NO HAY VUELTA ATRÁS

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{JACK}

Muerdo. Muerdo y muerdo sin parar.
Trago y sigo comiendo.
Sin pensar en nada más.
Entonces alguien llama a la puerta de mi despacho y noto una pequeña punzada en el corazón, en mi corazón cada vez más débil a cada día que pasa.
Limpio el escritorio rápidamente y guardo las sobras de la carne cruda.
- Adelante- digo y pasa Rachel acompañada de Azula.
- ¿A qué huele aquí?- pregunta mi prima haciendo una mueca con la nariz.
- A nada. ¿A qué habéis venido?- les pregunto-. ¿Hay algún problema con el entrenamiento de Clare?
- No, todo va bien- me dice Rachel y mira a Azula-. Quería hablar contigo.
- Está bien. Déjanos a solas- le ordeno a Rachel.
- Pero...
- Vete, ya te alcanzo luego- le dice Azula y Rachel se marcha, cerrando las puertas tras de sí.
- Sabes que no me hace nada de gracia volver a verte- le digo muy serio-. Y menos en mi territorio. Si vienes a por algo de mi sangre ya te puedes ir marchando.
- Tranquilo, Jack- me dice la científica-. Aquello ya ha pasado. Pero no debes olvidar que gracias a ti conseguimos una especie de cura que detiene la conversión en caso de que te muerdan. De todas formas, no vengo por eso. Tenemos dosis suficientes en las naves, aunque la mayoría del material del que disponíamos se ha perdido en Yanna...- suspira la mujer-. Solo venía a pedirte permiso para ayudar a tus híbridos, investigarlos, ayudarles a comportarse de forma más... humana...
- Ni hablar- le digo negando con la cabeza-. No confío en ti.
- Deberías hacerlo. Ya sabes lo capaz que soy de conseguir algo y si quieres que Maya vuelva a ser la que era en menor o mayor medida, vas a dejarme ayudarte. No quiero otra cosa. Solo ayudarte.
- Mira, haz lo que quieras, pero solo porque quiero que te marches ya- le digo quitándole importancia con un gesto.
Acto seguido, Azula se marcha y tras unos minutos, vuelvo a sacar mi plato y continúo comiendo.
El hambre me estaba matando por dentro.

{RACHEL}

- Apunta, así, muy bien- le sonrío a Clare.
Estamos en una habitación grande que Jack había dedicado para entrenar a sus híbridos.
Ahora, Mary y yo ayudamos a Clare a recuperar sus habilidades como soldado. Tiene cierta práctica, ya que estuvimos obligados a entrenar en una época muy cruda del apocalipsis, bajo el reinado de Michael, aunque de eso hace ya muchos años.
- ¿Sabes?- Mary se dirige a Clare-. Tienes buenas dotes con las armas, una puntería decente y no te falla el pulso. Unos reflejos pasables y mucho valor. Me llena de orgullo como mujer ver hasta que punto podemos llegar a ser tan fuertes. Pero eso no lo es todo. Estoy segura de que esos tres te harán pasar por cosas peores que pura lucha. Te harán decidir y pasar por cosas que no me quiero ni imaginar... No creo que sea tan fácil convertirse en un elegido. Así que la verdadera pregunta es... ¿estás dispuesta a darlo todo? ¿Incluso si te obligan a hacer daño a un ser humano?
Clare se queda pensativa.
- Durante mis últimos años me he dedicado a salvar vidas. Y eso voy a seguir haciendo. No pienso hacer daño a ningún ser humano- dice decidida-. Sé que vosotras, como buenas presidentas, pensáis por la mayoría pero yo no puedo. Toda vida es importante. Yo... no podría...
- Clare...- le digo acercándome a ella-. Si estás dispuesta a ir, tienes que pensar en esa posibilidad. Una vez que estés allí, solo podrás entrar o morir. No te van a dejar ir si no haces lo que te pidan. Así que piensa... Dices que toda vida es importante. Y lo es. Pero entre los demás y tú... Debes elegir siempre por ti, conlleve lo que conlleve. Aunque creas que no te queda nada, siempre estaremos contigo, en tu corazón. Y si lo logras, salvarás muchas vidas, más de las que puedas o te obliguen a quitar. Recuerda, esto no es una misión suicida. Es una misión salvavidas.
Clare asiente, asimilando lo que le he dicho.
- Me has dado en qué pensar- me dice y vuelve a manejar su fusil-. Voy a seguir entrenando.
- ¡Rachel!- me llama Azula en la entrada de la sala.
Voy hacia ella.
- Es justo lo que pensabas- murmura-. Jack no es el mismo.
- ¿Te has fijado en la macha roja que había en su mesa?- le pregunto y Azula asiente-. Además, está como más espeso. Como distraído.
- Y más pálido que nunca- corrobora ella-. Lo que supuse se está haciendo realidad. Se está convirtiendo en otro híbrido.
- O ya lo es- le digo mordiéndome un labio.
- De todas formas, le he prometido que investigaría a su raza y los ayudaría a ser más humanos. A ver qué consigo- dice la mujer.
- Confío en ti- le digo con una sonrisa y me vuelvo hacia el entrenamiento de Clare justo cuando aparece Kat.
- ¿Cómo va todo por aquí?- pregunta.
- Bien, ya sabes, entrenamiento de chicas- le digo.
- Como debe ser, los hombres no valen para nada- sonríe divertida-. ¿Puedo ayudar?
- Claro- sonrío y entre las tres preparamos a una novata.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora