VISITA SORPRESA

1.2K 121 6
                                    

{RACHEL}

Llego al ayuntamiento, muy descansada.
La noche anterior me ha aliviado un poco.
No esperaba encontrarme con esta sorpresa al llegar.

- Te estábamos esperando- me dice Zeth, al lado de Kat, los hermanos Kennedy, Ian, y un puñado de jóvenes soldados, entre los que se encuentra Abadón, el hijo de Liam.
- Antes de que digas nada, lo hemos conseguido- me dice Kat-. Bueno, todo el mérito se lo merece Nelly.
- ¿Dónde está? ¿Se encuentra bien?- pregunto preocupada.
- Mario y Kevin están dándole entierro en La Isla Sin Nombre- me informa Kat.
- Lo siento mucho...- suspiro-. Fue una gran soldado. Aún así, no debisteis marcharos sin avisar- miro a Abadón-. Tu padre estaba muy preocupado, te espera una buena regañina. ¿Alex ya está en su casa?
- Ella...- murmura Abadón, cabizbajo-. Ha ido a buscar a su padre.
- ¡¿Cómo?!- pregunto sorprendida-. ¡Tu madre creía que estaba contigo, en esta misión de rescate! ¡Ya puedes ir avisándola! ¡Y tú!- señalo a Kat-. ¡La próxima vez que vayas a partir, avisa antes! Ya eres demasiado mayor como para seguir siendo una rebelde e infligir las normas.
- Cuando estamos en apuros, no hay tiempo de avisar a nadie. Eres tú la que tendría que haber enviado una patrulla de ayuda si estabas al tanto de la situación- me reprocha.
- Creía que lo tenían controlado. No me pidieron ayuda- le respondo.
- ¡Fue mi culpa, la radio se quedó sin batería!- se disculpa Ian.
- ¡Eso, da gracias de que estamos nosotros!- me dice Andrew-. ¡Queremos permiso para enfrentarnos a estas nuevas amenazas, ya estamos más que preparados!
- ¡Eso!- corrobora Hope.
- No tan rápido, jóvenes soldados- los para Kat-. Aún os queda mucho camino por delante.
- Y seguiremos entrenando- dice Abadón con tono de líder-. Pero queremos estar al tanto de todo. Nos lo merecemos. Queremos ayudar. Queremos limpiar el mundo. Todos nosotros. El nuevo pelotón 166.
- Está bien- suspiro para que me dejen en paz-. ¿Dónde está el monstruo?
- En el centro de investigación. Azula y sus científicos lo están investigando- me informa Kat.
- Para cualquier novedad, avísenme- les digo y continúo mi camino hacia mi despacho, dejándolos atrás.

- Lo siento, Rachel- me dice Luke, fuera de mi despacho-. No la he podido parar.
Abro las puertas de par en par, dispuesta a ver lo que está pasando.
Entonces, me encuentro con otra sorpresa.
- Hola, vieja amiga- me sonríe la presidenta de Asia.
Mary.
Con una niña a su lado.
- ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no has avisado de que venías?- le pregunto confusa, sentándome en mi silla, frente a ellas.
- Tenía que discutir algo muy importante contigo- me dice con su típica sonrisa de suficiencia.
- ¿Y ella quién es?- le pregunto señalándola.
Mary mira a la niña, esperando que responda.
- Minerva Lin, señora- contesta.
- No me dices mucho...- le digo.
- Es mi alumna- me responde Mary-. Y no solo de artes marciales.
- Entiendo- asiento con la cabeza, quiere convertirla en su sucesora-. Supongo que puede quedarse.
- No, solo quería presentártela. Ahora, sal y espérame fuera- le ordena Mary y Minerva le hace caso.
- Bueno, dime a qué venías- le pido cuando se cierran las puertas.
- Hace un par de días estuvimos hablando por radio. Me informaste de las nuevas amenazas. Los mutantes.
- ¿Así los llamas?- le pregunto alzando las cejas.
- Es lo que son. Mutaciones de los zombis, muertos vivientes, infectados, mordedores, inmundos, o como quieras llamarlos. Primero fueron los corredores. Ahora estos.
- Sí, ¿pero a qué has venido exactamente?- le pregunto para que se deje de rodeos-. Tengo prisa.
- ¿Ya me quieres echar?- ruedo los ojos-. ¡Si acabo de llegar!
- Mary, sabes que siempre eres bienvenida aquí, pero tengo asuntos que atender. Y tú también deberías, no puedes dejar tu gobierno sin un líder que lo dirija.
- Nada es más importante que esto, créeme- me dice cambiando de expresión repentinamente-. Estos nuevos mutantes no solo han aparecido en América- me informa, sombría-. Ayer un pelotón de soldados de Asia fueron masacrados por una manada de zombis alocados, salvajes, como los que tú me describiste, y al igual que los de aquí, estaban dirigidos por algo... algo que cantaba. Solo sobrevivió un soldado, sumamente herido, que pudo contarnos todo esto. Era un ser de cabello rojo, femenina y escalofriante, así lo cuenta. Son... musas... dirigiendo a sus trepadores. No la hemos podido capturar.
- Veo que ya les has puesto nombres- le digo-. ¿Y cómo llamarías a un asqueroso ser gordo, hecho de sustancia viscosa y que lanza vómito ácido que atraviesa la piel?
- Deformes. También han aparecido en Asia. Se han cobrado alguna que otra víctima pero los hemos derrotado. Era imposible capturarlo vivo.
- Ya veo- asiento con la cabeza-. Pero todo esto podríamos haberlo hablado por radio.
- ¿Es que no te alegras de verme?- me dice como dolida-. No es lo mismo por radio.
- Te habrías ahorrado un buen viaje...
- No me importa viajar, quería visitar a mi hermano, mi sobrino, a ti, y ver como estaba todo por aquí. Pero no solo he venido a hablar de esto. He venido a decirte algo más, algo más importante que la aparición de estas nuevas amenazas.
- Adelante- le digo.
- Vaya, hija, que borde y cortante estás- se queja ella.
- Últimamente no he tenido buenos días- le respondo.
- Entiendo. Bueno, te informo. Creo que hay más, más amenazas. Lo que hemos oído no es más que el principio. Y han tardado en aparecer, ¿no? Eso solo puede indicar una cosa...
- Yo también lo he pensado- le digo-. Pero... ¿quién?
- ¡Eso es lo que quiero saber! ¡Pero está claro que hay alguien, un grupo, una secta, algo, detrás de todo! ¡Algo que quiere jodernos el puto mundo y no lo vamos a permitir, joder, tenemos que hacer algo!- termina Mary, golpeando la mesa.
- Vale, vale, pero tranquilízate- le pido.
- Lo siento. Es que no sé que tiene América que me pone de mala leche. No me quedaré mucho tiempo- se ríe levemente-. Tenemos que actuar, Rachel. Tenemos que mandar a nuestros mejores investigadores allí fuera y que averigüen lo que está pasando. Y tenemos que unir equipo para ello. Tus soldados con los míos. Un intercambio. Que trabajen juntos, solo los mejores, con los mejores científicos y los mejores soldados. Tenemos que actuar y cuanto más antes mejor. El mundo vuelve a ser más peligroso, más peligroso que nunca. Y más te vale buscar a algún sucesor, nunca se sabe cuando puedes morir.
De repente, alguien llama a la puerta.
- ¿Sí?- pregunto.
- Es Azula- responde Luke-. Ha venido a hablar con usted.
- ¡Que entre!- respondo.
Azula pasa al despacho.
- Vaya, tienes visita- dice la mujer observando a Mary detalladamente a través de sus gafas que la hacen parecer aún más inteligente-. Tú debes de ser la presidenta de Asia, es todo un honor.
Azula le tiende la mano a Mary y esta se la estrecha.
Ambas se miran fijamente, ambas con una sonrisita de suficiencia.
- El placer es mío...- dice Mary-. ¿Tú eres...?
- Azula, nuestra mejor científica. Anoche llegaron con el cuerpo de una "musa". Consiguieron atraparla pero no con vida- le informo a Mary y me dirijo a Azula-. ¿Has descubierto algo?
- Sí- asiente la científica-. Tiene cinco años.
- ¿Cómo?- pregunto extrañada-. Pero si es una mujer adulta...
- Es lo que aparenta, sí, pero no es más que su fachada anterior. Su nueva forma tiene cinco años y no es como los infectados lentos, no infectan a los seres humanos pero aún así están infectados por un virus, no contagioso, jamás visto antes. Está confirmado, hay alguien detrás de todo esto. Alguien muy inteligente. Alguien que quiere a la raza humana exterminada. Alguien sin piedad.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora