Cuando te fuiste

23

4 de Octubre 2018

Seattle
Lauren

Sentí por cuarta vez la mirada de Normani sobre mí.
¿Que mierda pasa con ella?
Llevaba toda la mañana lanzándome miradas sospechosas. Algo quería decirme.
Así que cuando terminó el desayuno en la estación y ella caminó al descanso. La seguí.

-Hola Normani.
Salude y ella se sacudió del susto.

-Lauren, no entiendo en que momento comenzamos a llamarnos por nombre.
Me sentía un poco incómoda. Era verdad en ningún lugar habíamos decidido llamarnos así.

-A si, lo siento, es solo que bueno.. estás con Dinah y ella es amiga de Camila, tal vez hemos hablado mas de la cuenta por eso te he llamado por tu nombre pero si quieres...

-O no te preocupes, esta bien, yo te llamó Lauren. Se encogió de hombros y sé puso a tontear en su móvil.
Me senté cerca de ella y pensé.

-¿Me vas a decir por que me miras a cada rato?
Ella rió bajo.

-¿Quieres que te lo diga?

-Por favor.
Se acomodó a mi lado y suspiró.

-Hemos hablado Dinah y yo, digo no quiero meterme mucho pero he conocido a Camila en este último mes.
Sabía que iba a decir algo para defenderla.
-Es una mujer increíble, es muy inteligente y no sabes cuanto se preocupa por sus pacientes, excelente doctora pero...hay algo que la detiene y es ahí donde entras tu.
Bufé. Aparte de mi madre no pensé que alguien comenzaría a hablarme de esa manera.
Me aterraba darme cuenta que  tenían razón. Estaba siendo la más idiota del mundo con ella.
Aunque trataba de justificarme  con la terrible separación que tuvimos hace años, no podía con ese resentimiento.
Sabía que me llevaría tiempo para perdonarla y dejarla entrar un poco más en mi vida.
La dejé continuar.

-Llevan una rutina demasiado cansada y en los últimos días he visto a Camila peor que nunca, su padre presionándola y bueno tu con lo de Megan, ¿Sabes cuantas noches a ido Dinah a verla por la noche? Hecha un mar de lágrimas y no quiero que te sientas mal, solo quiero que intentes escucharla tu sabes llevar una mejor relación...evitar confrontaciones y dejar que todo fluya.

La culpabilidad me invadió pero no podía prometer nada. Podía esforzarme por hablar un poco más con ella pero nada más.

-Lo intentaré, pero te puedo pedir que nunca más quieras opinar sobre esto.
Me puse de pie de un salto y me despedí de ella. ¿Que más debía hacer?

Las horas pasaron y antes de salir mi móvil comenzó a sonar.
Era un número desconocido.
Contesté.

-Hola ¿Lauren?
Me puse un poco nerviosa. Era como haber dado mi número a una chica que conocí en una noche y al darle tu número esperas a que llame para invitarte a salir luego.
La voz de Camila sonaba tranquila. No quería parecer una retrasada así que contesté.

-Si soy yo ¿Quien habla?
Era lo más tonto que podía decir. Su voz no la confundiría nunca. Respiró en la línea.

-Soy Camila..yo bueno quería saber si hoy podía ver a Megan.
Caminé al auto. Necesitaba llegar a tiempo fuera del preescolar.

-Si, solo que puede ser ahora y no después de las 6, tenemos un plan con mis padres.

-Es un poco difícil ahora ¿Después de que vuelvan?
Tenía que esforzarse un poco más para convencerme.

-No se puede.
Dije en tono frío. Algún alta voz se escuchó al fondo.

-Bien ¿En donde puedo verlas en una hora?