Capítulo 42

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-¡¿Se puede saber qué demonios es esto?! -exclama Jake con un grito, sobresaltándome y, consecuentemente, despertándome.

Me incorporo rápidamente, sintiendo cómo el brazo de Logan -que me estaba rodeando el estómago- se desliza hasta caer sobre el colchón. Ante mi brusco movimiento, el chico que dormía junto a mí abre los ojos para encontrarse con el resto de sus amigos en la habitación, dos de ellos viendo la escena divertidos. El tercero, el mismo que ha interrumpido nuestro reparador sueño, está situado junto a la cama, con los brazos en jarras y tamborileando nervioso con el pie.

-¿Y bien? -apremia enarcando una ceja. Frunzo el ceño ante su actitud.

-¿Qué mosca te ha picado, Parker? -se me adelanta mi vecino frotándose los ojos y cambiando su posición hasta quedar sentado. Siento su calidez extremadamente cerca y tirito levemente.

-¿Qué haces en la cama con MI chica? -recalca el posesivo, y entonces lo entiendo todo. Suelto una sonora carcajada, logrando que el molesto joven me fulmine con la mirada.

-Es demasiado temprano para una escena de celos, pastelito -sonríe ante el mote, pero retoma su pose enfadada en seguida.

-Nunca es demasiado temprano para eso -me contradice haciendo un puchero, a lo que sonrío-. Tú -se gira señalando acusadoramente a su compañero-, traidor, has quebrantado una de las leyes sagradas de la amistad.

-No es culpa mía que TU chica prefiera quedarse CONMIGO -responde encogiéndose de hombros.

-Eh, alto ahí -intervengo elevando los brazos-, no me metáis en vuestras peleas de masculinidad -se me quedan mirando no muy convencidos de que ese concepto exista, por lo que me levanto de la cama para darle más énfasis a mis palabras.

-Brooke -se queja Will, quien se había mantenido callado apoyado en el marco de la puerta y con los brazos y las piernas cruzados.

-No la mires así -amenazan al unísono Logan y Jake rápidamente.

Entonces me doy cuenta de que solo llevo puesta una camiseta de manga corta que me llega un pelín más arriba de la mitad del muslo. Sonrojándome un poco, y creyendo que todo eso es muy surrealista, los hecho a todos de mi habitación. Después de darme una relajante ducha, me visto con unos leggins y una sudadera de mi padre y bajo a desayunar. Encuentro a Ashton y su mejor amigo analizando una de las fotografías que tomaron del día de la fiesta y me estremezco.

-Mira, ¿no ves la diferencia? -le pregunta el primero al segundo, que le observa sin entender adónde quiere llegar. Gruñendo por lo bajo de la frustración, procede a explicarse-. Las del salón tienen la silueta de la ventana entremedio, pero las de las habitaciones no -dice señalando a lo que se refiere. Me aproximo hasta ellos para comprender al muchacho.

-Tienes razón -exclamo sorprendida ante su descubrimiento-. Eso quiere decir que las fotos de las habitaciones fueron tomadas desde dentro.

No es hasta que lo digo en voz alta cuando me doy cuenta del verdadero significado de mis palabras. Un escalofrío de terror me recorre de pies a cabeza a la vez que un enorme nudo se instala en mi garganta.

-Pero no había nadie cuando encendimos la luz -me recuerda Logan con el ceño fruncido.

-Esta imagen demuestra lo contrario -difiero mostrándole la instantánea en la que aparece una mano enguantada acariciándome la mejilla-. Aunque es cierto que no hay demasiados escondites en mi dormitorio.

-No hay ninguno -corrige, de manera insistente.

-Pero de alguna manera tiene que tomar las fotografías -interviene Jake con el semblante confundido, como si todo el asunto no tuviera ni pies ni cabeza.

La desaparición de Mia CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora