Seria hoy, hoy mismo, mi madre y mi hermana debían saber que estaba embarazada.
Lo reflexione toda la noche, y no debía ocultar algo así.
—¿No piensas comer nada?—dijo dejando caer su tenedor sobre el plato.
—No quiero— dijo con miedo. Las manos me sudaban, ¿cómo iniciaría?
—Aranza, llevarás a la tonta de tu hermana al colegio — dijo regresando su vista al teléfono móvil.
—No, yo me iré sola—dije.
—Bien, porque tengo cosas que hacer babosa.
—Quiero decirles algo.—mencioné con firmeza.
—¿Qué?—respondió mi madre con pereza.
—Estoy embarazada — dije y ambas me miraron con sorpresa.
—¿Qué fue lo que dijiste? — replicó mi madre.
—Estoy esperando un bebé.
—¡Mira nada más! —dijo en burla mi hermana—La zorrita quedó preñada—rió.
—No soy una zorra.
—Dime, ¿fue él?— me miró mi mamá.
—Obvio, no soy una cualquiera como tú hija.
—El sobrenombre es para ti querida, ahora todos sabrán esto.
—Al menos conseguiste un hombre rico, nos sacará de esta miseria.
—¿Vas a tenerlo?
—Claro que si, no voy a matarlo—dije con lágrimas en los ojos.
—Espero y ese niño, sea como el vil demonio, olvidate que tienes una madre. No te quiero ver más aquí.—dijo con enojo mi madre, al parecer, eso era que ya no viviría más aquí.
—¿Quieres que me vaya?— dije con la voz quebrada, me dolía que ella me echará de ahí.
—¿Crees que voy a querer a una niña con un escuincle aquí? —dijo irritada. — No voy a mantenerte.
—No creí que fueras así— Dije limpiando mis lágrimas.
—No llores muñeca, sabes que odio que llores como estúpida —me dió una cachetada.
—Te odio.
—¡Cállate!— me volvió a pegar.
Salí con mi mochila en la espalda, caminando sola. Limpiando mis ojos de las lágrimas que nublaban mi vista. Me sentía tan triste, mi propia madre me odiaba.
—Maldita la hora en que me acosté contigo — dije entre susurros.
Cuando estuve enfrente al portón, limpie mi nariz y me dirigí a mi casillero.
Acomodé mi maquillaje, mis ojos podían ser evidencia de que había llorado, y las pequeñas manchas rojas en mi pómulo y en el labio, darían señal de que algo me había pasado, una pelea. Lo más seguro. Yo era la clase de chica que acostumbraba a responder. Joel dice que era demasiado tierna, pero muchas veces estuve en detención por la culpa de Alexia. La zorra que andaba tras mi novio. Entonces no era raro si me veían con golpes. Me molestaba y mi furia la desataba golpeándola.—_____.—dijo la voz de mi novio.
—Hola—Hice una mueca.
—¿Qué pasó?—pregunto al ver mi cara.
—Tu "suegra" —hice comilla con mis dedos– lo hizo, ya lo sabe. —agacho la cabeza.
—¿Te golpeó por lo... Del bebé? —susurro lo último.
—Eso, me insultó y...— la voz se me cortó — me corrió de la casa.
—No pasa nada—me abrazó — Tranquila, vendrás conmigo—besó mi nariz.
—Joel, ella me odia, no quiere saber nada de mi, me duele enserio—lloré.
—No llores más, puedes hacerle daño al bebé.
—Estoy triste, mi madre no me quiere — murmure.
—Sh... Vamos, tenemos que curar eso.
Tomo mi mano y nos dirigimos a la enfermería.
—Deberías dejar el equipo de porristas—dijo cuando terminó.
—¿Tú lo crees?— dije con molestia en mi voz, la cabeza me dolía y me sentía mareada.
—Será riesgoso, para ti, para él—puso su mano en mi vientre plano.
—Tienes razón —suspire.
—Hoy iremos al médico, hice una cita en la mañana.
—¿Para qué?
—Debe ver cómo va, como está creciendo —sonrió.
—Bien—suspire y tome su cara, para darle un beso.
Voten muchísimo.
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padres primerizos -Joel Pimentel
FanfictionLa noticia de la llegada de un nuevo ser, afecta a cualquiera, de emoción y de frustración. ¿Quién a sus 17 años puede tener una bebé? Ese resultado cambiaría mi vida drásticamente, cuidar de un embarazo, y del pequeño que nacerá, sin el apoyo de un...