RESCATE

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{ALEX}

Unos cuantos guardias me conducen de nuevo a mi celda, alejándome de mi padre. Intento escapar pero me golpean y me agarran más fuerte aún. En cuanto menos me lo espero, vuelvo a estar de vuelta en mi prisión.

Golpeo fuertemente la puerta.

- ¡Dejadme salir! ¡No le hagáis nada! ¡Jack!- grito y no paro hasta que la puerta se abre.

- Tú...- me dice con asco un guardia, empujándome hacia atrás.

Caigo y me doy contra la pared con un fuerte golpe, me ha pillado desprevenida.

Me empieza a doler todo el cuerpo y me cuesta respirar.

Mi visión se vuelve algo borrosa pero logro ver cómo el guardia entra a la celda y cierra la puerta tras él.

- Maldita mocosa...- me dice y me da una patada en el costado.

Grito y me retuerzo de dolor.

- Podrías haberte quedado en silencio pero no, preferiste llamar la atención. Mi atención. ¿Y sabes qué?- me dice, acercándose con una sonrisa de loco en su rostro-. Ahora mismo soy el único por aquí, así que nadie notará mi ausencia por unos minutos. Unos minutos de gloria para mí, y unos minutos eternos y llenos de sufrimiento para ti.

El guardia se ríe mientras me aprisiona en el suelo. Intento retorcerme para librarme de él pero me ha dejado sin fuerzas y no puedo hacer nada.

- ¡Suéltame, asqueroso!- le grito, sin dejar de oponer resistencia-. ¡Ayud...!

El guardia me tapa la boca con una mano y con la otra me da un golpe en la cara.

Un golpe que hace que empiece a perder el conocimiento, pero sin llegar a estar inconsciente del todo, el fanático quiere que mire, que sienta todo, que sufra, sin poder hacer nada.

Todo se vuelve borroso mientras noto sus manos recorriendo mi cuerpo.

{JACK}

- ¡No!- grito, descontrolado.

Es más fuerte, más fuerte que yo.

Y los zombis pronto empiezan a rodearnos, a aprisionarnos.

Kevin y Mario disparan a diestro y siniestro.

Un helicóptero se para justo arriba de nosotros y lanza una cuerda.

Pero ya es demasiado tarde.

Demasiado tarde para ellos.

La risa de Erick resuena en mi cabeza mientras los zombis se echan encima de los últimos miembros del mítico Equipo Ghost, y los devoran, transmitiéndome sus gritos de agonía.

Se suponía que tenía que defenderlos pero no tengo el control. Les he fallado. Y ahora están muertos. Por mi culpa. Por mi soberbia. Por creer tenerlo todo bajo control.

-  ¡Jack, la cuerda!- me grita desde arriba la voz de Rachel.

Agarro la cuerda justo cuando los zombis estaban a escasos centímetros de mí.

El helicóptero se eleva, y yo con él. Libre de los zombis, libre de Erick, libre de la muerte. Sería muy irónico que muriera devorado por mis zombis. No, los zombis de Erick.

Llego al helicóptero.

- ¡No podemos irnos aún! ¡Tienen a Alex y a los demás! ¡No pienso irme sin ellos!- les digo a mi prima, Kat e Ian.

- Jack, lo hemos visto, lo que él puede hacer...- dice Rachel, cabizbaja-. El plan no sirve. La lluvia de zombis ha sido un fracaso.

- ¡Pero no pienso rendirme! ¡Liam, Mary y Zeth están allí abajo! ¡Llevadme con ellos!- les suplico.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora