Cuando te fuiste

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20 de Diciembre 2018

Seattle
Lauren

Al día siguiente no fue Camila la que apareció con la niña, era Sinuhe.
Quería preguntar por ella pero no me atreví.
Megan se abrazó a mi como el día anterior y charló conmigo de su colegio. Coloreó junto a mi y soltó unas risitas. Quería quedarse conmigo otra vez y cuando todos charlaban apartados de mi, aproveché.
Sinuhe y mis padres apenas y se conocían así que usaron el espacio para hablar y disculparse lo suficiente.

-¿Oye mi amor? ¿Y tu mamá Camila?
Agachó su cabecita y evitó mi mirada. No entendía de que se trataba.
Tomé su mejilla para que me mirara.

-Yo estaba molesta con ella, pero...dije algo malo. Sus vocecita se detuvo.
Suspiré. Ella se arrepentía de haberlo dicho era seguro.

-¿Que le dijiste?
Sus ojitos se humedecieron.

-Le dije que no la quería.
Besé la mejilla de Megan.

-Pero si tu la quieres mi amor, no debes mentir aunque estes enfadada, ya sabes. Asintió. No quería ni imaginar como se sentía Camila ahora.
Llame a mi padre.
-Oye ¿Puedes llevar a Megan a buscar a Camila?
El asintió sonriente.

Camila

Me senté después de 12 horas sin hacerlo. Recordé con tristeza por que trabajaba como una loca.
Megan simplemente había terminado de romper mi corazón.
Todo había comenzando por que no quería estar en la escuela, si no con Lauren en el hospital. Había soltado esas palabras y aquí estaba. Desconsolada.
Miré a Dinah venir hasta mi, sabía que iba a hacer bronca por algo. Llevaba en sus manos los expedientes que había completado como una loca.

-Escucha, ahora mismo podría decirte algo, ofenderte pero sinceramente creo que es más importante que duermas y comas algo.
Me levantó de la silla giratoria y me arrastró a los dormitorios donde nos esperaba una pizza.
No tenía hambre y eso no se me antoja para nada, cuando era mi preferida.
Me negué y ella se enfadó más.
Mi móvil comenzó a sonar. Revise de quien se trataba.

-Hola Mike ¿Lauren esta bien?
Solté alterada.

-Si cariño, relájate un poco, es por otro asunto más pequeño, con ojitos verdes.
Mi corazón bombeó con fuerza.

-¿Que le pasó a Megan? Me puse de pie realmente alterada, Dinah me siguió.

-Hey cálmate, es algo bueno, ella quiere verte ahora.
Cerré los ojos con fuerza, me había sentido un poco mareada. Tal vez era el cansancio.
-¿Estas bien? ¿Donde te podemos encontrar?

-Solo baja un piso y te veo por los elevadores.
Colgó después de un rato e hice que Dinah me siguiera. No entendía lo que estaba pasando, esperaba que no se tratara sobre lo de la madrugada.
Al llegar frente a los elevadores esperamos un rato. Luego apareció Megan en los brazos de Mike.

-¿Que pasó?

-Te la dejaré un momento.
Sabía la cantidad de reglas que ahora estábamos rompiendo, pero mi padre era ahora comprensivo.
Las tres nos fuimos a los dormitorios y una vez adentro. Dinah la bajó al piso. Nadie decía nada.

-¿Que pasa Megan?
Me agaché a su altura y sé puso realmente nerviosa.

-Quería...decirte que yo si te quiero.
Sonreí. Megan siguió hablando.
-Solo estaba enfadada y mamá Lauren me dijo que no debía mentir cuando lo estaba.

-Oh mi bebé, yo también te amo, ven aquí.
La abracé.
Su cuerpecito se apretó con el mío.
-¿Quieres comer pizza?
Sus ojos se abrieron de golpe y definitivamente estaba siendo una mala madre por que la deje comer una rebanada y media. Ella sabia que eso no era tan bueno para ser saludable, pero por una sonrisa de ella daba lo que fuera.
Descansamos un rato una al lado de la otra.

-Si me gusta dormir contigo, pero también cuando esta mamá Lauren. Asentí.

-Ya se Bebé pero ahora tu mamá no puede ir a casa aún.

-¿Podemos dormir con ella aquí?

-No, este es un lugar de adultos, ya te expliqué.
Dinah soltaba sus risitas de vez en cuando escuchando nuestra conversación. Megan preguntaba demasiadas cosas.

-Tu puedes dormir con ella y cuidarla, yo dormiré con mi abuelita en la casa.
Tuve que decirle que si para dejarla tranquila.
Minutos después la guié de nuevo a con Lauren pero para mi sorpresa, Mike me sujetó por los hombros y me empujó a entrar.
Mi madre y Clara pusieron una excusa mala para salir y me quitaron a Megan de los brazos. Lauren miró todo en silencio.
Cuando finalmente nos quedamos a solas, nadie habló. Me quedé al lado de la puerta y a punto de abrirla.

-¿Te vas a ir?
Me congelé. Pensé que ella era la que no estaba interesada en tenerme cerca.

-Es mejor Lauren, no quiero tener más problemas.
Intenté pasar ese nudo en la garganta.

-Pero quiero hablar contigo.

-¿Sobre Megan? Ya se que las cosas han ido difícil pero intentamos solucionarlo la nena y yo, ella...

-Es sobre esto, sobre mi y sobre ti.
A pasos lentos e indecisos me acerqué. Y listo. Los miré. Esos ojos verdes que imaginaba no volvería a tenerlos.
Estaba sin duda recompuesta a como la última vez que la vi.
Había perdido algo de peso. Era muy notable. Pero estaba increíble.
Sentí una pequeña debilidad en mis piernas y usé mis manos para sostenerme a la cama.

-¿Que pasa?
Ni yo lo sabía. Cerré los ojos y me concentré en lograrlo.
-Llamaré a la enfermera. Iba a presionar el botón.

-No, estoy bien ¿Que querías decirme?
Mi mano fue atrapada con la suya y yo la miré. Dios no.
Sus ojos fijos en los mío.
Te amo Lauren, te amo. Dije en mi mente.

-Te vez pálida, creo que más que yo.