n u e v e

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— ¿Pero qué...?

Yoon Gi no comprendía qué demonios le pasaba a los ojos del menor.

— Mierda, ¿estás bien?, ¿eso no duele?

El pequeño por fin puso atención al mayor y lo volteó a ver, ya con sus pupilas normales.

— ¿Uh?

—...

Le extendió el café aún algo confundido, pero lo dejó pasar creyendo que era su imaginación.

— ¡Chim! — agradeció tomando la tacita entre sus manos y salió rumbo a la sala.

Yoon suspiró, agarró su taza y se fue a la sala también. Ya ambos ahí, se sentaron en el sofá en el que el menor había estado antes.

Tomaban el café de sus tazas en total silencio.

El mayor sentía que su nariz picaba un poco, fue cuando se dió cuenta de que había algunos pocos cabellos cortos volando por ahí. Confundido buscaba de dónde mierda venían. Por alguna razón, miró el sofá, tenía bastantes cabellos rubios, los cuales al ser el asiento negro,hacía que se notasen más.

— ¿Qué mierda?

Él no tenía cabello rubio, pero el pequeño sí.

Miró fijamente al menor.

El minino al sentir la insistente mirada del pálido, volteó.

— ¿Mm?

— ¿Acaso tú tienes el cabello pegado con goma?, ¿por qué demonios estás dejando toda tu cabellera en mi estúpido sofá?

—...

Él sabía por qué se le caía el cabello, pero obviamente no tenía nada planeado decirle al mayor la razón.

Levantó los hombros fingiendo no saber.

— Déjame revisar tu cabello, quizás sea grave, no es normal. Quítate el gorr-

— ¡Chiiiim! — lo interrumpió.

De ninguna manera se quitaría su gorrito frente a él.

Negó con la cabeza. Dejó el café en la mesa de centro y se puso el gorro de la sudadera azul para supuestamente proteger su gorrito anaranjado.

— Oh vamos, no te estés poniendo así. Me estoy preocupando por ti y por mi sofá. Quítate el gorro.

— ¡Chim! — negaba entre molesto y asustado.

Yoon Gi seguía y seguía insistiendo, incluso accidentalmente una que otra vez jaló uno de los largos mechones del minino.

Comenzó a jalarlo fuertemente de la sudadera azul de una manera muy brusca. Cosa que molestó notablemente al menor.

— ¡Mrrraw! — maulló con enojo y por instinto saltó sobre él y le mordió el antebrazo fuertemente.

— ¡Ah!, ¡estúpido! — se quejó empujando con fuerza del hombro al rubio.

El menor se alejó rápidamente con pena, no quería dañarlo. Lo hizo sin pensar.

Un silencio entre incomodo y extraño se formó. Yoon Gi miraba fijamente al niño quien tenía la cabeza gacha con vergüenza.

Comenzó el ardor en el antebrazo de Yoon Gi. Observó la herida. Sí que tiene dientes afilados..., pensó.

— Ouch...— murmuró tocando un poco los orificios.

El minino al oír el quejido, volteó. Al ver la herida que él había provocado se sintió mal. Pésimo. Sus pupilas se volvieron delgadas nuevamente al analizar a fondo la estúpidez que hizo.

— Ah, qué demonios, ¿cómo haces eso en tus ojos?

Volteó a verlo fijamente y sus pupilas se expandieron con lentitud.

— Chim...

Chim!; 윤민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora