When it rains. (Camren)

#035. No lo esperaba

Venia Vop:

En estos días que he estado en Liverpool me he sentido más tranquila. Zedd, quien decidió ayudarme siempre ha estado al pendiente de mí. Me ha dado un hogar, cobijo y comida. Él es un chico grandioso, sin duda. No sé donde estaría ahora si nunca hubiera aparecido en mi camino.

— Hola —Zedd se encontraba pasando la puerta de su casa. Le sonreí y me paré del sofá donde anteriormente estaba sentada para abrazarlo.

— Hola Venia —sonrió— te traje algo —su mirada bajó a las dos grandes bolsas que tenía en sus manos, las acomodó en la mesa de la cocina y sacó todo lo que había ahí— sé que las chicas necesitan, ya sabes, cosas especiales y te compré todo esto.

Centré mi mirada en todo lo que había traido para mí, cepillo para mi cabello, jabon, shampoo y hasta toallas sanitarias. Lo raro de esto es que hace algunos meses no me viene. me ruboricé al instante cuando los ví.

— Muchas gracias —fue todo lo que pude decir. Me incomodaba que Zedd gastara su dinero en mí y él lo sabía. Rápidamente tomó mis manos y me dió una debil sonrisa.

— No me gustaría que trabajes en ese club, Venia. No es necesario.

 Yo ahora mismo conseguí trabajo como mesera en un club nocturno. Zedd me dijo que no era necesario que trabajara porque él quiere que me cuide de Mark. Sí, le conté todo y ahora me protege demasiado. Tambien sabe de Lauren, la extraño muchísimo y la necesito. Quiero juntar el dinero suficiente para ir a USA a quedarme con ella, a decirle como fue que todo pasó exactamente. Se ha de estar muriendo sin saber alguna noticia de mí.

— Lo debo hacer —murmuré— quiero ser independiente de mí misma, quiero ayudarte tan siquiera en pagar algún recibo —me miraba con los ojos bien abiertos— no quiero estar aquí sin hacer nada mientras tú te la pasas trabajando.

— Limpias la casa y cocinas, eso es algo —su voz era tranquila y suave.

No me explicaba como este gran chico era tan bueno conmigo. Sonreí y lo abracé.

— Todo estará bien, te lo prometo —dejé un beso en su mejilla y me alejé para guardar mis cosas.

(...)

Ya eran las 10 de la noche y había mucha gente en el club. Me puse el uniforme y empecé a atender a los clientes. No tenía ninguna experiencia en esto, pero aun así me contrataron gracias a Zedd que conoce al dueño de este club.

 
Conforme pasó la noche todo fue bien, excepto por algunos que estaban ebrios y se querían propasar conmigo o con las demás meseras.

Llegó el momento de mi descanzo y me dirigí al pequeño cuarto de empleados que se situaba cerca de la puerta trasera del club. No me quise quitar mi uniforme porque sabía que no duraría mucho mi pequeño receso. Me recosté en la pequeña cama, pensando en... nada, solamente cerrando los ojos y tratando de dejar el pasado en el pasado.

Mi estomago rugía, llevé mis manos ahí y me levanté. Busqué en mi bolsa el pollo rostizado que Zedd insistió en que trajera. Lo encontré, lo saqué de la pequeña bolsa que lo cubría y comencé a comerla. Al principio el sabor era magnífico, pero despues me dió muchísimo asco, como si estuviera comiendo algo rancio.

Puse la palma de mi mano en mi boca, tratando de que no saliera nada aún. Llegé al baño de ese pequeño cuarto y cuando estuve cerca de la taza aventé todo. Me incliné y sentí que toda la fuerza de mi cuerpo se iba. Me marée por algunos segundos y poco tempo después volví a lo mismo.

— iOh dios mío! —escuché una voz áspera y fuerte detrás de mí, era fácil para mi saber quién era— Estás bien? —se acercó a mí y me levantó.