Los truenos salvajes de la tormenta entrante alumbran el cielo oscuro, dejando que nubes grises se dejen ver.
Las olas se estrechan en las rocas de la prisión. La espuma de mar salvaje y brumosa por la tormenta es visible desde la oscuridad mientras el vampiro dobla su abrigo en cuadro. Era atentamente observado por todos los prisioneros de la celda de pies a cabeza. Ven su barba, sus ojos rojos, sus gestos, sus modales y etiqueta. Su piel morena y tostada extrañamente, las cicatrices que ahora están presentes. Incluso cuando hace pequeños gestos como fruncir el ceño o tararear lo observan. Un tanto incomodo deja la ropa que mandan a los prisioneros a doblar para darles un pequeño trabajo, lo trataban como sirviente pero ahora recibía un mejor trato. A diferencia de algunos a su alrededor.
Cuando lo mandaban a tallar piedras por igual lo espiaban, vampiros, hombres bestia, brujos y humanos, ahora todos los prisioneros no pasan oportunidad de verlo. De ver con sus propios ojos al vampiro que durante seis años mantuvo "secuestrado, amarrado y engatusado" al hijo del Zar Alejandro Primero.
En cierto modo conocido por tener unas "Pelotas enormes". ¿Qué vampiro desconocido se atrevería a semejante estupidez? Ninguno, ninguno cuerdo realmente.
Benet no decía una sola palabra a menos que le hablaran directamente. Le observan, cabal y serio. Simplemente no saben quién demonios era, no le conocen.
Nuestro buen vampiro se estaba topando nuevamente a una encrucijada social que hace años no quería enfrentar. El análisis de los vampiros a su alrededor. Incluso cuando estaba con Nicolau evitaba entablar alguna mirada con otros vampiros que no conociera, por igual a las bestias, brujos u otros seres nocturnos. Porque se tiene que enfrentar al juicio silencioso que sufren todos los vampiros. No era un juicio disimulado, eran como una maldita plaga, sin descaro lo miran, incluso lo espían estando al pie de él.
Porque puedes ser un vampiro y seguir siendo un don nadie.
Atentamente estudian los modismos de Benet, los vampiros más astutos encerrados en la prisión pudieron descifrar con tan solo los gestos y modismos de Benet que podían ser de un italiano, árabe o español. Incluso lo miran dormir, estos gestos aparte de hacerlo sentir incomodo le hacen reír por semejante análisis a su persona.
El pirata humano Johann Gorkis, un hombre de coleta roja, ojos zafiros y piel blanquecina. Se volvió su fiel confidente. Amablemente le habla y mantiene conversaciones largas. En cuanto al otro vampiro que también le habla, es el vampiro Rogue. Quien a diferencia de Benet no está dispuesto a cooperar en nada para reducir su condena.
Cuando esa noche las olas azotaban las rocas, Benet no puede evitar pensar en Nicolau cuando mira debes en cuando las olas del mar. Recuerda sus acuosos ojos. La luna le recuerda sus cabellos blancos y su piel hermosa llena de músculos. Lo que más recuerda y la principal razón de su tristeza, es por no saber la respuesta final ante su propuesta de matrimonio.
D'La Rosa quiere pensar que la respuesta era un sí, antes de la llegada del bastardo que le quito todo lo que le costó construir al lado de su amado Nicolau. Su paz, su tranquilidad, su cordura por igual.
En silencio Benet acaricia su bolsillo delantero en su gabardina, donde tenía todavía los restos de su preciado collar. Mientras había sido herido y torturado brutalmente por los hombres lobo del Zar, tentando la tierra encontró los restos de su collar. De su preciado collar de rubíes, esmeraldas y bañado en oro. Eso restos de collar son todo lo que tiene. Todo lo que le queda. Nadie los ha visto además de Johann a quien le brillaron los ojos al ver las joyas de la realeza rusa que posee el vampiro. Pero Benet le dejo muy en claro que le agrada, y porque el pirata le agrada es que le advirtió que si se atreve a robarle los restos del collar le romperá la mandíbula y que no será nada piadoso. Y solo porque le agrada le pidió que respete esa memoria. Johann no le hizo caso a Benet porque lo amenazara, sino porque se lo pidió. El pirata será gruñón pero por lo menos no quiere perderse la amistad del vampiro. Por lo menos es más amigable que Rogue.
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"El Amante Del Zar" (Saga "Almas Gemelas" Libro 1)
VampireEl corazón late potente aquella noche de invierno, las copas con el vino rojo están goteando en la cama de seda y los gemidos de dos voces resuenan en la soledad del lugar, sensual, excitante, anhelante de placer no importan las horas que pasen. Hay...