o c h e n t a y t r e s

2.3K 232 19
                                    


















Habían pasado ya varios días de la fiesta de Seok Jin, el minino estaba aferrado a poner un árbol de navidad para celebrarla con Cha Min, pero su pareja seguía negada.

— Pero, hyuuuung. ¿Por qué noooo?

— Deja de hacerme berrinche, sabes que odio que hagas eso — bebió de su taza de café.

— Sólo dígame por qué no quiere un pinito...

— Te lo he dicho muchas veces ya: no me gusta eso, yo no festejo navidad.

— ¿Y por qué?, eh. ¡Todos festejan navidad!

— Min Ji Min, llevas casi seis años viviendo conmigo y jamás hemos festejado navidad, no me vengas con cosas.

El menor pataleó y se fue hasta la habitación dando fuertes pisadas con enojo.

Yoon Gi bufó y siguió bebiendo su café ahora con malestar.











— Ji Min, no seas ridículo llevas todo el día sin hablarme.

— Yo quiero un pinito — acarició las orejas del pequeño minino con su ceño fruncido.

— ¿Quieres un puto pino?, bien, te daré tu estúpido pino — tomó su billetera y salió de la casa.













Aproximadamente una hora después llegó el azabache con un par de cajas.

— Ahí está — las lanzó a la cama, a lado de su pareja.

— ¿Qué es eso?

— Ábrelo.

El minino abrió la caja más grande y era un pequeño pino artificial, no medía ni un metro. En la otra caja había unos focos y esferas de un tamaño adorable.

— ¡Es un pinito! — lo dejó en la cama y abrazó al mayor —. ¡Gracias, gracias, gracias!, ¡lo amo! — dio un beso en sus labios y rápidamente su atención pasó al pequeño pino, ya que quería decorarlo.












— ¡Mire, hyung!, ¿me quedó bonito?

— Mm..., ¿tú eres bonito?

— Soy hermoso, hyung — puso sus manos en sus mejillas.

— Entonces tu pino es hermoso, bebito — besó sus orejas —... No querrás que ponga regalos ahí, ¿verdad?

— Un pino debe llevar regalos, hyung...

— Bueno, compraré regalitos, porque este es un pino diminuto — rio.

— Debería comprarle otro peluche a Chamito.

— Ya tiene demasiados, mejor le compraré un traje bonito.

— ¿Y a mí?

— Será sorpresa...

— ¡Nooo!, ¡ahora tendré que esperar, hyuung!, mejor no me hubiera dicho...

— Si no te hubiera dicho ibas a llorar hasta que te dijera.

— ¡Eso no-..., bueno, sí, quizás sí...












Ya era veinticuatro y Yoon Gi se encontraba comprando los regalos para sus preciados bebés. No le dijo a su pareja que ese día no trabajaba para poder ir de compras tranquilo.

Llevaba un par de trajecitos para Cha Min, un peluche bastante grande de un perro, unas botitas de pantufla y un gorro con la cara de un gato. Para su pareja llevaba una sudadera, dos suéteres de cuello alto, unas pantuflas que aparentaban ser patas de un animal (no sé cómo explicarlo) bastante calientitas y unos broches que días atrás el menor le había dicho que le encantaban.

Chim!; 윤민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora