragmento es algo que ella no merece.

Escucho voces y me asomo para ver a Susana con los pequeños. Continuó mi camino hasta llegar a el antiguo cuarto de Bree cuando joven, mismo donde nos quedamos.
Me quedo recargado en el marco de la puerta mientras veo sus hombros agitarse por culpa del llanto.

Oh mi pequeña, tu no mereces esto, no mereces estar así.

-¿Amor?- me adentro en la habitacion cuando veo que no escribe más en aquella carta que tiene intentando hacer desde hace semanas - ¿quieres que...

-No- me interrumpe sin observarme cosa que estruja algo en mi- ya terminé.

Me acerco decidido a ella y la abrazo con fuerza y seguridad por detrás. Sé que esto algún día pasaría, se que aquel año de la partida del señor Juan, se cumpliría, y desde meses atrás me he estado preparando para ayudarla, para apoyar a Bree más que nunca, pues si algo en este mundo la destruye más que nada, es saber de su abuelo.

-Eres fuerte, muy fuerte- susurro en su oído. Segundos después, se pone de pié y me abraza con fuerza.

-No creo poder hacer esto Tyler- sollozo mientras me presiona más a su cuerpo.

-Claro que puedes mi pequeña, eres tan sorprendentemente fuerte, sólo confía en ti- tomo su rostro entre mis manos y limpio las lágrimas de sus hinchados ojos.
Se que Bree puede con esto y con más, confió plenamente en su fortaleza.

-No se que haría sin ti- confiesa volviendo a abrazarme y cosquilleos renacen en mi abdomen.

-Niña Bree- aparece Susana a mis espaldas.- perdón por interrumpir, Miguel ya está listo, y los niños ya están dentro.

Observo a Bree quien apenas puede mantenerse de pie así que decido hablar yo.

-Gracias Susana- agradezco y escucho como se aleja. Bree me observa cpn sus ojos inchados y brillosos- ¿Estas lista?.

Asiente y aprovechando el momento la beso. No sé cómo ayudar a alguien en estas situaciones, pero por Bree hago mi mayor esfuerzo.

Toma la carta y juntos bajamos para ir a donde será la ceremonia en memoria de su abuelo. Ya un año, un año que se fue, y un año de volver a los brazos de Bree.

Visualizo a lo lejos el panteon y el agarre de Bree en mi mano aumenta, mientras tiembla. Bajo del auto para ayudar a Susana con Ares y recibir a Bree del otro lado pero ella no sale.

-Cuida a Ares por favor- le entregó al pequeño a Miguel y me asomo para ver a Bree sombría, sin ningún movimiento.

-Bree- la llamo en un intento de que me observe, en un intento de poder tranquilizarla, y recordarle lo fuerte y capaz que es- amor, ¿podrías mirarme?.

Sus ojos y los míos se encuentran y veo como de inmediato vuelve a sus 5 sentidos.

Ayudó a Bree a salir y juntos caminamos hasta el montón de personas vestidas de negro, que se encuentran reunidas afuera de la pequeña capilla que el panteón tiene.

Suelto nuestras manos y pasó mi brazo por sus hombros para abrazarla de lado y pegarla a mi.

Saludo al padre de Bree y a su madre, quienes están igual de apagados, vamos con Chat y Eithan y están igual, esto debe recordarles tanto a aquel día. Bree se separa un poco para saludar a Charlotte y a Klay, para luego volver a pegarse a mi, como si nada en este mundo la hiciera sentir segura más que yo.

Todos tomamos asiento y la misa comienza. No puedo poner atención, no cuando toda esta en Bree. Hace minutos no se mueve, sólo parpadea y respira, no suelta mi mano, pero tampoco la toma más fuerte como suele hacer cuando está por volverse a desmorona, como si ese apretón fuese un grito de auxilio.

La ceremonia termina y no digo ninguna palabra. Conozco tan bien a Bree, que puedo saber cuando su auxilio es hablar y distraerse en la conversación, o cuando lo único que quiere es silencio; cosa que necesita en este momento.

-No- es lo primero que dice entre sollozos- no puedo hacerlo Tyler, no puedo.

La abrazo mientras siento su cuerpo temblar, mientras sus ojos se humedecen, y los duros sollozos de una pérdida salen de su boca. Quiero llorar, si, claro que quiero hacerlo, después de todo, este no es un tema que solo le afecta a ella, sino, a ambos, pero aquí hay uno que sufre más, y es mi chica, ¿por qué el mundo es así con ella?, es una pregunta que jamás podré responder.

-Todo va a estar bien pequeña, él está mejor, ya no sufre- intento consolarla.

-Lo extraño tanto Tyler- aprieta con dolor y frustración mi camisa en sus puños.

Después de ello, el silencio volvió, y Bree volvió a cerrarse.

De la nada, Bree se pone de pié y háganlo mismo, siento su mano buscar la mía para luego tomarla y así caminar juntos hasta la lápida de su abuelo, haciéndolo ver todo tan idéntico a aquel día.

Llegamos a ella y leo su nombre. Un hombre de honor no merece esto, merece algo mejor.

-Hola abuelo- habla Bree con él- perdón por... Por ser tan cobarde y no venir antes, pero me duele mucho aún, y tal vez me siga doliendo por años.

Su voz se ahoga y las lágrimas se forman en sus ojos. No dejaré que su progreso se desperdicie, no después de lo que me costó llegar hasta aquí.

-Hola señor Juan- hablo. Siento la mirada de Bree sobre mi y la miro ppr la colilla de mi ojo para sonreirle y seguir hablando- Yo se que no pedí la mano de esta preciosa chica a mi lado, y lo lamento tanto, pero tengo que decirle que se veía fantástica caminando al altar. ¿Recuerda cuándo me dijo que el destino muchas veces termina estando a nuestro favor?, bueno, este fue mi caso, pues me casé con la mujer más maravillosa que en este mundo exista, y no la hubiese encontrado sin su ayuda, sin el apoyo hacia ella y el hecho de haberla mandado a Inglaterra, y si, sigue siendo la misma niña caprichosa de siempre sólo que ahora le gana una pequeña castaña, hermosa, la cual es nuestra hija, Mei, junto con Ares nuestro pequeño, así que si, ya tenemos una familia e hijos a los cuales amamos con todo el corazón, y tu, ya eres bisabuelo, un bisabuelo que seguro hubiesen amado mucho.

Terminó y observo sonriente a Bree, se que esto es muy valioso para ella, y para mi también.

-Te amo tanto Tyler- me intenta besar pero divertido la detengo.

- No frente a tu abuelo- le hago una seña con la ceja a la lápida y suelta una triste risa. Se que debe recordar esas veces que su abuelo no nos dejaba ni estar cerca.
Traviesa, me besa y la pego a mi disfrutando de su contacto.

-Bueno abuelo, tengo que regresar, pero no sin antes dejarte un poco de todo lo que ha pasado- se despide sin lágrimas, haciendome sentir el hombre más orgulloso al verla tan llena de fortaleza y fuerza. Deja la carta para continuar hablando- bueno, creo que es hora de irnos.

Se gira para observarme y un brillo encantador ilumina su rostro, como si un peso de sus hombros se hubiese quitado. Tomo su delgada y fría mano para besarla sutilmente y luego caminar hacia donde su familia, misma que parece estar mejor con la presencia de esos dos castaños.

En cuanto llegamos, tomamos a nuestros pequeños, cosa que me sorprende, desde que tomamos el vuelo para venir, Bree se sentía tan abrumada, que cuidar a los pequeños se le hacia imposible. Miro embobado a Bree quien esta pensativa pero no deja de besar a Mei, la cual ríe a carcajadas llenando el lugar risa y ánimos. Si, el abuelo hubiese amado a estos dos. Y se que desde el lugar donde está, cuida de ellos, de nosotros, justo como lo prometió.

Todo por recuperarte *|||ADJ#3|||*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora