El reloj de la computadora de Yoon Gi marcaba las 2:58pm, hasta el momento el menor se había portado mejor de lo que esperaba. Le entregó hacía un rato unas hojas y plumas para que dibujase.
— ¡Hyung, hyu, hyu! — habló con entusiasmo girándose hacia su mayor.
— ¿Hmm? — respondió sin despegar su vista de la pantalla.
— Hyuuuu~
— ¿Qué quieres?
— ...Hyu, hyu, hyu.
Bufó y volteó a verlo — ¿Qué?
Le mostró un lindo (para el menor) dibujo que había hecho.
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— Hyu — lo apuntó —, Chiiim — se apuntó.
— Ah..., okay, me da igual — volvió a su computadora.
Frunció el ceño ofendido, pues no quería ser ignorado — Hyyyyuuuuuuu.
— ¿Ahora qué?
Le extendió la hoja y las plumas.
— Hyu...ng, Chim —
Bufó — Necesito trabajar, niño...
— Chiiiiim...
Insistió un par de minutos más, logrando colmar la poca paciencia que el mayor tenía.
— Eres la cosa más molesta, dios...
Yoon Gi estaba más que cansado, sus ojos dolían y apenas eran las dos de la tarde. Ya había finalizado todo lo que le habían pedido, por fin tenía tiempo libre, se recargó en su silla y cerró los ojos.
— Hyuuuuung — se escuchó una pequeña vocecita a su lado izquierdo.
Bufó — ¿ahora qué? — preguntó sin abrir sus ojos.
— Hyu...
Sintió cómo lo picaba con la pluma y lo miró.
— Hyuuung...
— ¿Quieres que dibuje?
— ¡Chim!
— Ahg..., bien, ya qué.
— ¡J-jeo jeo! — trataba de decir el menor, refiriéndose a que quería que dibujase a su amigo híbrido.
— ¿Uhm?
— ¡Jeooo!
— Ah..., bien — dibujó de manera floja al mencionado —. Listo, adiós.
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