Chim!; 윤민

t r e i n t a y n u e v e

Yoon estaba impactado, no sabía cómo reaccionar ante la acción del menor.
El rubio se separó y lo miró fijamente mientras comía la pequeña fruta robada de la boca del mayor.

— ¿Ah...? — el azabache estaba sin palabras.

El menor estaba confundido, no comprendía la reacción del mayor, hasta que lo meditó un poco y captó.
Soltó un agudo suspiro de sorpresa y sus ojitos se humedecieron.

— Ch-chiiiim~

Min a los segundos volvió a la realidad y observó al menor llorando (como siempre).

— ¿Por qué...lloras? — habló con lentitud y aún anonadado.

— ¡cHIM!

— ¿...?

No dejaban de mirarse a los ojos, el mayor comenzaba a ponerse ansioso, así que se levantó y se fue casi corriendo al piso de abajo, dejando al pequeño confundido.

Unos cuantos días habían pasado, y Yoon evitaba lo más posible al pequeño minino, el cual siempre lo seguía y le ronroneaba pidiéndole mimos.
Estaba en un punto donde ya era prácticamente imposible ignorarlo, porque literal se le ponía enfrente a un centímetro de distancia, lo miraba a los ojos buscando atención.

— Mrrrrw... — volvió a lloriquear mientras se restregaba contra la espalda del mayor —, chiiim.

Bufó y se dio la vuelta — ¿Qué? — preguntó en un tono fuerte y grave de voz.

—..., Chim — respondió mirándolo hacia arriba, haciendo que se mirase aún más tierno.

— ¿Y eso significa...?

— ¡Chim! ...— el rubio al notar que el mayor no lo comprendía tomó su gran mano pálida y la puso sobre su cabecita, más específica sobre su oreja — chiiim, mrrrw~

En verdad necesitaba mimos, casi siempre que los quería él sólo se acariciaba, pero no sentía la misma satisfacción, y seguía queriendo ser tocado.

Suspiró — ya que... — dijo y comenzó a acariciarle la oreja minina —, es muy suave... — habló sin pensar.

— Chim...

A los segundos un fuerte ronroneo se escuchó, el menor estaba más que contento por las caricias. Tenía sus ojitos cerrados y la cabeza inclinada hacia un lado para restregarse contra la mano del mayor.

— Mrrrw...