Cuando te fuiste

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24 de Agosto 2018

Seattle
Lauren

Mi dulce hija quiso ir por un helado, no teníamos mucho que hacer en casa así que seguí su divertida idea.
El día estaba soleado como para pasar por un parque y pensar demasiado.

Megan corrió hacía una mesa en la heladería. Veníamos muy seguido y ella sabía moverse en el lugar.
Me senté y quité mi chaqueta y la de ella.

-Hoy dibujamos las nubes y al sol, yo quise dibujar la luna en lugar de las nubes, me gusta más. Sonreí sabía que hacía aquello por la historia que le contaba por las noches. Un tema con el que Camila y yo estábamos obsesionadas.
Pedimos el helado y comimos juntas. Megan sonreía feliz.

Mientras comía recordaba mucho como Camila se veía similar comiendo helado.

Flashback

4 años antes

Su vientre estaba realmente abultado y nadie comprendía el grado de atracción que tenía hacía ella. Se miraba tan guapa, que cuando la miraba no podía resistirme, solía besarla frente a mis padres sin que me importara. Amaba también abrazarla por las noches al dormir.
Estaba profundamente perdida por ella.

-¿Crees que puedas masajear mis pies? Caminamos mucho por el centro comercial y me duelen.

Hizo un puchero dulce y se quito los zapatos con dificultad.
Sonreí y le di un beso en los labios antes de acomodarnos en el sofá y tomar sus pies en mi regazo. Su cabeza descanso en el reposabrazos, cerro los ojos.
Sus pies eran pequeños y suaves. Me perdía tanto mimándola.

-¿Lauren?

-¿Si? Pregunté. Siempre decía cosas muy interesantes.

-Ayer le conté a Megan sobre la historia de la luna y el sol, comenzó a moverse. Sonrió demasiado y tocó su vientre. Un mes antes ya sabíamos que se trataba de una niña. El nombre Megan había sido su idea y no entendía de donde pero ella lo amaba y por lo tanto yo también.

-¿En serio?

-Si Lauren, debemos contárselo seguido, tal vez antes de que vaya a dormir, va a ser tan linda, creo qué presiento que tendrá ojos verdes como los tuyos.
Sonreí demasiado. Besé sus labios en muchas ocasiones.

-Te prometo que le contaré la historia siempre y tu también.
Se separó de mi un poco cansada pero luego lo mordió su labio. Aquí venía.

-Se me antojo un helado.
Solté sus pies suavemente en el sofá y le di otro beso antes de buscar las llaves del auto de papá. Debía ir por ese helado antes de que se enfadará.

Fin flashback

-¿Estas dormida?
Megan tocaba mi mejilla con su pequeño dedo índice. Se burlaba de mí.
Yo negué de inmediato y regresé de ese pequeño recuerdo.
-¿Te desmayaste?
Logré reír nerviosa.

-No cariño, solo recordaba.
Megan hizo ese movimiento cuando quería ir al baño. Así que la tomé en brazos y la cargué como un costal mientras nos llevaba al baño del negocio.
Ella reía sin parar. La ayude a entrar y cuando su cara mejoró, le lavé sus manos. Me miré en el espejo.
Mi hija reía de mi otra vez.

-Eres una...
Comencé a hacerle cosquillas en venganza. Tenía la mejilla llena del helado que ella comía minutos atrás. Realmente había soñado despierta.
Mientras la hacía reír en mis brazos una chica rubia entró rápido.

-Oh hola Lauren Jauregui.
Dinah nos miró a través del espejo.
Me incomode un poco.

-Hola Dinah.
La chica miró a Megan con curiosidad. Mi hija sonrió.
Quería salir de ahí antes de que hiciera preguntas. Se lo contaría a Camila o tal vez...

-Que nena tan linda ¿Es tuya?
Asentí.

-Soy Megan Jauregui. Mi hija extendió su manita hacía Dinah. Diablos. Me arrepentía de enseñarle a ser tan amable. Dinah correspondió con una sonrisa boba y luego tocó su mejilla.

-Mucho gusto lindura, wow Jauregui es tan bella tu hija.

-Gracias, oye debemos irnos, un gusto verte. Megan se despidió con su mano y dejamos el local, por un segundo pensé en la posibilidad se que Camila la acompañará pero no fue así. Caminé apresurada por nuestras chaquetas y salí disparada del lugar.
Durante el viaje Megan no dejaba de hacer preguntas sobre la chica que había conocido en la heladería.

Camila

Y aquí estaba como antes, sola en mi apartamento. Después de esa tarde y ver a Lauren me sentí muy mal.
Era incorrecto perseguir a alguien a escondidas.
Me sentía culpable más de la cuenta.
Además estaba dándome por vencida esperando a que algo me diera una señal de insistir, dejaría que todo marchara a mi suerte.
Esa tarde no las seguí y me había prometido no hacerlo más.

Alguien tocó el timbre en la puerta. Sonreí. Era Dinah me había prometido traerme un helado. Veríamos un par de películas y repasaríamos el tema de exposición de la siguiente semana.

-Hola Camila.
Apareció frente a mi con un bote lleno de helado. Dios. Amaba esto.

-Bien hay que comenzar, debo regresar a mi sitio para hablar con Mani. Rodé los ojos, esas dos chicas se estaban comprometiendo tan rápido.
Suspiré. Me encantaría conocer a alguien y ser lo suficiente bueno para esa persona. Poder olvidar todo el asunto con Lauren y comenzar a tener una vida.
Pero era casi imposible mientras no resolviera todo con Megan.