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9 de Noviembre 2018

Seattle
Camila

-¿Planean hacer ese viaje a la cabaña?
Dinah preguntó divertida. Yo estaba de un humor encantador. Era un viernes y planeábamos hacer un viaje de fin de semana para las tres, cuatro ahora con el pequeño Bam-Bam. Así había llamado Megan a su cachorro.
Era demasiado inquieto y Lauren se quejaba constantemente del desastre que dejaban en la sala.
Mi bebé era demasiado feliz.

-Si, tu sabes hay oportunidad de un poco de nieve. Me encogí de hombros y miré la pantalla del monitor. El paciente quien al parecer tuvo una caída de un edificio en reconstrucción, luchaba para vivir. Yo apuntaba sus signos en mi tabla y observaba sus pupilas.

-Si, será perfecto. Le dije.
Cuando dimos la vuelta para salir. Harry me saludó con la mano desde la distancia.

-Oye, hablando de ustedes tres juntas ¿Le has contado algo a el? Por que aun sigue esperando a que le aceptes una cita. Negué.

-No, pero pongo distancia.
Dinah negó divertida y seguimos a revisar a la otra habitación. Me asusté al observar a mi padre dentro y a otros doctores más.

-Doctora Cabello. Saludó uno de ellos amable. Salude a los demás en tono formal, igual que Dinah lo hizo.
-Pasen, justamente hablamos sobre la cirugía. Dinah se quedo tras de mi y cerró la puerta. Escuchamos la charla entre los especialistas por un rato. No pude dejar de notar la mirada de mi padre todo el tiempo.
Cuando terminaron entre charlas cortas se despidieron pero sentí como me llamaban por el hombro. Era el. Salimos de ahí.

-No he sabido nada de ti en unos días.
Dijo el.
No esperaba a que habláramos de alguna forma. No quería mencionar nada sobre Lauren y la niña.

-He estado ocupada padre.

-¿Quieres ir a cenar a casa hoy?
No podía. Hoy era una noche especial. Megan y Lauren planeaban noche de películas. Para nada me lo perdería.
Menos por la compañía incómoda de mis padres.

-No puedo hoy. Sus cejas se levantaron. No podía manejarme ahora y Jamás lo lograría. -De hecho iba a llamarte mañana, quería avisarte que usaré la cabaña este fin de semana.

-¿Estas saliendo con alguien? ¿Es Harry Thompson? Te he visto hablar con el.
Negué de inmediato. Ahora planeaba que me relacionara con el, pero yo había sido demasiado rápida, había negado salir desde semanas antes.

-No quiero hablar contigo de eso.

-¿Vas con tu hija? Mi cuerpo se tenso de nuevo. No quería hablar con el, era más que obvio.

-¿Que sabes tu? Pregunté alarmada.

-Se que las estás viendo, no me opongo ya lo sabes.
Se encogió de hombros pero luego su cara volvió a ser dura como siempre parecía ser.
Toda yo casi gritaba que debería mantenerse lejos, pero estábamos en el hospital desde luego no iba a discutir.

-No acepto un interrogatorio de tu parte, solo te aviso y por favor no le digas a mamá, nos vemos luego Doctor.
Solte antes de seguir mi camino. A medio pasillo Dinah casi me hace gritar. Me había esperado y sin avisar me causó un susto de muerte.

-Bien hecho. Me guiñó, sabía que se refería a lo de mi padre.

En ese momento mi móvil sonó en el bolsillo de mi bata. Era Lauren. Sonreí.

~Estaremos pronto en la casa, no te tardes, un beso~
Hasta estos días aún manteníamos un poco nuestros sentimientos fuera. Es decir, ella nunca me pidió ser su novia y aunque sabía que lo era, no podíamos denominarnos así. Eramos las madres de Megan, fácil, como un matrimonio tratando de recuperarse. Le había dicho te amo en varias ocasiones pero aún había dudas entre nosotras.
Yo quería llamarla de forma cariñosa pero me detenía un poco pensando, quizá ella lo consideraría muy rápido. Solo nos besábamos como adolescentes y tratamos de charlar sobre el pasado.
Soltar lo que aún nos detenía. Muy lento. Dijo Dinah un día cuando le conté.

~Me daré prisa aquí en el hospital, guarden comida para mi~
Sonreí mientras lo enviaba.

-¿Hasta cuando Lauren y tu seguirán en la fase de conocerse?
Hizo entre comillas. Rodé los ojos.
-Digo, se mandan mensajes pero nada contundentes, solo hablan de Megan y nunca de ustedes sobre la cama.

-No puede pasar todavía.

-Te estas tardando Camila, ya se conocen de años, ya supera que te fuiste y ve con Lauren y acuéstate con ella.
Para la hora de salida mis nervios crecieron. Había posibilidad de dar ese paso este fin de semana, decirle a Lauren que quería estar con ella de forma permanente no a modo de prueba, tal vez vivir juntas.
Despedí a Dinah antes de salir del hospital y para mi mala suerte Harry esperaba a por mi en el jardín de frente al estacionamiento. Donde yo solía llamar y esperar a algún taxi.
Se acerco a mi de inmediato.

-Hola Camila ¿Te llevo?
Lo miré insegura. Iba a contarle sobre Lauren ahora y así dejaba de crearse falsas expectativas.

-Harry. Sólo dije por que él tomó mi bolso del hombro.

-Oye, ya sé que insisto mucho pero seré honesto contigo. Dios, iba a soltarlo en el momento menos indicado. Dió un paso más cerca de mi, ahí.
Yo solté un respiro pesado, no me gustaba ser tan grosera con alguien. Pero si no aceptaba mi negativa a sus invitaciones debía decírselo.

-Harry, tu escucha. Trate de tomar mi bolso de su mano.

-Me gustas Camila, ya lo sabes, aunque no platicamos mucho, pasamos mucho tiempo durante guardias y a veces en la comida, es imposible no sentir algo por ti. Sonrió de forma tierna. Para nada me cautivo.
Aunque me reacción fue tarde. El aprovecho mi acercamiento por mi bolso y me sujetó por el hombro. Sus labios se pegaron a los míos levemente y yo retrocedí.
Mi corazón latió asustado. ¿En serio se había atrevido a besarme? Así de sorpresa. Mi mirada no fue amable.

Lauren

Megan tapó su boca con ambas manos y luego me miró con el ceño fruncido. Yo tampoco me sentía tranquila.
Ese tipo había besado a mi chica y para colmo Megan lo había visto. No estábamos a mucha distancia de ellos.
Estábamos ahí. Pensaba darle una sorpresa por pasar por ella. Pero la sorpresa me la lleve yo.
Gruñí bajo.

-Beso a mamá Camila.
Para nada estaba enfadada con ella, sino más bien con el tal Harry. Camila había retrocedido inmediatamente e igual de sorprendida. Su cara se miraba enfadada. Bien pues era mi momento de entrada.
Megan tomó mi hombro y asentí.
Íbamos a vengarnos por eso.
La tomé en brazos y bajamos del auto hacia ellos.

-Harry, no debiste. Dijo Camila. Eso escuché cuando nos plantamos a la vista de Harry. El abrió sus ojos un poco más. Estaba segura que no aguantaría mi mirada ni la de Megan. Ella aún así de pequeñita estaba tan enfadada. Parecía a punto de sacar la lengua a ese idiota.

-Mamá. Megan llamó su atención. Algo asustada ella se giró y me vio a mi. Esperando a que yo la apartara pero en cambio me acerque para que Megan la abrazara y la tomara en brazos.

-Hola preciosa. Dije antes de plantar un beso contundente en sus labios. No se aparto más bien se estremeció.
-¿Ya estás lista? Pregunté y solté su cintura del agarre posesivo con el que la tenía.
Asentí hacia Harry con cara de tonto. Y le exigí con la mirada el bolso de Camila. Me la entregó enfadado.

-Aaa Harry, nos vemos el lunes. Dijo Camila incómoda. El asintió y la miró caminar con Megan hacía el auto.

-Ya esta conmigo, Doctor, así que ten cuidado con lo que hagas. Le dije con tono fuerte. Caminé tras de ellas. El idiota ese se quedó aún en el lugar con cara confusa.

Cuando te fuiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora