Capítulo 9: Y mío serás siempre.

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Bajo las luces del candelabro, a la luz de la luna menguante, dos amantes pasados se han de volver a desear.

Sujeto sus muñecas contra el piso, levanto su cadera para brindarle mayor vigor, desbordando placer a partes intensamente iguales, nervioso, Nicolau temblaba mientras le daba besos suaves en el cuello. No era la primera vez que dominaba a un hombre sexualmente. Pero, bueno recordaba como Benet era quien le hacía suyo con gentilidad y amor.

Amor, amor serán sus caricias y dolores, sus pecados sin convicciones.

Debajo su piel desnuda, esta su amado, su tan anhelado rencuentro. Cariñosamente, el moreno le toma por su mentón partido, considerándolo otro invitado de la fiesta que le honra con dulce néctar de bendiciones. Nicolau perdió noción del tiempo cuando le comenzó a besar, dejándose llevar por aquellos belfos, grieta en su memoria que desea saltar, brincar de dicha, alegría como ninguna mientras en sus brazos, Benet se quita la bata roja, por propia voluntad, se sujeta a los hombros albinos; con su mano toma la polla erecta, palpitante y venosa, conduciéndola con gentileza sobre su entrada, entra la cabecilla y hecha su nuca para atrás, cierra los ojos y suelta un gélido suspiro de placer. Nicolau, vacilante comienza las embestidas, besando sus labios, sus cejas, la nariz que le hace cosquillas a Benet.

Separo sus bien torneadas y musculosas piernas lo mejor que pudo. Colocándolas en sus hombros para mayor profundidad, Nicolau nervioso, sonrojado y ahora desgraciado no habiendo dándole ni dos embestidas se encontraba a punto de terminar adentro del moreno. Apenado se detiene de las embestidas.

Maldita sea, ni siquiera lo embistió tanto y ya quería correrse. Su bochorno aumentó cuando Benet se dio cuenta. Y sin descaro ni vergüenza, en lugar de reñirle por algo, Benet acelero a ritmo sus caderas, haciendo que Nicolau soltara un sonoro gemido, tomándolo por sorpresa, con sus largos colmillos acaricia el cuello albino de ese hombre que se mueve encima suyo. Lo muerde, bebiendo de la sangre pútrida de caníbal que corre por sus venas.

Aferrándose a uñas de su piel Nicolau inunda con su preciado y vigoroso semen al prometido de otro hombre. Se sentía sucio, un destructor de matrimonios y a la vez, tan dichoso, un débil de voluntad que se deja rendir por la carne. Se dejó caer, pero no deseando quedarse atrás, la boca del albino comienza a descender bajo los abdominales remarcados del príncipe moreno. Metiéndose a la boca la larga polla erecta de Benet.

Brindándole una dulce y deliciosa mamada, avivando con su cabeza movimientos placidos, su lengua sin vergüenza le succiona y le chupa. Era notorio que Nicolau vaya que se divirtió con otros hombres ante semejante talento para apresurar sus movimientos. Momentos bastaron para que Benet le sujetara la cabeza jadeante, le jala de los mechones blancos, como finos hilos de plata enredándose entre sus dedos. Deja salir su orgasmo; con ello su dulce néctar queda resbalándose en las comisuras labiales del Zar aguazul.

Sobre los pliegues arrugados de aquella alfombra roja yacen dos príncipes que se pertenecen mutuamente durante ese breve momento al que llamamos lujuria, desbordándose entre deseos y pasión. En las sombras de la habitación, el Átaman carga la espada, por si algo sale mal, al igual que los lobos alrededor que disfrazaron su aroma con perfume para salir despistados.

¿Cuánto tiempo había pasado que no sentía tremenda dicha en su piel?

Con las fuertes y recias manos enguantadas de negro, Benet le da los últimos besos después de quedar sumiso a las embestidas del Zar. Colocándose el velo negro nuevamente, si bien ha disfrutado del momento, tenía que dejarse tocar por muchos más aquella noche, no debía guardarse para uno solo.

Cuando se dispone a levantarse, dejando se contemplara toda su desnudes en plenitud; marchándose por la puerta, su indeseado invitado con rapidez se levanta para detenerle, chocando sus manos en la manija de la puerta.

"El Amante Del Zar" (Saga "Almas Gemelas" Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora