El Turín Stadium estaba a rebosar de aficionados, siendo un tercio de éstos simpatizantes del Real Madrid. El partido comenzó a la hora exacta prevista y nuestro once titular condujo el balón hasta campo contrario y culminó con un tiro a puerta fallido.
—No pasa nada, ya habría sido raro que en los tres primeros minutos hubiéramos metido gol— espeté tranquilizando a María que ya se había emocionado más de la cuenta.
Nos encontrábamos las dos en el palco, rodeadas de gente importante, con pantalones cortos y unos abanicos improvisados. Un partido a las cuatro de la tarde no era normal, y mucho menos si estábamos saliendo del verano.
—Mírale, qué pena que se haya ido— dijo señalando a Cristiano Ronaldo, quien se acababa de hacer con el esférico y se acercaba peligrosamente a puerta. Un par de segundos después chutó y falló.
—Ya... Pero bueno, el Real Madrid sigue siendo igual de grande sin él.
Nunca había sido una gran fan de CR7, aunque reconocía sus grandes dotes futbolísticas. Siempre era el centro de atención y eso no era justo para otros jugadores madridistas cuyo potencial se veía eclipsado por el portugués.
La primera parte finalizó con el marcador sin estrenar y los jugadores entraron a los vestuarios.—Ojalá saquen a Nacho...—suspiró ella.
—Tú le quieres mucho, ¿verdad?— reí ligeramente.
—No sé qué haría sin él...— se mordió el labio y miró hacia arriba. Esta mujer estaba enamorada hasta las trancas.
—Él también te quiere mucho, se le nota a leguas.
—Lo sé— sonrió con suficiencia pero con una mirada refulgente.— Te preguntaría por Isco, pero no me vas a decir nada y además se os nota.
—¿Se nos nota el qué?
—El amor.
La segunda parte dio inicio y desde el primer momento se notó el refuerzo de la banda defensiva de la Juventus. Intentaron varios tiros a puerta, uno de ellos lo salvó Sergio Ramos aunque se ganó una tarjeta amarilla. Cuando ya empezábamos a perder la paciencia Modric atravesó el campo rival, se la pasó a Isco antes de hacer fuera de juego y éste chutó el balón hacia la escuadra izquierda.
—¡¡¡Gooooool!!!— chillamos María y yo saltando de los asientos como propulsadas por un resorte. ¡Isco lo había metido! Ahora él había ido corriendo hasta quedar frente al palco y señaló hacia donde estábamos, siendo segundos después engullido por sus compañeros.
—Te lo ha dedicado, tía— adivinó María dándome un golpe de cadera. Creo que me sonrojé a más no poder y volví a sentarme con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Así se sentía cuando te dedicaban un gol?
(...)
Le abracé con todas mis fuerzas y él me apretó tanto que casi noté mis huesos crujir. Su sudor se impregnó en mi piel pero no me importó nada, cualquier cosa suya era bienvenida.
—Nos has hecho ganar— comenté sonriente cuando nos separamos, todavía con mis manos alrededor de su cuello y las suyas en mis caderas.
—Aquello iba por ti— asentí temblorosa y recibí un beso en los labios.— Mira, ¿quieres que te presente a Cris?
—No te puedo decir que no a algo así.
Isco rió y me condujo por un pasillo donde se encontraban algunos jugadores de la Juventus. Al fondo estaba el portugués saludando a sus antiguos compañeros, cuando vio a Isco le sonrió y se dieron ese típico apretón de manos con palmada en espalda incluida.
—Enhorabuena, tío— vaya, eso no me esperaba que fuera a salir de sus labios.— Buen gol.
—Gracias, Cris. El tuyo ya llegará— no sé si lo dijo por joder pero por lo menos los dos se rieron.— Mira, esta es Alicia, hermana de Lucas y mi...
Cris alzó un ceja expectante a la frase que Isco había dejado a medias. ¿Su qué? Al notar la tensión innecesaria me presenté yo misma y le di dos besos. La verdad es que había estado más nerviosa conociendo a Koke que a esta estrella. Cuando se lo dijera al colchonero se llenaría de orgullo.
—Qué guapa— espetó con su acento portugués dejándome helada. No supe ni qué responder.— ¿Entonces estáis juntos?
Isco y yo nos miramos algo incómodos, principalmente porque no sabíamos qué responder. Al final decidí hacer un aspaviento con la mano como indicando que ya se vería, Cris se rió.
—Bueno, ya me enteraré. Me alegro de haberos visto— cortante pero formal me volvió a dar dos besos y a despedir a Isco para después meterse en los vestuarios.
—¿Qué tal?
—Un poco ostentoso, pero bien— respondí encogiéndome de hombros.
—Cris es así... En fin, me voy a dar una ducha y después tenemos una conferencia de no sé qué. Podéis aprovechar María y tú para ver la ciudad, que ayer nos salió el tiro por la culata— reímos creo que pillando el doble sentido.
—Pues sí, a ver si visitamos algo. Nos vemos luego entonces— apoyé mi mano en su mejilla y dejé un beso en sus labios. Él sonrió, me guiñó un ojo y esperó ahí de pie hasta que me vio desaparecer de aquel pasillo al que, por cierto, no sé como me dejaron entrar. Quizás porque fui de la mano de Isco y aún así me sorprendía porque allí solo había jugadores.
María y yo decidimos ir a hacer un poco de turismo, puesto que los chicos se iban a tirar un buen rato con aquello y además nos apetecía andar. Paseamos durante varias horas por la ciudad de Turín, cuyo equipo de fútbol acababa de ser derrotado por mi malagueño, hasta que decidimos, exhaustas, sentarnos a tomar algo en un bar de una calle concurrida. La tarde había ido perfecta hasta que me fijé en una pareja de la mesa contigua y la comida se me quedó atascada en la garganta.
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Better things to come {Isco Alarcón}
Hayran Kurgu||La rutina de la violencia, del poder, del acoso, de las lágrimas ahogadas y del miedo hacia aquella persona que dice quererte. Alicia conocía muy bien todo aquello, la aturdía, la amordazaba y ella se dejaba llevar -quizás por falta de coraje, de...