Sin miedo (Stucky)

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Bucky

-Buck tienes que tomar tus cosas...

Sentí que mi corazón dejó de latir, mis oídos empezaron a se horse pesados, su voz causó un eco ensordecedor dentro de mi. Sentía que la sangre dejó de fluir en mi cuerpo.

Sentí un dolor como nunca antes había sentido por lo que me acababa de decir Steve, notaba dolor en mis ojos y no pude evitar sentirme cayendo en un abismo del que no podría salir, empezó con una lagrima y después no pude detenerlas.

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Canela y manzana, eso era lo que podía identificar como el olor que inundaba mi habitación siempre que ana entraba en ella. Me encontraba nuevamente en el piso, no estaba seguro por cuánto tiempo estuve en la misma posición bastante adolorido para si quiera pensar en moverme.

Había sido un día que por alguna extraña razón empezó con algo de suerte. Hoy era el día que cumplía 21 años, por lo que esperaba y escuchando que pasaba en esta edad fantaseaba y jugaba con la idea de qué tal vez tendría un poco más de libertad.

No pasó nada especial, no es como si yo lo esperara, pero me dijeron cuando me trajeron el desayuno que el día de hoy mi familia había salido a un evento en la ciudad y no estarían en todo el día, sonreí ante la idea de al menos pasar mi cumpleaños en el exterior.

Salí descalzo de mi habitación y con uno de los dos pantalones que tenía y un suéter que me quedaba algo suelto por lo que sentía en mi cuerpo salí de ella.

La primavera estaba en su máximo apogeo y realmente me fascinaba la idea de sentir para variar el sol en mi piel, sentir el pasto sobre la planta de mis pies y estar un rato con la fantasía de que era libre.

Una cosa llevo a la otra y al escuchar de improviso un coche en la entrada a los pocos minutos tenia a Peter y Anthony conmigo, ya no se me escapan decirle Tony nunca. El seguía molestándome, insultandome y no dejaba de darme palmadas en la cabeza.

No se que fue lo que me impulsó a hacer ese movimiento, solo quería estar un día tranquilo, quería sentir que por un día no estaba confinado a esta vida. Decidí que ya tenía suficiente y sin saber cuál sería el resultado lancé un golpe que seguro no esperaba que logro golpearlo en la cabeza.

Por unos segundos no respondió, sentía yo mismo sorpresa ante tal acción y lo bien que se sintió defenderme para variar. Pero antes de que Tony respondiera algo una voz potente y unos pasos furiosos se acercaron hasta nosotros.

-James!! Como te atreves...

Lo siguiente que se es que ahora me encuentro sintiendo el dolor de sus golpes en mi cuerpo, la sangre que ya ha dejado de brotar de mis heridas y cómo siento entumidas mis piernas por tantos golpes y tropiezos que di mientras me arrastraba a mi habitación.

Manzana y Canela, eso era lo primero que identificaba. Escuchaba el andar de las pocas personas que tenían contacto conmigo, los conocía de memoria y era la diferencia entre una amable presencia o alguien que solo cumplía con su tarea.

La puerta de abrió con cuidado y la voz de Ana me saco de mi fatídico estado de ánimo.

-Joven James...

-La cena?

-Trate de hacer algo por usted.

Escuche como me rodeaba y dejaba la comida en una pequeña mesa. Me levante del suelo y con pasos cansados me senté en mi cama.

-Ana... siento algunos hoyos en mi ropa crees que tú podrías...?

-No tiene que decirme más Joven James, mañana trataré de lavárselos y remendarlos nuevamente.