35

9.9K 571 30
                                    

16 de Octubre 2018

Seattle
Camila

Terminé en sus brazos por mucho tiempo. Me tranquilizó demasiado soltar algunas cosas que apretaban mi pecho hasta asfixiarme. No era la única sufriendo ahí.
Solo había soñado con este momento, me sentía completa con ella junto a mí. Siguió sobando mi espalda, nuestras respiraciones se habían unido y solté un suspiro largo sorprendiendo a ambas. Tomó mis mejillas limpiando la humedad de ellas. Era un poco más alta que yo.
Estábamos tan cerca que solo bastaba levantar más mi cara y alcanzar su labios.
Mi vello se erizó.
Subí la mirada a la suya, sus ojos verdes atraparon los míos. Llenos de duda como yo.
Mis manos dejaron de ser tímidas, se unieron lentamente a su cintura.
Sin dejar de vernos fuimos acercando nuestras caras hasta sentir como mi nariz rozaba con la suya, su aliento golpeaba mis labios. Estaba hipnotizada y quería besarla. Dios, anhelaba eso. Lamió sus labios de forma descuidada y casi al punto de rozar nuestros labios...

-Mamá hay una piscina en el baño.
Saltamos a distancia y Lauren aclaró su garganta. De forma torpe topó en la barra un vaso, terminando sobre el piso y roto.
Megan rió. Cubrí mis labios asustada por lo que pudo pasar. ¿Megan se refería al jacuzzi? ¿En que momento había entrado al baño y luego a la cocina? ¿Cuanto tiempo teníamos allí y así?

-Mierda. Lauren soltó y se inclinó para levantar los cristales.

-Mierda. Repitió Megan y quiso acercarse a Lauren pero la tomé a prisa.

-No Megan puedes cortarte bebé. Dije y la tomé para sentarla en la barra. -Y no vuelvas a decir esa palabra ¿Si?
Con una bella sonrisa. Sabía que iba a repetirla y le parecía demasiado divertida. -No te muevas de aquí.
Ayude a Lauren acercando una bolsa para poner los cristales.
No se dió cuenta de que uno de sus dedos sangraba hasta que yo lo vi.

-Lauren por dios, estás sangrado.
Megan comenzó a llorar y entre tantas cosas por afrontar dejé la bolsa en el basurero y tomé la mano de Lauren para lavarla.
Ella miró a Megan.

-No pasa nada cariño estoy bien. Le dijo para tranquilizarla.

-Yo me encargo Camila, ve a calmar a la niña. Dijo en tono bajo.
Estaba preocupada.
Tomé a Megan en mis brazos tratando de consolarla.

-Calma bebé, mamá Lauren esta bien.
Sobe su espalda justo como ella lo había hecho conmigo un rato antes. Mis lágrimas también bajaron. Esto era tan loco. No me justaba ver a Megan llorar y entre las emociones que me atrapaban me conmovió ver a Megan sufrir por Lauren, pensando que era algo grave.
Imaginaba que no comprendía el riesgo que corría en su trabajo a diario. Era mejor así. Tal vez tampoco sabía de la herida que tenía en el hombro. Sollozó un ratito más, mientras su mamá colocaba una servilleta sobre la herida.

-Ya esta, tal vez deba lavarme mejor no esta profunda. Dijo a mi espalda y caminó a nosotras. -Estoy bien mi amor, tranquila. La consolamos entre las dos.

-¿Tu puedes curar a mamá? Preguntó Megan con sus ojitos irritados por el llanto. Sonreí con ternura.

-Si lo voy a hacer, estará bien te lo prometo.
Le indiqué que se fuera con Lauren. Ella la tomó con un abrazo.
-Iré por el botiquín, será mejor poner una bandita.

Huí de ahí. Entre al baño y cerré la puerta para luego recargarme, suspiré y recordé la forma en que estuvimos tan cerca de besarnos. Mis labios hormigueaban.
Busqué torpemente el botiquín en uno de los cajones y salí. Aun mi corazón seguía acelerado ¿Que se suponía que debíamos hacer ahora?

Lauren

Megan se acurrucó en mi hombro. Eso no me distrajo de pensar en Camila. Había estado tan cerca de besarla. Después de cuatro años deseaba hacerlo. Sentirla en mis brazos.

-¿Mamá? Megan había dejado de sollozar y besó mi mejilla preocupada. Escondí mi mano para que no viera que mi dedo sangraba de nuevo.

-Estoy bien mi amor, te lo prometo. Asintió y la senté en la barra para limpiar su carita.

-¿Tu y Camila son novias?
Abrí los ojos de golpe y me puse nerviosa bajo la mirada curiosa de mi hija. Nos había visto mientras estábamos muy cerca, a punto de besarnos.
Limpie mi garganta.

-Mi amor, no...yo...ella
Soltó una risita divertida.

-Tu la quieres. Tapo su boca con sus manitas. Dios mío no podía decir eso frente Camila, necesitaba detenerla sobre el tema.

-No, cariño, no lo somos, no digas nada frente a Camila, por favor...
Suplique como niña pequeña. Si decía algo taparía su pequeña boquita.
-Es un secreto.
Ella rió de nuevo y asintió. Por dios. Yo era una tonta.

-Lo encontré. Dijo Camila entrando a la cocina e interrumpiendo nuestra conversación. Megan la miró sospechosa y luego me miró a mi como sabiendo el mayor secreto del mundo. Besé su frente y me senté en una silla a su lado.

Bien. Camila se detuvo frente a mi y entre miradas nerviosas tomó mi mano y quitó el papel mojado con sangre. Megan tapó sus ojitos.

-Venga mi amor, dame un abrazo y dame tu apoyo, para que no me duela. Se tapó los ojos ella y tapó los míos. Escuché la risita de Camila por lo bajo. Hizo una limpieza en la herida.

-¿Mi dedo sigue ahí verdad? Jugué un poco. Camila rió.

-Si, solo no te muevas.
Sentí como colocaba una gasa en mi dedo y escuché que abría algo.

-Megan. La llamó. Mi hija destapó sus ojos pero no los míos. -¿Que opinas? ¿Que bandita eliges?
Ella se entusiasmo mucho.

-Este. Dijo con voz tierna. Sentí que con mucho cuidado Camila colocaba una bandita curativa en mi dedo.

-Listo. Por fin pude ver y miré la bandita llena de caras de changuitos. Reí.

-Es muy bonito cariño, seguro con esto se cura pronto. Megan asintió feliz y tomó mi mano. Con una bonita sonrisa acercó mi dedo a sus labios y dió un besito.
-Wow ya casi no me duele, tus besitos son la mejor medicina. Mi hija asintió y miró a Camila.

-Ahora tu Camila, los besos de una doctora deben servir más.
¿Que tipo de lógica tenía Megan? Su mente era maravillosa y le encantaba colocarme en momentos muy incómodos. Camila sonrió tímida y espero a que Megan no insistiera pero al ver los ojos esperanzados de ella, la convenció. Tomó mi mano con cuidado y dejó un beso sobre la herida. Tal vez me había sonrojado como ella ahora. Nos miramos por segundos.
Mi hija rió con ternura.

ESTO ES UN AVANCE ENTRE ELLAS. AUNQUE CON LA MALA NOTICIA QUE EL BESO VA A TENER QUE ESPERAR MÁS.
SUBO OTRO PRONTO 🔥🔥🔥

Cuando te fuiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora