Un paso. Solo di un paso fuera de mi habitación y sabía que no habría vuelta atrás. Había llegado el día.
Un paso tras otro, mientras ponía atención a los sonidos de la casa, tratando de adivinar si alguien estaba cerca, rezando por qué no se escuc...
(1/2) Estás dos partes tienen 8000 palabras entre los dos, le cambie tanto pero...
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Steve
Creo que puedo contar con los dedos de una mano las veces en las que scott se ha quedado de esta manera. Su cara refleja una completa quietud, una calma que solo se logra cuando algo te da el tiempo de procesar la información obtenida de manera calmada.
No hace ningún comentario, no hace ninguna broma. La expresión en su rostro es completamente neutral, pensaba que no había cambiado del todo al ser un poco cretino y bueno fanfarrón, pero al verlo de esta manera, es cuando me doy cuenta qué tal vez una gran parte de el sea completamente diferente a los más de tres años que pasamos sin vernos.
Ya no somos niños, ya no somos aquellos jóvenes que veían la vida adulta tan lejana, no somos ese par de hermanos contentos de ser tratados con respeto y sonrisas de orgullo de parte de aquellas personas que nos vieron crecer y ahora nos empezaban a tratar como iguales.
Frente a mi, veo a mi hermano mayor, a un hombre que se encarga de una empresa de renombre mundial al lado del hombre que se con certeza que se irá tranquilo sabiendo que logro dejar su legado en manos de un hombre completamente capaz de dirigir ese imperio.
Frente a mi tengo la viva imagen de mi padre, no porque sean dos citas de agua, pero los gestos, el porte, el como su mente analiza toda la información dada de una manera audaz e inteligente. No solo los engranes unen las piezas de este rompecabezas, si mente considera todas las variables posibles de este juego.
Porque en este tablero de ajedrez cada movimiento es definitivo, como bien hemos experimentado todos en estos meses. Lo veo y todo lo que pase a continuación me tiene sin cuidado, solo puedo pensar en la persona que amo, lo que tenga que lidiar después lo enfrentaré de frente, sin huir.
Cerró los ojos un momento, respiró sonoramente y exhaló todo el aire que se encontraba en su pecho. Cuando abrió sus ojos esquivó mi mirada, era muy difícil leerlo, saber que era lo que estaba ocurriendo en estos momentos.
Pensé que finalmente empezaría a hablar, pero sorpresivamente se puso de pie, alejándose un poco de los sillones y dirigiendo su vista en el lugar. No le había dado el recorrido oficial de mi apartamento y no entendía del todo el repentino interés en las cosas que había aquí.
Sigo su mirada hasta las fotografías qué hay por la estancia, el cuaderno de dibujo donde se que deje un retrato de Bucky mientras dormía a medio terminar. Su cabeza gira y sigue su recorrido con la mirada hasta el pasillo que da a mi habitación. Recorre una vez más todo el lugar, lo observó mientras analiza los libros que dejó Bucky cerca de los sillones.
Se que puede ver con claridad cómo el lugar está adecuado para que el pueda moverse con familiaridad. Yo mismo podía tratar de concentrarme en hacer una imagen mental de cómo era todo antes de que el llegara y no pareciera real que el no tenga tanto tiempo aquí a mi lado, mi casa era un hogar por que ahora lo tengo a él conmigo.
