Salí de los juzgados cabizbaja, con la mirada fija en la húmeda calzada sobre la que ponía mis pies. Enseguida empecé a notar las gotas de lluvia sobre mi cuerpo, las que no tardarían en calarme la ropa. Mi madre agarró mi brazo con fuerza y me impulsó a caminar más deprisa, siguiendo torpemente el ritmo de mi padre. Nos metimos en el coche familiar, en silencio, mojados pero a la vez ligeros, con la conciencia tranquila al saber que ya todo se había solucionado.
—Ya está, cariño— me intentó tranquilizar aquella mujer que me trajo al mundo. Acarició mi muslo y me dio una mirada reconfortante aunque no fue suficiente como para levarme el ánimo.
Observé la carretera y la velocidad con la que dejábamos atrás el resto de vehículos. Mis manos aún temblaban y en mi cabeza solo tenía una imagen: la de él. Y tristemente sentía miedo y amor al mismo tiempo, pero sobre todo sentía que salvándome a mí, le había hundido y defraudado a él.
Minutos después llegamos a casa y allí en la entrada estaba mi hermano quien, al parecer, acababa de llegar. Me bajé rápidamente del BMW y corrí hacia él, rodeándole con mis brazos.
—¿Qué tal ha ido, pequeña?— preguntó con su acento gallego que poco a poco se iba distanciando del resto de la familia.
—Supongo que bien— respondí contra su pecho, sin llegar a creerme mis propias palabras.
—No, de bien nada...— dijo mi padre con auténtico cabreo cerrando la puerta del coche de un golpe.
—¿Cuál ha sido la sentencia?— preguntó con inquietud Lucas, retirando sus brazos de mi alrededor.
—Orden de alejamiento durante seis meses— respondió duramente mi padre y entró en casa seguido del resto de nosotros.
—¿Cómo es posible? ¿No le meten en la cárcel?— dijo Lucas con el ceño fruncido y con un notable desagrado.
—Así está bien— inquirí con voz tranquilizadora, o más bien, rota.
—No, no está bien. Dios, Alicia, ¿tú no te das cuenta de que ese hombre era una bestia?— alzó la voz mi padre y por un momento, parecía que me estaba echando la bronca.— ¿Qué va a pasar dentro de seis meses, eh?
El silencio reinó por unos minutos, respirándose solo la tensión y la incomodidad. Con lágrimas en los ojos me escabullí hacia mi habitación, dejando abajo la indignación del resto de la familia.
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Better things to come {Isco Alarcón}
Fanfiction||La rutina de la violencia, del poder, del acoso, de las lágrimas ahogadas y del miedo hacia aquella persona que dice quererte. Alicia conocía muy bien todo aquello, la aturdía, la amordazaba y ella se dejaba llevar -quizás por falta de coraje, de...