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— ¿Hace cuánto no te cortas el cabello?, dios mío... — hablaba mientras tocaba y veía con asombro lo largo que era su cabello — tendremos que ir a que te hagan un corte decente un día de estos...
— ¡Ñuuu! — gritó poniendo sus manos sobre su cabeza, tapando también sus orejas gatunas.
Yoon Gi sólo suspiró con pesadez, le preocupaba el estado físico y de salud del niño.
Pasó una media hora tratando de meter al menor en la tina llena de agua.
Se encontraba poniendo shampoo en su cabeza, le tomaría más tiempo de lo previsto ducharlo, gracias a su largo cabello. Un ronroneo se escuchó por toda la habitación del baño, fue cuando se dio cuenta que estaba masajeando justo en sus orejitas peludas.
Levantó su brazo para echar jabón en sus axilas, no pasaron ni dos segundos cuando el rubio se estaba carcajeando por las cosquillas.
— ¡Ñu, ñu, ñu! — decía entre risas, sin dejar de retorcerse.
— Hey, Chim, deja de moverte, necesito ponerte esto..., basta..., Chim..., ¡CHIM!
Los ojitos azules del menor se cristalizaron y lo miraron fijamente, se había asustado por el repentino grito.
— Aaahg, no..., no llores, niño... — al decírselo acarició su orejita izquierda —, perdón, ¿sí?, no sabía que llorabas cuando te gritaban..., pero necesito que dejes de sacudirte de esa manera mientras te baño.
Asintió con su cabecita, parando poco a poco de llorar.
Lo difícil llegó cuando tenía que lavar la cola felina del menor. Le daba miedo y a la vez un poco de asco el sólo verla. Pasó saliva con fuerza y la tomó en su mano, pasando con lentitud la esponja.
— Date la vuelta, necesito lavarla toda — ordenó sin pensar en lo que acababa de provocar. Pues el menor se giró dándole la espalda, y al momento de que el azabache iba a pasar la esponja por el inicio de la cola, recordó que estaba justo en su espalda baja, o sea, tenía que ver su trasero casi obligatoriamente — Mierda, mierda y más puta mierda... — susurró con molestia.
La esponja pasó un poco por la espalda baja del rubio, haciéndolo sentir un escalofrío.
— Mrraaw...
Tallaba con poca fuerza la peluda cola, porque quizás era idiota, pero no estúpido, sabía que las colas felinas eran delicadas. Lo hacía en lentos vaivenes, desde la punta superior hasta tocar la espalda baja.
El menor comenzó a ronronear bastante fuerte, cosa que desconcertó un poco al mayor y volteó a verlo, el rubio lo miraba por encima de su hombro con sus mejillas sonrojadas a tope.
— ¿Estás enfermo?, tienes la cara roja — avisó y puso su mano húmeda en la frente descubierta del otro — pues no estás caliente...
— Mrrrw... — soltó un maullido/gemido y su cola se movió y se recargó en el hombro del mayor.
— ..., Oooh..., OH.
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Chim!; 윤민
FanfictionDonde el pequeño híbrido tiene problemas de habla. [?] Publicada: 13.07.18 → Viernes. Prohibida su copia y/o adaptación sin mi permiso. [?]