33

9.5K 568 37
                                    

16 de Octubre 2018

Seattle
Lauren

Iba a cerrar mis ojos y fingir demencia pero. Sentí sus manos en las mías. Buscaba contacto y mi corazón se aceleró.
Mandé todo a la mierda y la tomé por la cintura. Justo cuando me inclinaba para tocar sus labios. Alguien tocó la puerta.
Nos separamos. Yo comencé a sudar. Mi cuerpo se sentía débil, quería tocarla otra vez. Camila abrió la puerta.

-Lo siento doctora, es solo que hay un paciente pendiente para revisar, el doctor Mendes la busca. Era una enfermera, se lo agradecí infinitamente por aparecer.
Camila me miró de nuevo y salió asustada. Yo golpeé mi frente con la palma. Era una tonta.
Iba a besarla. Nos íbamos a besar ¿Que iba a pasar después?
Que estupidez.
Solo habíamos estado enfadadas, solo quería impedir que alguien más la convenciera  de unirse a ella.
Ya había arruinado todo y sin intentar algo.

Tomé mi cabello con desesperación y salí del lugar. Necesitaba llevar a Megan conmigo. Quería ir a casa y analizar todo en terreno neutral.
La miré con una señora en las camas de atención. Ella la revisaba y yo me acerqué sin comprender que es lo que necesitaba. ¿En quien mierda me había convertido? Ya había maldecido más de lo normal en mi mente.

-¿Sabes a dónde fue Dinah?
Pregunté al llegar.

-Ya le avise que debe traerte a Megan.
Asentí.

-Oye sobre lo de ahorita...yo...

-No quiero hablar aquí Lauren, será otro día.
Bien, la había cagado. Demasiado, tanto como para que ella quisiera evitarme el resto de los días.
Y lo peor de todo aquello es que el tal Harry la tenía más cerca que yo.

-Podemos esperarte a la salida.
Dije casi en un susurro. Sus ojos cafés se fijaron en los míos. Demostraban algún tipo de enfado, confusión, yo estaba igual. Los latidos en mi pecho no habían disminuido. Ahora sentía una necesidad de explicarle las cosas o entre mis  pensamientos, terminar el beso que no nos dimos.
Había sido como magia, como si de pronto hubiera un imán que nos uniera.
Eran muchas cosas de por medio. Demasiado que arriesgar.
¿Porque estaba haciendo esto? Simplemente podría retirarme pero no quería, no sin disculparme. Llegar a un punto intermedio en el que supiera que no la odiaba pero que tampoco deseaba estar con ella, amarla. Dios, claro que quería pero ella no debía enterarse.
Muchas cosas en mi cabeza me invadían.
Necesitaba, mi cuerpo pedía una sola oportunidad para tenerla así de cerca, probar sus labios después de tanto tiempo, de tomar su cabello durante un beso.

-No hay problema de verdad, estoy a un punto en que si te vas voy a olvidar cualquier cosa que allá pasado, dejaré ir lo de hace rato, incluso el hecho que hayas ofendido a Harry o a mi.
Carraspeé un poco y miré a sus ojos. Mis manos sudaban. Caminó lejos del paciente y la seguí. Nos detuvimos cerca del pasillo donde la había agredido hace semanas. Cuando ella y Megan se habían conocido. Estar ahí tampoco resultaba cómodo.

-Camila, yo de verdad lo siento, es solo que, no sé, quizás vi algo que no era real y me enfadó pensar qué intentabas acercar a alguien más con Megan.
Se cruzó de brazos en forma de defensa. Y mordió levemente su labio inferior ¿Porque hacía eso? Era como morir lentamente.

-Ella es mi hija también, no haría ese tipo de cosas, no estoy con Harry o con alguien, de verdad estoy intentando hacer esto bien y tu...allá ...reaccionaste...no sé

-Si fui una completa tonta, me disculpo por eso...sobre ahorita, de verdad puedo solucionarlo...podemos esperarte afuera a que llegue tu hora de salida y vamos a comer a alguna parte, yo invito.
También me percataba de que era la charla más larga y amable que habíamos compartido, no pensaba pelear más, apenas unas noches previas mientras mi pequeña dormía le había prometido dejar que su madre se acercara y hasta ahora pensaba lo mismo.
Nos miramos por un largo rato, sin decir nada.
Sus labios se curvaron en una linda sonrisa y correspondí. ¿Era común morir tan joven? La causa: mirar una sonrisa realmente linda.
Suspiré bajo. Mire a ambos lados del pasillo.
Tal vez lo del beso podría compensarse. Tomé su mano y...

-Oh mira aquí están. Gritó Dinah con Megan en brazos.
La burbuja se había roto definitivamente por esa tarde. La risita divertida llegó a mis oídos. Era de la nena.

-Hola bebé ¿La pasaste bien?
Camila se había agachado para estar a su altura.
Dinah sonrió y luego me estudió con la mirada unos minutos. Me intimidó, como si lograra leer mi mente y le estuviera reclamando que llegara tan rápido con mi pequeña.

-Bien, había dos niños, tenían muchos juegos para divertirse.
Camila besó su mejilla.

-Oye tu mamá Lauren me acaba de decir, que iremos a comer las tres ¿Quieres?
Megan salto feliz en su sitio.
La cargó y luego me la dió en los brazos.

-Las veo en 30 minutos allá afuera.
Sonrió de vuelta y antes de caminar con Dinah a su lado. Dejó un beso tierno en la mejilla de Megan.
Mi hija quedó con una excelente actitud y me abrazó.
Ella realmente la hacía feliz.

Caminé hacía el estacionamiento y la esperamos en el auto. Con las ventanas abajo buena música, Megan había traído un par de juegos para entretenerse así que ahí estaba, con una dulce sonrisa y tratando de utilizar mas su brazo izquierdo.
Mi móvil vibro después de un rato. Miré la pantalla.

~ ¿Donde tienes tu auto? Salgo en 5 minutos~
Sonreí. Cuando miré el icono con la que registre, negué un par de veces divertida. Rápidamente cambie el icono por otros (🌹❤️).

~Esperaremos frente a la entrada de urgencias~ Lo envíe.
Ayude a Megan a acomodarse en su asiento. Arranque el auto y llegue al lugar que le había dicho.
Salió con unos jeans apretados y una blusa corta.
La miré desde la distancia y al acercarse pude apreciar mejor su cara.

-Listo, perdón si las hice esperar.
Me encogí de hombros y la miré entrar al auto.

Aún no sabía a donde las iba a llevar a comer. Necesitaba ganar puntos con Camila y eso me ponía nerviosa.

Cuando te fuiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora