capítulo cincuenta.

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Joel.

—En verdad parezco fábrica de bebés Joel.—dijo ____ saliéndose del baño.

—Aún no sabemos si estás.

—¿No es obvio Joel? Los síntomas son los mismos.

—Las náuseas.

—No tengo ni treinta años y ya tendré dos hijos, Dylan apenas si cumplirá los tres años y...

—Vamos al médico, tal vez y sea una infección.

Últimamente ___ no ha estado muy bien de salud, tiene náuseas y mareos y me preocupaba.

—Tengo un retraso, no entiendo cómo quieres que vayamos a un doctor — se quejó .

—si estás o no, de igual forma iremos.—la tome del brazo y lleve al auto.

[...]

—Efectivamente ____, estás embarazada— afirmó el médico.

Casi se me salen las lágrimas tendremos un segundo hijo.

—¿Conforme?— dijo mirándome.

—¿Cuánto tiene?— pregunte.

—Aproximadamente cuatro semanas, un mes. Y vaya va de maravilla.

____ sonrió, estaba algo eternecida por esto, un segundo embarazo ya no tendría miedo.

—Seremos de nueva cuenta papás — la abrace.

—Hijos fuera del matrimonio— sonrió.

—Quisiste esperar para casarnos.

—Y tendremos que hacerlo después de esto.

—Podríamos casarnos antes.

—Prefiero que sea después de esto, mi amor. Cuando recuperé mi figura.

—Excelente idea.

La cuenta de que seríamos papás por segunda vez, aún no me caía. Pero era un bebé muy buscado, en todo este tiempo, estuvimos planeando la idea de darle un hermano a Dylan.

______.

Estaba embarazada, otra vez.

—Felicidades.— dijo Fer.

—Gracias.— sonreí cortarmente, aún no me hacía la idea de que sería mamá de nuevo, tenía algo de miedo, pero sabía que este segundo bebé sería una bendición para mí.

—¿Qué crees que sea?— dijo Joel mirándose al espejo.

—Niña, supongo.— sonreí.

—Mi mamá vendrá a verte, le pedí que te ayudará con Dylan.

—Joel solo tengo dos meses de embarazo, no va a pasarme nada.

—Son los meses dónde hay más riesgo. — me miró.

—Estaré bien, dylan no están inquieto.— acomode su saco.

—De igual forma, mi mamá vendrá.— me dió un beso rápido y salió de la casa con destino a su trabajo.

No correría peligro estando con Dylan en casa.

—Dylan, no puedes dejar estos juguetes aquí.— dije al levantar estos muñecos.

—Mamá.— corrió por el pasillo, aún era algo torpe para caminar.

—Dylan.— lo seguí, me daba miedo que llegara al borde y se cayera.— tú abuela llegará pronto.

Bajo las escaleras rápidamente, intente tomar su mano pero un paso mal y tropecé, caí por las escaleras, digamos los pocos escalones.

Sentí un dolor agudo en mi vientre y mi vista se nublo, escuché el llamado de mi hijo, y no supe más.

[...]

Desperté en medio de una habitación del hospital, mi brazo lleno de jeringas. Ví hacia el cristal y estaba Joel hablando con el médico ¿Habría perdido mi bebé?

Entro lentamente pensando que estaba dormida.

—Joel...

—____, ¿Cómo te sientes?— tomo mi mano entre las suyas .

—Joel, mi bebé

—Calma, él... Está a salvó.— tocó ligeramente mi vientre.

—¿Enserio?

—la caída no fue tan fuerte, tuviste un sagrado leve y lograron detener la hemorragia, gracias al llanto de Dylan mi mamá llegó — sonrió.

—Soy tan torpe.

—No mi amor, fue un accidente—beso mi mano.— Me alegra que estés bien, que los dos estén bien.— sonrió y beso mi frente.

—Te amo Joel.—tome su rostro y lo bese.

—Te amo más ____, no me imagino una vida sin ti— me beso tiernamente en los labios.

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padres primerizos -Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora