HERMANOS BLAIR Y FIRE

1.5K 151 11
                                    

{ALEX}

- ¿Qué? ¿Aún sigues viendo a tu "amigo imaginario"?- le pregunto a mi hermano mientras le paso la pelota.
Abadón coge el balón al vuelo y lo aparta con una mirada de asco.
- Vete al diablo- me gruñe y me da la espalda, se aleja lentamente de nosotras.
Me giro hacia Jade, mi mejor amiga.
- ¿Qué he dicho ahora?
- Te has burlado de él- me dice como si fuera obvio-. Él cree que lo ves como un loco y solo tiene problemas.
- ¿Ah, pero tú de qué parte estás?- le pregunto algo furiosa.
- De ninguno, solo digo lo que pienso- se encoge de hombros.
- ¡Jade, nos tenemos que ir, cariño!- la llama la madre y se despide de mí con una sonrisa amable.
Jade y su madre desaparecen del parque al que siempre venimos a jugar.
- Alex, hija, ¿y tu hermano?- me pregunta mi madre a la cual no había visto acercarse.
- No sé, se ha enfadado y se ha ido- me encojo de hombros, indiferente.
- ¿Otra vez?- suspira mi madre-. Has mencionado al " hombre malo", ¿verdad?
- Solo he dicho "amigo imaginario", no quería meterme con él- me defiendo.
- Solo tiene doce años, Alex, es un chico muy sensible, yo aún no lo comprendo del todo pero tenemos que hacerlo lo mejor posible, ¿vale? No queremos que se repita sus ataques nunca más. Tal vez él no se acuerda pero nosotras dos sabemos la verdad y lo que es mejor para él. Así que no intentes entenderlo, tan solo evade el tema, ¿entendido?
- Sí, mamá- asiento con la cabeza, obediente.
- Así me gusta. Ahora, vamos a por él...

{ABADÓN}

- ¡No, mamá, no tengo hambre, no quiero nada, solo que me dejéis tranquilos!- le grito a mi madre, encerrándole la puerta en sus narices.
- Por favor, tu padre está aquí, quiere hablar contigo- me suplica mi madre al otro lado de la habitación.
Suspiro y abro la puerta un poco.
Solo dejo entrar a mi padre.
Me siento en la cama mientras Liam se para ante mí, de brazos cruzados.
- No quiero que trates así a tu familia. Tu madre, tu hermana, te quieren con locura.
- ¡Mentira!- le digo sin mirarle a la cara-. ¡Creen que soy un bicho raro! ¡Pues bien, seré un bicho raro! ¡No quiero salir de aquí, no quiero que me manden, no quiero que me vigilen, ni que me toquen, ni que me hablen!
- ¿Estás a gusto aquí?- me pregunta mi padre-. Sabes que siempre puedes venirte a mi casa.
- Lo siento pero si no soporto a mi madre, mucho menos a mi madrastra- le digo.
- Apenas la conoces. Rachel siempre ha sido genial contigo. Además, Andrew es tu amigo, ¿no? Está allí también- me dice.
- No...- murmuro cabizbajo-. No es que no me caiga bien Rachel. Es que...- alzo la cabeza y miro a mi padre-. ¿Por qué no estás con mamá?
- Yo, bueno...- Liam ladea la cabeza-. Lo nuestro no duró mucho...
- Ya- suspiro-. Yo solo quería una familia normal en un mundo bonito como el que mamá me contaba en sus cuentos.
- Ese mundo no existe- responde él.
- Pero existió. Yo sé la verdad. Antes no había zombis- le digo.
- Tienes razón, pero, lamentablemente, has nacido en este mundo. Si quieres hacer algo para arreglarlo, solo puedes hacer una cosa- me insinúa.
- Lo sé. He estado pensándolo. Maya nunca me dejaría pero yo necesito hacerlo. Mañana cumplo los quince. Todos hemos tenido que aprender a defendernos desde los diez años pero son nociones básicas. Yo necesito más. Yo quiero luchar. Unirme al ejército- le digo a mi padre, mirándolo como si esperara su aprobación.
- Te conozco, hijo. Se que vas a hacerlo de todas formas, te dejemos o no. No te voy a mentir, me da miedo, me da mucho miedo que te apuntes al ejército pero no te voy a obligar a que no lo hagas. Es tu decisión. Tienes una edad como para pensar con claridad lo que quieres y lo que no. Si quieres hacerlo, tienes mi permiso y todo mi apoyo. Ya me ocuparé yo de tu madre si intenta impedírtelo- me guiña un ojo y tras removerme el pelo, sale de la habitación.
- Gracias- murmuro bajo cuando se va y me acerco a la ventana de mi habitación.
Está nevando. Es muy común aquí, casi todo el año nieva.
Mañana será un gran día.
Mañana podré cumplir mi sueño.

{ALEX}

- Buenas, os presento a la nueva recluta, Alexandra Blair- me presenta el capitán frente a mis nuevos compañeros.

- ¿Qué estás haciendo aquí?- me pregunta mi hermano, Abadón Fire, en medio del entrenamiento.
Me ha tocado contra él, luchamos con unos palos de madera. Él se alistó hace un mes.
- Lo mismo que tú- le sonrío divertida.
- No me hace ninguna gracia, Alex. ¿Mamá lo sabe?- me pregunta atacando por la derecha.
- Sí. Me he llevado una buena bronca con mamá pero mi padre me ha dicho lo mismo que el tuyo- le digo recordando la conversación con mi padre.
- ¿Ah, sí, el qué?
- Que si quiero luchar, si es lo que verdaderamente quiero, es lo que debería hacer- le digo parando sus ataques.
- ¿Y cuál es la razón de que quieras luchar?- me pregunta mirándome mientras ataca, se le da bien moverse.
- La misma que la tuya, lucho por un mundo nuevo, sin zombis- le digo segura.

Después del duro entrenamiento, Abadón y yo vamos al parque al que solíamos ir de pequeños, no hace muchos años.
Nos sentamos en un banco y disfrutamos de unos bocadillos de tortilla preparados por nuestra madre.
- Sigue sin hacerme gracia que te hayas unido al cuerpo- me dice Abadón.
- Me da igual si te gusta o no. Además, ¿qué más da? Ni que te preocuparas por mí...- le digo poniendo los ojos en blanco.
- No es eso, es que cuanto más lejos te tenga de mí mejor- me dice.
- Ya- murmuro-. Siempre me has estado esquivando, incluso cuando insistía en que jugaras conmigo.
- Ya no importa. Ese tiempo ha pasado. La hora de jugar se terminó hace mucho para mí. Puede ser que haya crecido más rápido de lo normal, no lo sé. Siempre he visto lo malo de este mundo, incluso sin verlo con mis propios ojos, solo en las pesadillas. No importa. Pensarás que estoy loco, como siempre- dice él continuando su bocadillo.
- Te equivocas, Abadón- le digo negando con la cabeza, mirando mi bocadillo de tortilla a medio terminar-. Nunca he creído que estuvieras loco, solo intentaba entenderte, saber más de ti, de por qué actúas de esa manera tan distante con todo el mundo, qué es lo que se te pasa por la cabeza, siempre he querido saber la forma en la que ves el mundo pero nunca me has dejado. Siempre he querido ser una mejor hermana pero nunca me lo has permitido. Yo solo quería estar ahí para ti. ¿Te acuerdas de lo que te dije en el entrenamiento, la razón por la que me alisté?
Abadón asiente en silencio.
- Te mentí. Me apunté porque quería estar cerca tuya, porque quería que supieras que tienes todo mi apoyo, que puedes confiar en mí para lo que sea. Has vivido toda tu vida creyendo que nos odiabas y que nosotras te odiábamos por ello, pero no es así, siempre te hemos querido, siempre, a pesar de todo. Sé que nunca nos hemos llevado bien pero nunca es tarde para empezar de nuevo, ¿no?
Miro a Abadón, que está cabizbajo, pensativo.
Deja caer lo que le quedaba de bocadillo al suelo.
Y sin esperármelo, me abraza.
Por primera vez desde que tengo uso de razón.
Mi hermano me abraza.

- ¿Alex? ¿Estás bien?
Oigo su voz cada vez más cerca.
Estoy despertando.
Todo se me va aclarando.
Hasta que consigo ver su rostro.
Sonrío levemente al ver a mi hermano a mi lado.
- ¿Qué ha pasado? ¿Llegamos a tiempo? ¿Estoy viva? ¿Y los demás?- pregunto aún algo confusa.
-  Los demás se han establecido en el campamento. Solo ha pasado unas horas, estaban muy cansados- me informa.
- ¿Y tú? Deberías estar descansando- le digo.
- No podía, no sin saber que estabas bien- me dice con una sonrisa de alivio-. Hope tenía razón.
- ¿En qué sentido?
- No estabas infectada. Bueno, sí, todos lo estábamos. Pero ese zombi no era normal ni contagiaba- me informa.
- Entonces...- murmuro al recordar que estaba muy mal de camino a Virginia City.
- Solo era un ataque de pánico. Creo que es la primera vez que te pasa. Toma esto, lo vas a necesitar de aquí en adelante- me dice entregándome un ventolín.
Lo acepto con las manos temblorosas, entre aliviada y asustada.
Es lo mismo que le ocurría a mi padre cuando era joven, tenía ataques de pánico y asma muy fuertes, aunque con el tiempo se le pasó...
- Y ahora descansa un poco- me pide Abadón-. Tenemos que informar de lo que hemos visto y llevar los suministros. Mañana volvemos a nuestro hogar, hermanita...

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora