EL BESO ETERNO

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{ALEX}

Mientras K se ducha, recorro los pasillos de La Cruzada, saludando a todos mis amigos. Híbridos de todo tipo, de todas las razas y edades, personas que han decidido este destino e incluso personas como K que no lo decidieron pero que ahora ven que es lo mejor que les ha pasado en la vida. Hay incluso híbridos en sillas de ruedas, incapacitados, ciegos, sordos o simplemente le faltan alguna extremidad. Y todos son igual de válidos. Todos siguen siendo mejores que los humanos. Es una comunidad única y especial a la que muy poca gente comprende.

- No lo sé, Alex...- murmura K, mirándome a los ojos.

Observo su figura, a mi lado, ambos sobre una cama, girados el uno hacia el otro. K quiere hablar conmigo sobre cosas que no tenía muy claras y yo me estoy temiendo lo peor.

- ¿Qué no sabes?- le pregunto entrecerrando los ojos-. ¿Sobre qué tienes dudas?

- Sobre lo nuestro- murmura, el chico nunca miente ni da rodeos, va directo al grano-. Siento que no te merezco, que soy poca cosa para ti.

- ¿Por qué?

- Mírate, tu cuerpo físico tiene ya unos años más que yo- me contesta.

Es un tema que ya habíamos hablado y creía que lo habíamos solucionado pero parece que no.

Me quedo observando a K a la cara, con su rostro cicatrizado por una pelea que tuvo con mi padre cuando este aún era joven. Aún así, con su rostro casi desfigurado, es hermoso, es perfecto. Espero a que siga hablando.

- Sé que es algo que no te importa y vale, a mí tampoco. Yo solo quiero estar contigo. Me da igual incluso si es como amigos. Pero...- K parece dudoso, como si no se atreviera a decir lo que se le pasa por la cabeza-. No puedo darte placer. Mi cuerpo está medio muerto y esas funciones como que no marchan... Temo que eso te preocupe.

Sin quererlo, me echo a reír, bajo la confusa mirada de K.

- ¿Qué es tan gracioso?- me pregunta.

- Cariño- le contesto-, si estoy contigo es a sabiendas de todo lo que eso conlleva. Sé que a ti no te importa eso, que vosotros, los híbridos, veis las cosas de otra manera, lejos de lo físico y el placer carnal. A mí tampoco me importa.

- Pero...- murmura sin convencerse-. Si fuera humano no lo dudaría. Me gustas, Alex, y mucho. Si fuera humano todo sería mejor. No te faltaría de nada, nada de lo que un humano pudiera necesitar.

- No me importa, K, en serio- le contesto algo divertida-. Además, si alguna vez lo necesito, puedes conseguírmelo de todas formas, incluso si tu aparato no funciona.

- ¿Cómo?- se interesa él.

- Siempre nos quedarán los juguetes- le guiño un ojo y K sonríe alegre.

- Sí, no lo había pensado. Estaría dispuesto a hacer eso por ti. Lo haría de buena gana solo para complacerte. Haría cualquier cosa por ti- me dice y sé que lo siente de verdad, que haría lo que sea por mí.

- Ay, mi dulce K. Eres demasiado bueno para esta vida. Si alguien no te merece aquí, esa soy yo- le digo acercándome a sus labios para besarlo suavemente-. Yo también haría lo que hiciera falta por ti. Mataría por ti.

- Eres lo mejor que me ha pasado- me dice con una tonta sonrisa-. Incluso mejor que el hecho de que tu padre me condujera por este camino. Antes de eso quise matarlo, por envidia, por odio. Antes de eso era Kendrick y no K. Él me abrió los ojos  y me mostró un nuevo camino, alejado de todas las malas sensaciones de la humanidad. No es que los odie, los comprendo, son así y no se puede cambiar. Pero prefiero ser lo que soy ahora.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora