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17 de Agosto 2018

Seattle
Camila

Dinah me recibió con un café capuchino en la mano. En los últimos días se había convertido en un gran apoyo. Caminábamos juntas por el hospital, comíamos y de a poco compartíamos algunas historias, ella venía de Los Angeles y yo le había contado de mi carrera en Nueva York.

-Querida, tienes una cara peor que ayer ¿Que esta pasando contigo?
Preguntó con su típica sonrisa coqueta.

-No he podido dormir bien y a todo esto añade el trabajo exhaustivo del hospital.
Asintió sin entender ni un poco.
Nadie sabía sobre mi pasado antes de NY y planeaba que así permaneciera. Aunque ella se convirtiera en una buena amiga, había acordado con mis padres jamás mencionar sobre mi hija. Además me hacía sentir como la persona más débil frente a otra persona.

Comencé a colocarme mi uniforme quirúrgico en el vestidor principal para mujeres, sería una jornada larga así que usé unos zapatos cómodos. Coloqué mi bata mientras escuchaba como ella endulzaba su oído con su supuesta novia, con su móvil.
A lo que me había contado, era de Seattle y era amiga de su primo Seth. Si una chica ¿No era mucha casualidad que tu compañera en el hospital también fuera gay?
Me reí en silencio.

-Si Mani ¿Te parece el fin de semana? Tengo una amiga muy interesada.
Me miró fijamente y sonrió. Después de un rato de cosas cursis colgó su móvil.
-Espero que no tengas muchas cosas que hacer el fin de semana, por que tu y yo tenemos una cita doble.
Dijo entusiasmada. Yo logré golpear mi cara con un libro. ¿Había escuchado bien? Yo nunca tenía citas.

-¿Que? Espera, no quiero salir en una cita doble Dinah, para empezar yo no salgo en citas.

-Dios. Rodó los ojos. -¿A caso eres virgen? Por que puedo advertir a Mani para que le diga a su amiga que entre ustedes nada de nada. Hizo un movimiento extraño con ambas manos. Fue mi turno de rodar los ojos. Si no salía con nadie menos tenía cabeza para pensar en sexo. Y era bastante obvio que no era virgen.

-Bien, creo que es mejor ir a trabajar, me ha intrigado bastante lo del caso de pediatría.
Dinah me siguió por los pasillos escuchando los datos clínicos de un paciente nuevo en el piso. Ver pacientes y estudiar eran mi mejor distracción.

Este fin de semana caía libre para fortuna, aunque era libre, habíamos cubierto nuestras guardias de la semana, así que era el primero del mes, tendrían que pasar otras dos semana para tener otro fin de semana para descansar.

En realidad no tenía buenos planes, las cenas en familia no estaban hechos para mi. Sobre todo cuando papá se ponía pesado con el tema del matrimonio y mi futuro.
Ellos sabían que no salía con nadie y que planeaba quedarme así por mucho tiempo.
Salir con Dinah era mi única distracción de todas formas sería en la noche y así tendría dos días por la mañana para investigar sobre Lauren y Megan.

La tarde se había ido pronto entre varias urgencias, mi uniforme lucía sucio y mi cabello ya descuidado. Mis piernas dolían pero aun faltaban las horas para que mi turno terminara.
Tomé más café de lo acostumbrado y me sentía con un dolor de cabeza terrible. Además me había topado a papá un par de veces.

Al día siguiente cuando salía por las puertas del hospital,Dinah me intercepto.

-Oye, la cita es hoy a las ocho, en un restaurante italiano, si quieres puedo pasar por ti a algún sitio. Insistió, temía que no fuera.

-Pásame la dirección, yo llego. Algo indecisa me envío un mensaje y me despedí de ella antes de tomar un taxi a mi departamento, intentaría dormir un poco antes de que se llegara esa hora.
Cuando finalmente estuve en mi apartamento solté mi mochila y llaves en la estancia y casi corrí para darme un baño.
Estaba dispuesta a dormir pero no iba a lograrlo si no me sacaba esa mirada verde de mi cabeza.
Me rendí y caminé a mi computador portátil. Necesitaba investigar un poco sobre ella.

La primera noticia de la ciudad al teclear su nombre en google, era la del incendio del miércoles. Mencionaban su nombre y el de otro bombero. Como reconocimiento y sobre que habían resultado heridos. Al menos tenía una pista. Ella trabajaba en la estación 1 de bomberos. No quedaba muy lejos de aquí.
Ella era muy conocida en ese ámbito por que mencionaban varios reconocimiento por sus labores de rescate. Involuntariamente sonreí, Lauren lo estaba logrando y eso me hacía sentirme tranquila.
Nada de redes sociales. Dios. Aunque me engañara a mi misma, ya lo había intentado un año antes. Buscar su nombre en twitter y Facebook, tratando de encontrar alguna fotografía de mi hija de tres años ahora.
Suspiré pesado.
Tenía que esforzarme más para obtener información, tal vez me arriesgaría a otro encuentro con ella, tratar de hablar con calma y convencerla de dejarme mirarla, aunque fuera a distancia. Tal vez sería bueno visitarla en la estación, no tenía una mejor idea.
Diablos, todo pintaba a que tampoco podría dormir hoy.

Cuando te fuiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora