EL JUEGO

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{ZETH}


Uno, dos.
Aprieto el botón.
Y todo el edificio se destruye. Explosión tras explosión, todas las bombas que coloqué explotan y la prisión de Yanna cae mientras llegamos a los helicópteros.

Una vez arriba, me reencuentro con mi hija, que se había encargado de traer a Minerva hasta Yanna con la ayuda de Andrew.

- No vuelvas a hacer eso jamás- le digo muy serio y luego la abrazo-. Si quieres hacer algo, eres mayor de edad y estás en tu derecho, pero avisa antes. Menos mal que no os metísteis en ese agujero que es ahora Yanna, a vosotros os conocen, he visto que tienen vuestras fotos y descripciones.
- ¿Y Minerva?- me pregunta Andrew.
- Se ha quedado- les informo-. Ha pasado desapercibida así que prefiere quedarse para ayudar desde dentro.
- ¿Y qué ha dicho Mary al respecto?- me pregunta Hope.
- Ha respetado su decisión, confía en ella- le respondo-. Como yo en vosotros, pero tenéis que empezar a hacer las cosas de otra manera, a avisarnos de vuestros planes como si fuéramos compañeros de equipo, no jugando a ser niños que se escapan de sus padres. Nos teníais muy preocupados a Rachel, a Kat y a mí.
- Entendido- asiente Hope con la cabeza y me devuelve el abrazo-. Por cierto, eso que has hecho ha sido impresionante.
- No nos podíamos ir sin destrozar algo- me encojo de hombros quitándole importancia.
- Bueno...- dice Andrew-. ¿Y ahora qué haremos?

{JACK}

Vamos de camino al Seattle subterráneo, pero esta vez estaremos más al descubierto al no contar con una capa de zombis cubriendo la ciudad, zombis que ahora forman parte de Erick, Erick Jones.

- Los controla a todos- les digo a los demás jinetes después de haberme reencontrado con ellos-. Es más fuerte que yo. Mucho más. Incluso deberíamos considerar que también controla a los corredores.
- No me extrañaría- opina Zero-. Ya nada me extrañaría. El mundo se ha vuelto loco.
- Deberíamos empezar a preguntarnos por el origen de nuestros poderes- dice Zeta-. Después de todo esto, creo que tiene que haber un origen detrás, el mismo origen que Erick, y detrás de todo están Los Tres Grandes.
- Puede ser...- murmura Zombi, pensativo.
- Chicos, estamos llegando...- nos avisa Rachel.
- Pero vamos a tener que dar media vuelta- murmura Kat con un tono de sorpresa en su voz.
Entonces me asomo a una ventana.
No.
No puede ser verdad.
Esto es de locos.

{LIAM}


- ¿Veis lo mismo que yo?- pregunto a los demás por un walkie.
- Sí- me responde Ian desde otro de los casi treinta helicópteros-. Esto no me gusta nada.

Observo la situación a través de unos prismáticos.
Una gran multitud de personas vestidas de verde claro se acumulan en el suelo de Seattle. Hay naves por todos lados. Son Los Fanáticos. Rodean algo... no...

- ¡Dame eso!- me dice Mary arracándome los prismáticos-. ¡Tenemos que bajar! ¡Mi gente está allí!
- No- le digo a Mary moviéndole un poco los prismáticos-. Tu gente ya no está allí.
Veo como la expresión de Mary se va incendiando, llena de rabia y furia, cuando observa la pila de muertos recién quemados cerca del edificio que da lugar al Seattle Subterráneo. Su gente, al menos doscientas personas, que se quedaron esperando nuestro regreso. Pero se nos han adelantado, ya conocían nuestra situación. Nos vigilan. Deben de haber notado movimiento cuando nos fuimos y nos llevamos todos esos muertos.
- ¡Quiero bajar!- repite Mary, ordenándoselo al piloto-. ¡Quiero bajar y vengarme de esos cabrones! ¡Los han matado! ¡Merecen justicia!
Cojo a Mary por un brazo para intentar calmar sus nervios.
- Nos superan en todo. ¿Acaso no ves sus naves? Puede que incluso sepan que estamos aquí- le digo con voz calmada-. Además, aún somos unas cien personas. No vale la pena arriesgar tanto. Tenemos que irnos. Lo más antes posible.
Mary inspira hondo con los ojos cerrados y se da la vuelta.
- Está bien- murmura mi hermana-. Alejémonos de este maldito infierno.

- Media vuelta- indico por el walkie a los demás, en nuestro radio de comunicación en el aire-. Nos vamos. Donde sea pero sin pararnos. El enemigo conoce nuestros movimientos. Se están reservando. Podríamos estar muertos ya pero no han atacado. Eso solo quiere decir una cosa: están jugando con nosotros.

{RACHEL}

- Mientras seguimos decidiendo hacia dónde ir, quiero pedirles un minuto de silencio- les hablo a los demás por un walkie-talkie-. Un minuto de silencio por todos los caídos en combate. Desde el primero hasta el último. Tanto por las muertes causadas por nosotros como por las que no. Intentamos sobrevivir, eso es lo que hacemos, aunque muchas veces tomemos medidas desesperadas, inhumanas o equivocadas. Y en especial dedicarle mi más sincero y lamentable pésame a Mario y Kevin, que junto con sus anteriores compañeros, Adeline, Salva, Michelle y Nelly, formaban el equipo Ghost, en honor a ellos que sirvieron muy bien en esta guerra dura y constante que es la supervivencia en nuestro mundo. Alabados sean todos ellos, héroes, y no Los Tres Farsantes. Por ellos.

Durante uno o dos minutos lo único que se escucha son las hélices en movimiento de los helicópteros.

- No tenemos adónde ir- me informa Zeth desde el aparato-. No si siguen nuestros pasos. Supongamos que todo el estado que habíamos levantado de las cenizas de los muertos han sido invadidos por los fanáticos. No podemos arriesgarnos. Incluso se dieron cuenta de nuestra anterior localización. Nos persiguen. Es probable que tengamos algún rastreador en nuestros vehículos aéreos. No podemos saber nada. Como ha dicho Liam, están jugando con nosotros. Así que, por primera vez, no tengo ninguna idea. Estoy completamente desconcertado. Es como... como si lo tuvieran todo planeado. Siempre con un paso por delante. Nos lo han robado todo y ahora estamos indefensos, más indefensos que nunca.
- Entendido- suspiro y corto la comunicación.
- ¡Rachel!- me llama Jack y me giro hacia él.
- Dime- le contesto algo desanimada.
- Zombi tiene algo que decirnos. Cree que puede ser importante, clave, para nuestra supervivencia- me dice y asiento con la cabeza.
Voy hacia la parte trasera, allí se encuentran los cuatro jinetes y Kat.
Me quedo de pie, apoyada en la pared, esperando a que Zombi diga algo.
- Mi nombre es Zareb- confiesa este, para mi sorpresa y desconcierto-. Sé que es algo que no os interesa. Es más, os agradecería que me siguiérais llamando Zombi, por mucho que sepa que no os gusta. Pero es un dato clave, porque lo que os voy a contar tiene que ver con mi pasado, cuando aún portaba ese nombre. Desde donde la memoria me deja recordar, he trabajado en una base militar junto a mi padre. No he querido recordar nada de esto porque era algo doloroso y no estaba seguro de nada. No tenía ni idea de dónde había comenzado la infección. Todo pasó tan rápido... Pero viéndolo todo ahora en retrospectiva, creo que fue allí donde empezó. Lo recuerdo muy confuso, nunca me importó ni le di importancia pues, al fin y al cabo, el mundo ya había estallado en la muerte. No había nada que hacer. Pero si es verdad lo que digo, allí, en la Base Militar Niara, podremos encontrar más respuestas, podremos acercarnos a los causantes de esta plaga. Es más, puede que quizás ya los haya conocido.

Lo que dice Zareb... Zombi... me deja sin palabras. Nunca había dicho nada de eso, a nadie, ni siquiera a sus compañeros. Siempre ha sido muy reservado y callado en cuanto a su pasado. Pero ahora lo sabemos.
Y lo que nos ha contado puede sernos muy útil... o conducirnos a una trampa mortal...
Pero es lo único que tenemos.

- Muy bien- indico a los demás pilotos-. Nos dirigimos a África. No preguntéis la razón ni el lugar exacto, solo seguidnos. Y preparaos por si hay que luchar, contra lo que sea. No sabemos a qué nos podríamos enfrentar por el camino. El juego está en marcha y tenemos que ganar la partida.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora