Cap No 8

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Entro al baño con un nudo en la garganta, por primera vez sentía que Wesley no tenía nada que hacer en mi vida. Estaba molesta con el, pero más conmigo misma. Había esperado este momento por días y lo arruine.

Eché agua en mi rostro, me miré al espejo y me sonreí con tristeza.
Al salir del baño Wesley estaba parado frente a la puerta del baño.
-Que haces? Me asustaste!-, exclamó molesta con una mano en el pecho, y tratando de regular la respiración.
-Queria saber si estabas bien-, responde el tomando con su dedo mi mentón obligándome a mirarlo. -Quiero ayudar se que ver a ese patán solo te lastima.
-Quiero ayudar?-, pregunto mirándolo muy seria mientras él se acerca un poco a mi rostro.- Necesito tiempo...-, dejo caer mi mirada y con una mano me quito sus dedos de encima.
-Quiero ir a comer?-, réplica el buscando mi mirada.
-No esto necesita un frenó, tú eres tan guapo... Solo que no estoy lista-, tomó su rostro con delicadeza y le doy un ligero beso.
Al separar nuestros labios me alejo despacio dando un paso de lado para dirigirme a mi habitación, añadiendo;- tienes que irte y si no es mucho pedir apaga el televisor al irte-, doy media vuelta y camino a mi habitación cerrando la puerta tras de mí.

PETER PVD-

Salgo de casa de Wendy y bajo las escaleras molesto, me siento tan tonto, tan humillado! Nunca nadie me había humillado tanto hasta que la conocí... Creo que eso es una de las cosas que me atrajeron en un principio pero ahora no está para nada lindo esto.

Voy a el auto que he alquilado, está al otro lado de la calle.
Al entrar solo me siento en mi puesto del conductor soltando un largo suspiro, cerrando mis ojos y dejando caer mi cabeza en el cabecero de la silla.
Han sido bastantes emociones en un día.

Pasa 1 minuto y mi teléfono suena.
Lo saco de mi bolsillo y tengo un mensaje.

-Me has planteado una vez más, se supone que volveríamos a intentarlo o bueno... Eso fue lo que yo dije-

Raquel de nuevo con sus locuras de que ella y yo teníamos que intentarlo de nuevo.

Dejo mi teléfono en la silla del copiloto y volteando a mirar a la puerta de entrada del edificio de Wendy veo al supuesto "novio" de Wendy salir molesto meneando la cabeza en forma de negación. Y no pasa un minuto para que mi teléfono suene.
Es una nota de voz, y es de Wendy.

-Se que no tengo porqué darte explicaciones pero estuve esperando este momento y quiero... Quiero intentarlo puedes venir?-. Se escucha que está algo triste.

- Estaré en tu casa en media hora... Ando lejos-, mentí.

Tire el celular de nuevo a mi lado, me puse el cinturón y arranque el auto.

Entre a una floristería, habían flores de muchos colores. Sabía que el color favorito de Wen era el Naranja, así que pedí un ramo de rosas color narajas quería sorprenderla, quería demostrarle que en mi sí ha habido un cambio.

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Tarde más de lo que pensé, ya había pasado una hora.

Golpeé la puerta tres veces y escondí las rosa a mis espaldas.

Tardaron algo en abrir pero cuando escuché la cerradura mi corazón ando más rápido, tomé aire y sonreí aún con nerviosismo en mi rostro.

Al ver al Wendy todas las palabras desaparecieron de mi mente. Era ella, la misma chica que conocí en una bicicleta cuando caía torpemente, la misma a la que acompañe en su peor momento con su tía, la misma a la que lastime, la misma a la que perdí.

Wen solo sonrió, tenía los ojos rojos parecía haber llorado era la misma cara que tenía cuando supo que tendría que vivir con Elizabeth.

-Hola-, dijo ella con su tierna voz apoyándose en la pared abriendo más la puerta.

-Hola-, respondí 2 segundos después volviendo a mi realidad. Sacudo mi cabeza y recuerdo las rosas,- te he traído un regalo, sé que no es mucho pero quiero empezar de nuevo-, añado extendiendo mi brazo a Wen.

Sus ojos se iluminan y su sonrisa crece un poco más. Si que es hermosa.

-Rosas naranjas! Como las que mi padre me regalaba cada cumpleaños!-, dice ellas al recibirlas luego de haberlas olido,- lo recordaste.

Yo asiento con una sonrisa, ella se hace a un lado dándome paso para entrar.

Entro a su casa de nuevo y esta vez más cómodo.
-Sigue al sillón las pondré en agua y las llevo a mi habitación ya vengo.

No tarda mucho. Vuelve y se sienta a mi lado derecho obligándome a voltear totalmente a mirarla.

-Como supiste dónde encontrarme?
-Tu abuela-, le sonrió. Al escuchar eso se le ilumina más los ojos.
-Como está ella?
-Ella está bien, tú abuelo estuvo en el hospital la semana pasada pero ya le dieron de alta y tu abuela me ha dado esto, dijo que era de tu madre-, saco de mi bolsillo trasero del pantalón un collar plateado con un dije circular con la letra A grabada.
Wen lo mira con detenimiento y una gran sonrisa. Lo he hecho bien.

-Porque la A?-, pregunto yo.
-A de Andrea ese era su nombre-, responde con una sonrisa y los ojos algo aguados,- me ayudas a ponerlo?
-Como gusto-, respondo yo recibiendo el collar mientras ella se voltea.

-Oye?-, después de un silencio incomodo ella volteo a mirarme algo nerviosa con una mano aún en el dije del collar,- enserio siento mucho lo que viste el y yo... No somos nada te lo prometo.

-Tu y yo no somos nada-, soy realista pero intento no sonar duro. Es imposible ya que lo que estoy diciendo es triste y aunque lo dijera cantando segura siendo triste. -No te sientas obligada a darme explicaciones. Cuando vine aquí fue con el propósito de disculparme por lo que hice cuando estábamos junto, fui un idiota en todos los sentidos, yo solía ser así pero ahora...

Wen suspira con una sonrisa acercándose un poco a mi haciendo que nuestras rodillas sobre el sofá choquen.

-Estas aquí!-, dice ella acariciando mi rostro.
Yo asiento devolviéndole una sonrisa.

-Estas bien si yo...-, dice ella acercando su rostro un poco a mi y yo hago lo mismo.
En el momento en que nuestros labios se rozan ella susurra,- espere esto tanto-, como no querer besarla después de escuchar eso?

Pero yo me echó para tras tomando su mano de mi rostro y entrelazandola con la mía.

-Soy diferente ahora... Tú tienes a alguien y no vamos a hacerle lo que yo a ti-, finjo una sonrisa y me acomodo mirando al frente dónde se encontraba el televisor.
-Bueno...-, dice ella confundida.- Quieres ver algo?

Yo asiento y en un silencio incomodo ella escoje una película, "ganas de ti" se llama la película.

Derrite mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora