ÚLTIMO DESCANSO

739 70 9
                                    

{JACK}

- Estos eran los últimos- murmura Zero encerrando a los corredores de La Forja que aún quedaban en pie-. Ya está el terreno asegurado. Creo que ahora voy a tomarme un descanso de un día entero. Zeta y Zombi me están esperando. No sé como aún tienes fuerzas, Jack. Yo estoy muerto.

- Me cuesta dormir- digo simplemente, pero tanto Zero como yo sabemos que ya no duermo, como mucho cierro los ojos y dejo descansar mi mente, pero hace mucho tiempo que el sueño no me invade.

Me despido de mi amigo y doy un rodeo por el fuerte. Los supervivientes que no han recibido daños importantes, no más de cincuenta personas, buscan a heridos o a sus amigos muertos, con la esperanza de que sigan vivos. Un silencio incómodo se extiende por el fuerte, solo interrumpido por algunos llantos. Esta batalla nos ha marcado a todos. Nos va a costar recuperarnos después de todo esto. Pero no podemos prolongar el descanso por mucho tiempo, no es seguro. Esto es un sin parar.

Distingo al pelotón 166 bajo un pórtico, sentados y apoyados contra la pared, exhaustos, reponiéndose de la lucha. Me acerco a ellos.

- Me alegro de veros vivos- les digo y le sonrío a mi hija-. Descansad, os lo merecéis.

- Te lo debemos todo a ti- me dice Alex con una sonrisa de cariño.

- Oh, qué va- digo quitándole importancia-. Yo no he hecho nada, creedme. La verdadera heroína de esta batalla ha sido Rachel Blair.

Tras decir eso, sigo mi camino. Rachel... ha ido a por todas, sin parar, deshaciéndose de todas las vidas de por medio con el objetivo de acabar con el enemigo, sin importar quién o qué se interpusiera en su camino. Jamás la había visto así...

- ¡NO!

Alguien grita, una voz que no me es conocida. Corro hacia el sonido.

Rachel amenaza a punta de pistola a dos jovencitas que parecían haber estado escondidas hasta entonces.

- ¡No tenemos nada que ver!- grita la más alta, entre lágrimas, mientras la otra parece incapaz de hablar, paralizada por el miedo.

Llego hasta mi prima y le bajo el arma con cuidado.

- ¡Sólo son dos jóvenes asustadas!- le recrimino.

- Son traidoras- escupe Rachel.

- ¡No, no lo somos!- grita la alta.

Rachel parece dispuesta a acercarse más a ellas pero la paro por un hombro.

- Déjalas hablar- le digo.

- Nosotras no tenemos nada que ver- gimotea la chica-. Nos trajeron aquí en contra de nuestra voluntad, junto a nuestro padre. Querían que trabajásemos para ellos pero nunca hemos estado de acuerdo con ellos. No creemos en su religión ni nada de eso.

- Fuisteis enviadas en contra de vuestra voluntad- repito-. ¿Desde dónde?

- New Riverside. Allí todos estamos en contra de Los Fanáticos, como en New Fontana, el grupo de Las Montañas Rocosas o La Tierra de Noé, pero obedecemos porque no nos queda otra- explica.

- ¿Cuánta gente más estaba aquí en contra de su voluntad?- pregunto.

- La mayoría- dice y veo de reojo como la inexpresiva expresión de Rachel se torna un poco alterada-. Éramos más los inocentes que los propios fanáticos pero claro, ellos manejaban el cotarro porque tienen armas y están organizados. Nuestra misión aquí es fabricar armas para ellos, alimentar aún más su fuerza.

- ¿Y nunca habéis intentado atacar?- pregunto intentando hacer encajar todas las piezas.

- Hubo una vez... al principio, pero fue para nada. Nos tienen vigilados en todo momento. Como ya he dicho, son más fuertes. Incluso nos han obligado a luchar cuando empezaron las bombas... pero nosotras nos hemos escondido...- murmura la chica, aterrada, y mira a su hermana de reojo.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora