Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenaza

PAZ MOMENTÁNEA

{RACHEL}

Se ha acabado. Por fin. Después de tantos años. Por fin podemos respirar tranquilos. Pero dudo que pueda conseguirlo, que pueda ser la misma de antes del apocalipsis. No, esa solo era una niña que no sabía nada. Una niña que no sabía lo que era el verdadero amor, que se enamoró de un tío estúpido y narcisista como Nash. Hoy en día esos ojos azules tan intensos no me impresionarían, una imagen no me importaría, los actos son lo que importa de verdad. Antes era una niña que no conocía el peligro, un ser humano muy débil que el apocalipsis cambió radicalmente, haciéndome más fuerte y valiente con el paso del tiempo y las experiencias. Aunque hayamos conseguido este gran hecho, la extinción de los zombis, jamás dejaré de estar alerta, es algo que ya llevo en mí, tan dentro mía que es inevitable que lo olvide.

La paz ha llegado y todos deben de saberlo. El concejo de Yanna nos reunimos para mostrarles la verdad a todos los residentes. Aparte de ser la arquitecta, organizadora y administrativa representante de Yanna, también me han considerado la portavoz del grupo así que soy yo la que emite el mensaje que se extenderá por todos los altavoces de Yanna para que todos puedan escucharlo.

- Queridos y queridas, al habla Rachel Fire, arquitecta de Yanna. He de comunicaros algo muy importante, un hecho de última hora- dejo unos segundos de misterio para que todos los residentes salgan de donde estén y puedan escuchar mejor el mensaje-. No hace ni tres años acabamos con los mutantes de todo el planeta. Ese proceso nos llevó años y años. Después de eso, es bien sabido que nos hemos propuesto acabar con los demás muertos vivientes. Y, señores y señoras, ha llegado el día. ¡Los muertos vivientes han caído!

De pronto, desde fuera del edificio, una multitud de voces se unen atronadoramente para celebrar el hecho. Gritan de júbilo, de alegría, exaltados. Sonrío, mirando a los demás integrantes del concejo, es la reacción que esperábamos. Continúo hablando:

- Mañana celebraremos los acontecimientos en el recinto teatral, agradeciendo a los héroes de esta lucha y conmemorando que por fin, después de tanto tiempo, ha llegado la paz, el final del apocalipsis. Estáis todos invitados. Habrá aperitivos gratis para todo el mundo.

De nuevo, otra gran ovación.

Camino hacia el apartamento de Jack mientras por el camino me paran de vez en cuando para darme las gracias, la enhorabuena o hacerme preguntas sobre cómo ha sido posible que haya pasado tan rápido o cómo ha ocurrido todo, cosas que responderé mañana en la celebración.

- Entra- me dice Jack desde el interior, su puerta está abierta.

- ¿Cómo estás?- le pregunto.

- Bien, un poco mareado- confiesa-. Pero no has venido a hablar de eso, ¿verdad?

Niego con la cabeza. No es eso lo que quiero saber. Jack ha estado muerto durante unos días, prácticamente muerto. Y ha resucitado como si nada. Tengo muchas, muchas preguntas. Nadie sabe acerca de su muerte salvo el concejo y Kian, no la hemos hecho pública y menos mal que decidimos esperar, esperar a no se qué. Fueron unos días muy duros. Lamenté su muerte, lo lloré como nunca. No lo quería perder todavía, no aún. Y hasta que no pasara al menos una semana me negaba a enterrarlo.

- ¿Qué te pasó?- le pregunto mientras me siento en un sillón de su apartamento-. ¿Cómo volviste a la vida?

- En realidad nunca me fui- se encoge de hombros-. O eso creo. No estoy muy seguro. Me quedé atrapado en el cuerpo de un zombi.

- Lo volviste a hacer- le digo asombrada-. Después de tanto tiempo...

- Sí, pero esta vez fue mucho más extraño- me dice, sumido en sus recuerdos.