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1 en de octubre 2018

Seattle
Camila

Ahí estaba tomando los apuntes de la clase que me había perdido. Había estado en medio de un procedimiento de neurocirugía. Cinco horas y apenas y sentía mis pies.
El Doctor Lautner me miró sospechándo que estaba agotada.
Intenté componer un poco mi cuerpo pero parecía imposible. Otra hora más y fui libre. Había mirado mi móvil un par de veces conociendo el número de móvil de Lauren. Quería llamarla y explicarle que salir después de una guardia de mas de 24 horas era muy agotadora.
Pero no podía, no quería escuchar su voz en tono duro. No era lo que necesitaba ahora mismo.

Iba a terminar saliendo del hospital en la noche. Dinah me apoyo como pudo y estuvimos libres cerca de las 20 horas.
Me miró un poco asustada cuando le dije que tenía que visitar a Megan. Lo sabían, ella y Normani sabían el trato que teníamos Lauren y yo.

-Solo te arriesgas a quedar inconsciente en el taxi donde te vayas, por dios Camila mira la hora que es y no haz dormido ni una hora completa. Se quejó.

-Tengo que hacerlo, le dije a Lauren que lo haría y fue demasiado clara cuando me habló de la última oportunidad.

-Lauren esta comenzando a molestarme, si vuelve agredirte como el otro día yo misma voy a ir a golpear su hermoso rostro.
Me reí. Ella definitivamente hablaba en serio. Con la poca fuerza que me quedaba me subí a un taxi y le di la dirección.

Iba a ser demasiado llegar sin avisar. Imaginaba que iba decirme un par de cosas por llegar a la hora que quise y aparte saber donde vivían sin que nadie más me lo dijera. Tampoco iba a confesarle que las había espiado por unos días.
Cuando el taxi se detuvo frente el lugar mi corazón daba unas cansadas latidas en mi pecho.
Subí un par de escalones antes de la puerta y miré la hora.
Era muy tarde.
Se escucharon pasitos apresurándose del otro lado pero algo me decía que ella no iba a abrir.
Los pasos un poco más pesados se acercaron a la puerta y una voz que no se distinguía bien.

Cuando abrió y nuestras miradas se toparon, dejé de respirar.

-¡Doctora Camila!
Megan en cambio estaba feliz de verme ahí y eso era suficiente.
Era tan linda, miré preocupada su brazo. Imaginaba que debía doler un poco y le molestaba para jugar.
De pronto me ví guiada por ella hacia la sala, miramos sus dibujos me contó un montón de cosas sobre sus amigos en la escuela, me susurró secretos al oído.

Pensé un poco en Lauren, tal parecía que nuestra interacción no iba a mejorar y eso me ponía de pésimo humor.
Miraba de reojo como ella nos vigilaba constantemente,miraba su reloj y sabía que no dudaría en sacarme de ahí cumpliéndose los 60 minutos.

Era una sensación extraña. Por fin estaba ahí con Megan. Con mi preciosa hija que no tenía idea de lo que pasaba.
Susurré algunos te quiero cuando se distraía pintando y no resistí tocarla.
Era tan parecida a Lauren. Venía de familia ese encanto.

No quería irme, no podía resistir una despedida después del día tan cansado, quería dormir pero con ese cuerpecito acurrucado conmigo. Eso no iba a pasar.

Lauren me señaló la hora. Yo me sentía vencida. Le tuve que explicar a mi bebé que debía irme.

Recordé un poco de ese día, el peor de mi vida. Así desperdicie los últimos minutos.

Flashback

4 años antes

-Eres preciosa, eres lo más lindo que he visto en mi vida. Sobe su cabecita con poco cabello. Movía sus piernitas y bracitos constantemente tratando de crecer y valerse por si misma muy pronto.
Los soniditos que soltaba con su boca eran muy tiernos.
Sorbí por la nariz y miré a la puerta. No me quedaba mucho tiempo.
-Tienes que saber Megan...
Sollocé. -Hago todo esto por tu bien, no quiero que nadie te dañe, tienes que estar bien con mamá Lauren, ella te va a cuidar y te va dar el amor que yo...no...podré darte...perdóname princesa, intentaré regresar cuando todo lo malo acabe...de verdad que lo haré...te amo demasiado a ti y a mamá, no tienen idea de cuanto, tanto que voy a alejarlas de todo lo malo.
La tomé en mis brazos y la apreté contra mi pecho.
Una chica insegura de 19 años, bajo amenaza y una presión enorme por recuperarse, entender que le pasaba, por que no se sentía cómoda con nada de lo que se rodeaba, ni con mis propios padres, sentía la necesidad de desaparecer del mundo.
La acosté sobre la cama y besé sus ojitos.

-Te amo Megan, perdóname.
Alguien entró a la habitación en ese momento.
Me miró fijamente.

-¿Que es lo que le dijiste a mamá?
Con las manos temblando y el dolor más fino e intenso en mi alma, se lo dije.

-Lo siento Lauren, pero debo irme, ya no soporto estar contigo y con la bebé.
Sus ojos verdes se humedecieron. No quería que llorara, no quería verla sufrir.

Fin de flashback

Mientras la miraba pintar me imagine enseñándola a hacerlo. A tomar un simple lápiz con su mano y dibujar corazones.
Cuidarla mientras Lauren cocinaba o mientras ella estuviera en el trabajo. Bañarla antes de dormir y...

Había sido interrumpida por Lauren. Debía irme. De nuevo.

Cuando te fuiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora