En el 1370 a. C. La actual princesa de la dinastía de Egipto, Nefertari traicionó a los autobots engañando a Optimus Prime con un falso amor para destruir a los autobots y a los Prime con ayuda de los Decepticons. Tras la misteriosa muerte de la pri...
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Hoy presentamos: "El robot homicida"
Narra __:
Conduje la bicicleta por varias calles hasta que me di cuanta que un policía me estaba siguiendo. Me frene en seco abajo de un puente donde está desierto. Mire al policía y me baje de la bicicleta. Sabía que algo andaba mal.
-¿pasa algo oficial?- pregunté confundida.
El oficial solo me miro fijamente y enarque una ceja. Algo andaba muy mal.
Me acerqué hacia la puerta de la patrulla, esta se abrió de la nada y me golpeó en el cuerpo haciendo que cayera al piso golpeándome en la cara. De pronto el automóvil comenzó a trasformarse en un robot gigantesco. Me quede sin habla y el miedo me paralizo. El robot se pudo encima mío y me apunto con un arma de metal que tenía en la mano.
-¡tú eres el usuario donjuán217!- me gritó este con poca paciencia.
Me quede paralizada en el piso. No sabía qué hacer.
-¡eres el usuario donjuan217!- volvió a gritarme.
-s-si...- respondí con miedo.
-¡donde están los anteojos! ¡Donde los ocultaste!
El robot me estrello en el piso con su arma, sabía que era hostil.
-¡no lose!- grite alterada.
El robot estaba apunto de aplastarme con su arma pero logré escaparme por un hueco y salí corriendo como alma que lleva el diablo. Mire detrás de mí y observe que el robot me venía persiguiendo. Este iba a ser mi fin. El robot estaba apunto de alcanzarme cuando choque con alguien provocando que me fuera al piso con el.
-¡¿qué demonios te pasa emo?!- me grito una voz enfurecida.
Me giré a ver a Jack Hederson que estaba debajo de mi.
-¡vete ahora! ¡Un robot gigantesco me está persiguiendo!
-¿qué?- me preguntó confundido.
Los dos nos giramos a mirar al robot que venía detrás de mi y el militar se quedó sin habla.
-¡tienes que irte! ¡vete ya!- le grite desesperada.
Este se quedó sin habla. Estaba apunto de meterle un golpe para que reaccionara cuando el camaro amarillo apareció a unos metros de nosotros atropellándonos por poco, los dos caímos al piso de nuevo y el camaro se puso enfrente de nosotros y abrió la puerta para que entremos. Mire el interior y algo en mí me hizo confiar en el.
