capítulo cinco.

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—¿Segura que no está?—habló cuando abrí la puerta.

—Eso creó, al menos mi hermana solo estará—dije.

La casa estaba como siempre, mi mamá no estaba y solo de escuchaba la música del cuarto de mi hermana Aranza.

—iré rápido— asintió.

Sin hacer ruido metí mi ropa dentro de mis maletas, guarde todo.

—No debes cargar eso—dijo mi novio al verme bajar las escaleras.

—me cuidas mucho— sonreí.

—Es mi deber— me ayudó.

Justo cuando nos íbamos, mi hermana apareció semi desnuda, aunque ella no lo afirmara, sentía que le gustaba Joel, siempre buscaba la forma de acercase y está no sería la excepción.

—¿A dónde vas?— pregunto con un tono de voz molesto.

—¿No es obvio?, Tu madre me echó de la casa —la miré.

—Mmmh...¿Y vivirás con el?— se acercó de forma coqueta, perra, pensé.

—Es mi novio— lo tome de la mano. Me miró suplicando que nos fuéramos, él le temia  a mi madre y mi hermana era muy molesta.

—¿Con él te revolcaste?

—No te interesa.

—como dijo mamá, al menos amarraste algo bueno.

—vámonos —habló Joel  tomo mís maletas y salimos.

—la odio— masculle.

—tranquila— me abrazó.

—es que...agh— apreté los puños.

—no más, debes cuidarte— tomo mi cara entre sus manos, al menos tenía su apoyo, tanto me haría el apoyo de mi madre.

—lo siento—hice un puchero.

Después de darnos unos besos, fuimos a su casa. Patricia me obligó a dormir con Joel. Él debía atenderme.

—debemos ir al médico- dijo él.

— me da miedo.

—¿Por qué? —se acercó para abrazarme.

—No se, quizá pueda decirme algo sobre mi embarazo.

—Todo estará bien _____.

El insistió en que no me preocupara, que eso me llenaría de tensión y podría hacerme daño estando embarazada.

—recuestate— señalo la camilla.

Con temor subí, Joel no se despegó de mi, era algo que me gustaba de él.

El médico confirmó mi embarazo, tenía exactamente dos semanas de gestación.

—Todo en orden, su bebé crece como debe ser.— sonrió.

Por dentro sentí alegría, el nuevo integrante de la familia venía con perfecta salud, sería mamá, por primera vez.

—¿Ella está bien?— me miró.

—Tanto ella como el bebé están bien, no tienen porque preocuparse, solo los peligros que existen, eres muy joven, y necesitas cuidarte, de no hacer esfuerzos, cargar cosas pesadas y comer sanamente, eso ayudara al desarrollo del embrión.

—entiendo—suspire tomando con fuerza la mano de mi novio.

—segura que te has dado cuenta de varios cambios, tu alimentación, el incremento de peso y la irritabilidad.

—¿Es malo?

—para nada, son cambios hormonales, los sufrirás durante todo el embarazo, tranquila, solo relájate y listo.

Aunque tuviera miedo, debía aceptar esto, esperaba un bebé y debía cuidar todo de mi si quería que él creciera sanamente.

padres primerizos -Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora