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Steve

-Realmente desearía que no las tuvieras.

-A que te refieres?

-Lo siento, no quise verte mientras te cambiabas, en verdad yo... bueno Es que recuerdas cuando llegaste.

-Si...

-Todo tu era imagen de algo impensable y realmente atroz. Tenías moretones en todo tu rostro y bajo tu ropa tenías muchas marcas de golpes y heridas que apenas sanaban.

-Era algo común, me acostumbré a ello.

-No por eso deja de ser algo impensable, no permitas jamás nunca que alguien vuelva a lastimarte y créeme si alguien llega a herirte se las verá conmigo.

-Steve...

-Con lo que iba, es eso. Tienes un lienzo de cicatrices blancas, a lo largo de todo tu cuerpo. Y en verdad no soporto verlas.

-Lo Se Es desagradable.

-Nada de eso, si Es verdad son un recordatorio de lo mal que lo pasaste, pero también son muestra de que saliste adelante, de que a pesar de eso nunca te rendiste, eres una persona muy valiente Bucky.

-Yo no creo que sea eso.

-Lo Eres, créeme que si...
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-No tienes idea de la guerra que se llegara a tu vida hombre.

-Perdon?

-Hill me contó lo qué pasó con Sharon, en verdad terminaste con ella, así como si nada? Después de tanto tiempo, amigo en verdad pensé que ustedes dos iban para largo.

Cinco días, seis si contaba este eran los que habían pasado desde entonces. Después de aquel fin de semana no hice nada más que concentrarme en el trabajo, pensé que podía ayudar a mi mente a distraerme a olvidar todo.

Había llegado a mi apartamento aquel día por la tarde después de lo que fueron horas de hablar con Nat, camine recordando cómo todo ahora se encontraba tan diferente de hace algunos meses y me lleno de alegría y paz el motivo por el que eso había tenido que suceder.

Recorro el lugar al ver que Buck no se encuentra por ningún lado y es cuando llego a mi estudio y lo encuentro recostado en el sillón.

La sola imagen de verlo en esa manera, tan en paz, su pecho baja y sube con una respiración tan calmada ajeno a todo mal. Noto como algunos mechones de su cabello le cubren la frente, y lo mejor de esta imagen es ver cómo tiene puesto uno de mis suéteres, más parecían ahora suyos.

Le quedaban olgados porque a pesar de ser casi de la misma estatura nuestros cuerpos eran muy diferentes, pero no podía ser más feliz por verlo de esa manera. No podía... no quería arruinar esto que tanto había logrado permitirse olvidar todo.

Me quedo mirando a Sam pensando en qué decir, había rehuido a la insistente mirada de Nat estos días. En toda su cara estaban las mismas preguntas de estos días.

Ya hablaste con el? Ya dijiste algo de su familia? Le confesaste lo que sentías? Le has hablado si quiera?

Eso era otra cosa de la que más me causaba ganas de darme golpes en la cabeza. Había estado huyendo a la compañía de Bucky. No podía verlo sin pensar en el enorme secreto que tenía conmigo, notaba lo preocupado y pensativo que estaba estos días al ver que de alguna manera nuestra rutina no había cambiado mucho pero si me había vuelto más distante.

Me odiaba porque se lo que eso le hacía sentir. Nunca quise que esto se alegrara tanto, pero decírselo lo hacía real. Hacia real que su familia estuviera tan cerca, hacia real su miedo a que se lo llevaran y sobre todo, si yo decía algo... nunca había sentido algo como esto. El sentir que mi vida a dejado de ser completamente mía y es entregada a alguien en que yo se que puedo amar hasta el último aliento que de.

Sin miedo (Stucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora