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28 de Octubre 2018

Seattle
Lauren

Eran las 12 de la noche y la conversación seguía. En realidad era un juego preguntas y respuestas. Entre las cuales no pude evitar reír. Megan le había comenzado a preguntar ¿Como es que había salido de su barriga? ¿Como la habían hecho adentro? ¿Porque no tenía un hermano?
Comencé a toser interrumpiendo su juego. Ok. Esto ya se estaba saliendo de control. Megan rió de mi y yo traté de evitar seguir ahogándome con el café.
Ya era muy tarde. Debería sacarlas de aquí e irnos a casa. Aun necesitaba llevar a Camila a su departamento. Dios. Tenía un rato queriendo besarla otra vez pero con Megan frente a nosotras, no sabía en que momento era correcto.
Ellas se abrazaron con cariño frente a mi. Comenzaba a creer que eso de sentir celos iba a ser imposible. Sabía que Megan no iba a querer despegarse de ella en un buen rato. Había descubierto la cosas más increíble para su edad.

-¿Vas a vivir con nosotras?
Preguntó Megan y Camila se quedó sin respuesta.

-Más adelante ¿Si? Megan gruñó bajo. Sus manos acariciaron el rostro de Camila muy entretenida.

-Pero yo quiero. Hizo un tierno puchero. Era demasiado inteligente y sabia que era él momento de convencerla con esas miraditas tristes y demás. Camila rió.

-Yo también pero debemos esperar.

-¿Es por que mamá Lauren ronca? Fruncí el ceño, eso no era verdad.

-Megan. Intenté regañarla. Pero fue imposible. Cuando se cruzó de brazos y no quiso hablar. Yo la cargué. Ya había pagado la cuenta y necesitábamos salir ahora. Camila me siguió hasta el sitio donde nos estacionamos y acomodé a Megan en su asiento.
Cuándo cerré la puerta y Camila estaba a punto de entrar. La estiré levemente. Sin pedir permiso pegue mis labios a los suyos. Sabía que esa iba a ser mi última oportunidad para besarla luego de dejarla en su departamento.
Ella correspondió.

-Todo fue bien, te lo dije. Nos separamos y miramos fijamente. Ella sonrió.
Volvió a dejarme un beso en los labios y entró al auto.
Megan siguió haciendo preguntas y no fue hasta que llegamos a donde Camila cuando sé puso otra vez de mal humor. No quería despedirse de ella y comenzó a llorar. Entre la dos intentamos convencerla pero no funcionó.

-Quédense aquí, ¿Mañana tienes que trabajar? Preguntó, yo negué. -Tampoco yo ¿Anda si? Desayunamos juntas las tres.
Megan estaba atenta a lo que decíamos. Y suplicó con sus manitas. Dios. Esa niña si que era imposible y luego ponía esa carita tierna muy parecida a la de Camila.
Metí el auto al estacionamiento del edificio y subimos por el elevador.

-¿Puedes darme un baño? Preguntó Megan a Camila, mientras la llevaba enganchada en su cintura.

-Si. Besó sus mejillas haciéndole cosquillas. Yo sonreí como tonta.

-¿Y cantarme una canción para dormir?

-Si, también.

-¿Darme un beso de buenas noches? Por que eso hacen las mamás. Camila soltó una risa divertida.

-Si, todo eso.

-¿Y a mamá Lauren?
O dios, no iba a dejar de insistir entre nosotras. Me hizo enrojecer.

-No, ella ya esta grande.

-Pero a veces también tiene pesadillas, no es tan grande.
Camila se rió más por las ideas locas de Megan. -Necesito hacer pis.
Esta vez las dos no lo resistimos y soltamos una carcajada. En realidad íbamos a luchar mucho para que ella se durmiera esa noche. Se removió en mis brazos mientras Camila abría su puerta. Apenas entre le avisé que llevaría a la nena al baño.
Me provocó gracia ver como su carita tensa cambiaba por una de alivio. La ayude un poco y lavé sus manitas. Salimos.
Camila estaba frente a la puerta.

-¿Quieres dormir con ella en la habitación? Preguntó insegura.

-Yo quiero dormir con las dos. Dijo Megan. Mierda ¿Quien había enseñado a esa niña y ser tan insistente?
Me encogí de hombros. Megan se quitó sus zapatos de forma descuidada y anduvo descalza sobre la alfombra.

-Ahora vas a conocerla, tal cual.
Le advertí divertida. Megan estaba tomando otro tipo de confianza. Era una pequeña diablilla.
Tomé sus zapatos del piso y los dejé en un mueble en el pasillo.

-¿A quién debe parecerse?
Me hice la desentendida.
Las risitas de Megan vinieron desde la habitación. Cuando entramos ella saltaba sobre la cama.
Camila la tomó en brazos.

-Es hora del baño ¿Si?
Preparó la tina con agua tibia y cuando logró quitarle la ropita por que estaba muy inquieta. La metió. Comenzaron a platicar de muchas cosas. Ella sentada en el piso a un lado de la bañera y Megan jugando con la espuma dentro del agua. Yo me senté del otro lado del baño, solo observando. Mi corazón latía demasiado y me asustaba acostumbrarme a esa imagen. Iba a ser una noche interesante y apostaba a que las dos terminarían exhaustas en un rato.

-¿Quieres más espuma?
Megan asintió con una sonrisa.

-Oye. Interrumpi un poco.
-¿Puedo meter la ropa de Megan a lavar?
Asintió y me indicó donde estaba.
Para cuando salió del agua Megan tenía limpia su ropa interior. La ayudamos a secarse y Camila peinó su cabello. Dios. Ella había nacido para eso. Yo había batallado un poco para acostumbrarme a cuidar a Megan.
Le colocó una blusa larga que le quedó como bata. Megan entró bajo las sábanas feliz y espero a que Camila también lo hiciera.

-Te prestare una pijama. Asentí. Me entregó algo en la mano y después de vestirme en el baño regrese. Ella tal vez había usado el armario por que llevaba unos shorts cortos y una playera.
Me indicó mi lado de la cama y ella entró haciendo reír a Megan. Se acurrucó levemente.

-Canta una canción para mamá Lauren y para mi.
Le pidió a Camila en la oscuridad. Ella descansaba en medio de las dos. Tomó mi mano y recargó su cabecita sobre el pecho de Camila. La dulce voz de Camila se comenzó a escuchar.
Era verdad, ella cantaba tan bien, que me hacía pensar en ella triunfando sobre un escenario.
Cerré mis ojos y disfruté.

"Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you"

Ella cantó la última parte de la letra. Yo abrí los ojos y miré a mi lado. Megan había cerrado sus ojitos aún descansando sobre su mamá. Era la imagen más dulce y cautivadora.
Besé la frente de Megan y me incliné demasiado con mucho cuidado.
Roce mis labios sobre los de Camila.

-Las amo. Ella sonrió y acarició mi cara.

-Gracias por esto Lauren, te prometo que a partir de hoy, voy a hacer valer la oportunidad de me diste, las amo también. Asentí y besé sus labios para luego recostarme. Cerré los ojos y caí dormida. Sentía que estaba soñando.

DEBEN SABER QUE ESA CANCIÓN MUEVE MI CORAZÓN DEMASIADO. ME RECUERDA MOMENTOS DIFÍCILES EN MI VIDA, CUANDO SOLO ME ENCERRABA EN ALGUN LUGAR PARA ESCUCHARLA. SIEMPRE QUISE PONERLA EN ALGUNA PARTE EL FIC. ESPERO QUE DISFRUTEN EL CAPÍTULO. 😘 AMO SUS COMENTARIOS.

Cuando te fuiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora