capítulo cuarenta y seis.

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Dylan 6 meses.

Me sorprendía el crecimiento de Dylan en todo este tiempo, sus logros me tenían encantada, a veces frustrada. En poco tiempo, logro detenerse solo en la silla alta. Era fácil darle de comer.

—Quisiera ver a mi mamá.— dije mientras ponía el babero en el cuello de mi bebé.

—¿Vas a ir?— me miró.

—Quiero.

—¿No quieres que vaya contigo?

—Quisiera estar a solas con ella, Joel.

—Dylan no podrá quedarse solo.

—Te tiene a ti.— bese su cuello y comencé a hablar como estúpida. Lo hacía siempre que debía darle de comer, eso lo había dicho el pediatra.
Me daba algo de miedo que se pusiera más gordo, Joel lo llenaba de golosinas y él gustoso las aceptaba.

—Papi se encargará de ti.— le dije mientras le cambiaba de pañal, me miraba con asombro y vaya debo decir que esos ojos eran idénticos a los de su padre.

Me sonreía y balbuceaba unas cosas, mientras en sus manos estaban un par de calcetines. Absurdo, pero así lograba que estuviera quieto.

—No podré solo.— dijo al tomar al bebé.

—Joel, no da molestias alguna, es tranquilo.

Sin más, me marché al cementerio. Quería visitar a mi madre y a mi hermana, tenía tiempo que no venía.

Narra Joel.

Cuidar de Dylan no sería tan difícil, había aprendido a cambiarle los pañales y a prepararle los biberones sin duda alguna esto será sencillo.

Llame a mis amigos, quería compañía y en sábado esto sería perfecto.

—Esta enorme.—Dijo Christopher, quién no dejaba de ver a mi hijo. Raro quién no estuviera tan quieto, sus ojos veían a todos lados, y ese chupón se movía con ritmo sobre su boca.

—¿Y ____?— preguntó Richard.

—Fue a visitar a su madre.—me tire sobre el sofá.

Justo cuando estaba más relajado, el fastidioso llanto de Dylan se escuchó.

—¿Tienes miedo?—dijo con miedo Erick, varios minutos habían pasado, y Dylan no dejaba de llorar.

Preparé un biberón y no. Revisamos su pañal y nada, me asustaba que algo malo le ocurriera.

Necesitaba tanto que ___ estuviera aquí, ella conocía perfectamente bien lo que le sucedía a su hijo, solo ella sabía porque lloraba.

—me estoy desesperando.— dijo zabdiel tapándose los oídos.

A decir verdad, me molestaba el llanto, y no aguantaría mucho.

—¿Y si le duele algo?

—Tal vez.— dije mirando al bebé quién ahora había dejado de llorar, para quejarse con las manos en su boca.

Buscando algún antibiótico, revisando su temperatura, la casa estaba hecha un desastre. ____ me mataría al ver esto.

—No creo que tenga fiebre— dije al ver el termómetro.

—¿Entonces?— dijo Christopher quién sujetaba al niño.

—Quiza sea indigestión.— murmuró Richard.

—Ni si quiera ha comido.— me queje al ver a Dylan, estaba molesto, sus mejillas rojas y su mirada de frustración a todos.

—Necesitamos ayuda.—dijo Erick.

Claro, yo solo no podía hacerme cargo de un bebé de 6 meses, era tonto, pero ni sabía cuidarme yo solo.

Les haré un maratón de 5 capítulos
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padres primerizos -Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora