Capítulo 1

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Y aquí estoy. El gran día ha llegado. Me adentro en el instituto con un resoplido y me dirijo al aula habilitada para el castigo. Cuando llego, ya están todos ahí, incluidos los cuatro marsupiales y el profesor, que me mira con desaprobación.

-Llegas tarde -me riñe, a lo que yo respondo con una mueca de disculpa completamente irónica.

-Lo siento debía sacar a pasear a mi pez.

Se escuchan unas cuantas risitas en el aula, y el mayor me dedica una mirada de advertencia, por lo que bajo la cabeza y me siento en el pupitre más cercano a las ventanas, pero en primera fila. No quiero estar cerca de los culpables de que esté aquí, que se encuentran al final de la clase, como los chicos malotes que son. Me coloco mis auriculares, apoyo mi cabeza sobre mis brazos e intento dormir un poco. Pero hay alguien que se dedica a tirarme bolitas de papel, imposibilitando mi tarea. Harta ya de sus molestias, me giro hacia los populares y veo a Jake escondiendo lo que utilizaba de tirachinas.

-Vuelve a tirarme una cosa de esas y te aseguro que te tragas el boli -amenazo con un gruñido.

-Vamos, nena, no te pongas así -los demás ríen ante sus palabras, menos Logan, que ha apretado la mandíbula al oír el apodo que me ha puesto su amigo.

Les enseño mi dedo de en medio y me giro de nuevo, ignorándoles. Decido hablar un rato con Mia, a esta hora ya debe estar levantada. De hecho, está en línea, al fin una buena noticia. Le mando un saludo y espero a que me conteste, pero pasan los minutos y no recibo respuesta. Compruebo de nuevo que sigue en línea, y así es, pero su mensaje sigue sin llegar. Reviso que mi conexión a internet sea buena y que tenga cobertura. Todo en orden, puesto que me llegan notificaciones de mis otras aplicaciones. Frunzo el ceño, confundida por todo aquello. Decido que lo mejor será pegarle un toque, así que marco su número y espero a que conteste. El profesor me dedica una mirada de advertencia, pero le ignoro. Esto es importante.

Después de unos segundos escuchando los pitidos indicadores de que hay señal, la llamada se corta. ¿Pero qué demonios está pasando? Vuelvo a intentarlo un par de veces más, el resultado es el mismo. Lo extraño es que, antes de que pueda salir la operadora diciendo lo típico de "Este número no contesta, por favor, deje su mensaje después de oír la señal", la llamada termina. Es decir, que me cuelga. ¿Por qué me colgaría Mia? "Quizás se está duchando" dice una voz en mi conciencia, pero enseguida desecho la idea, puesto que miles de veces hemos hablado mientras ella se aseaba, o estaba haciendo pis, o mientras cocinaba. A ella le daba igual, siempre respondía al teléfono, hiciera lo que hiciese.

De acuerdo, estoy comenzando a preocuparme. Repaso mentalmente el día de ayer, por si hubo algún momento en el que dije algo que pudiera haberla ofendido y ahora no quiera hablarme por eso, pero no encuentro nada. De hecho, nos pasamos todo el día riendo y planeando nuestra venganza contra los cuatro orangutanes del fondo, que no han parado de lanzarme las dichosas bolitas de papel, pero les ignoro.

-Está ausente -dice uno de ellos, pero como no estoy centrada en sus voces, no puedo decir con exactitud de quien se trata-. Seguramente esté pensando en su novio.

Estallan en carcajadas. Es entonces cuando dirijo mi atención hasta ellos, no por lo que acaban de decir, ya que me importan un pimiento sus burlas, sino porque quiero averiguar dónde demonios está mi mejor amiga. Pero antes de preguntárselo a Logan, voy a aclarar la pullita que me acaban de soltar. Hay un chico, Chase Denovan, con el que tengo una especie de enamoramiento. Los orangutanes lo saben, no tengo ni idea de cómo lo han descubierto, probablemente Logan nos escuchó a Mia y a mí hablar sobre él, pero la cuestión es que siempre me molestan con lo mismo ya que, cuando fui a pedirle salir, me puse tan nerviosa que terminé tartamudeando y salí corriendo. El chico se quedó anonadado e intentó retomar la conversación unos días más tarde, pero cada vez que le veía, el sentido del ridículo se apoderaba de mí y terminaba huyendo. Chase lo ha seguido intentando, y siempre termina de la misma manera. Es por eso por lo que los populares se ríen de mí, pero yo paso de sus burlas.

La desaparición de Mia CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora