Un ruido en la ventana me sobresalta, desviando mi atención de la tarea que tenía en mis manos. Cojo lo primero que encuentro, una escoba -¿qué hace en mi habitación?-, y me dirijo lentamente hacia la cristalera. En esos momentos, una sombra se adentra en mi dormitorio. No distingo quién es, puesto que el sol me da de lleno en la cara, deslumbrándome. Entonces el intruso da un paso hacia adelante.
-¡Jesús! -exclamo al reconocerle, y bajo el objeto que tengo en mis manos.
-Casi, Logan -se burla mientras dirige su mirada a lo que había estado a punto de usar como arma de defensa-. ¿Qué se supone que ibas a hacer con eso?
Ignoro su comentario y le doy la espalda para seguir con mi trabajo. Se acerca a mí para ver por qué no le he hecho caso y hace una mueca cuando reconoce las fotos de Mia esparcidas por el suelo.
-¿Qué haces? -inquiere mientras se sienta junto a mí.
-Estoy identificando todos los sitios donde se tomaron las fotos, para averiguar si hay algo que nos pueda indicar dónde demonios está tu hermana -le explico mientras separo las que pertenecen a su casa en un montón.
-¿Pensabas hacerlo sola? Hay cientos de imágenes -me encojo de hombros, restándole importancia-. Voy a llamar a los chicos.
Enarco una ceja ante sus palabras, no me apetece estar con los cuatro orangutanes a la vez. Me basta con tener que soportar al que tengo enfrente, pero solo lo hago porque es su hermano y está tan preocupado como yo.
-Si vais a estar todos, mejor vamos a tu casa -me mira intrigado, queriendo saber el motivo-. No quiero que mi madre me encuentre acompañada de cuatro chicos, revisando unas fotos de lo más escalofriantes en las que sale mi mejor amiga.
-¿Acaso te pone nerviosa que tu madre te encuentre con cuatro sexis adolescentes en tu habitación? -su tono sugerente me irrita.
-Fuera -le digo dándole un leve empujón. Al ver que solo sonríe, añado-. ¡Ya!
Sin embargo, en lugar de salir por la ventana, como hubiera imaginado que haría, se encamina hacia las escaleras. Rápidamente recojo todas las fotos y salgo tras él, temiendo que se encuentre con alguno de mis progenitores. Mis sospechas se hacen realidad cuando mi madre aparece proveniente de la cocina con una taza de café en las manos.
-Logan, cuánto tiempo -exclama al reconocerle. Luego se da cuenta de la hora que es y nos mira recriminatoriamente-. ¿Qué haces aquí?
-He venido a despertar a Brooke, habíamos quedado unos cuantos del instituto para ir de excursión -miente con tranquilidad-. Se lo he dicho cuando me ha abierto la puerta.
Aquello nos pilla desprevenidas a mi madre y a mí. Le miro con la boca abierta, incrédula al oírle decir aquello. La mujer le mira sorprendida, lo ha dicho con tanta seguridad que le ha creído.
-Oh, puede ser -responde nerviosa-. Iba un poco dormida, así que no me acuerdo demasiado bien.
Estoy alucinando, ¿cómo se ha podido tragar ese bulo? Me despido de ella con un beso y me encamino hacia la casa de al lado. Miro al chico inspeccionándole, se le ve calmado.
-¿Esto es lo que le dices a todas las madres tras acostarte con sus hijas? -me ha salido sin pensar, y más brusco de lo que pretendía.
-¿Celosa? -inquiere con su típica sonrisa seductora. Yo empiezo a reír a carcajadas, su expresión se ha borrado y ahora me mira como si estuviera loca.
-Esa ha sido buena -logro decir entre lágrimas-, lo admito.
Enarca las cejas, claramente molesto por mi comentario. Le dedico mi semblante más angelical y entro en su casa, para después dirigirme a su habitación. No puedo evitar pararme en la de Mia, que sigue tal cual la dejamos ayer. Mi estado de ánimo decae, la echo de menos y estoy muy preocupada.
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La desaparición de Mia Collins
Mistério / SuspenseUna chica. Cuatro chicos. Una desaparición. Un sobre lleno de fotografías. Un misterio que resolver. Una mejor amiga, una hermana y un amor platónico que encontrar. ¿Te apuntas? ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Portada hecha con la colaboración de @H...