—Mi bebé quiere comer.— dije con una voz estúpida.
—¿Me darás a probar a mi?— rió.
—No necesitas nada de eso Joel.— apreté los labios y levanté mi blusa.
—Mi mamá quiere que vayamos a casa, para ver a Dylan.
—Irás a conocer a tus abuelo, bebé.
—Sería buena idea mandarlo a su recámara. — se acercó a mí.
—¿Por?
—Debe darnos nuestro espació.
—Estás loco, aún no podemos.
—Un buen faje no estaría mal, ____— se mordió el labio.
—Es absurdo.—puse a mi bebé sobre la cama para cambiar su pañal.
—Faltan cosas en la casa, como sus juguetes.
—Terminaremos peleando, no tienes buen gusto.— lo mire rápido.
—La ropa le quedó excelente. No me digas que se le ve mal.— tomé a Dylan en brazos para ayudar a que se durmiera.
—Lo bueno es que, crece y me deshare de todo.— rió.
<...>
—Hace frío. ¿Por que no llevas un suéter? — me guío hasta el auto con Dylan en brazos.
—Estamos en verano, Joel.
—Y ¿él?— descubrió un poco la manta azul.
—Está bien así.
—¿Llevas todo?— me ayudó a poner el cinturón de seguridad.
—Lo suficiente como para unas horas en casa de tu madre.
soltó aire y condujo.
—Compraremos, una silla alta y una carriola.— avisó.
—No es necesario. Gastarás dinero en algo que aún usará.
—Yo quiero comprarlo, le falta. No lo tendrás en brazos todo el tiempo. Debe estar solo.
—Es lindo tenerlo en brazos.
—Muy lindo, cielo pero ... Ambos necesitamos privacidad, ¿Lo has pensado?—murmuró.
—¿De nuevo?
—En todo este tiempo no ha dejado acercarme a ti.
—¿Celoso?— lo miré y rió.
—Se roba tu atención, y no deja que tengamos un rato juntos, ya sabes...
—Eso será después Joel, lo prometo.
Sonrió tiernamente, esas mejillas estaban rosadas, y se miraba tierno.
Besó mi mano y siguió el camino hacia la casa de sus padres.
—Estamos aquí. — habló dejando que pasará a la casa con Dylan en brazos.
—Me alegra que estén aquí. — sonrió Patricia. — ¿cómo está esta cosita?
Descubrí al bebé, dormía tranquilo en mis brazos. Era tan lindo mi hijo.
—Bien mamá, estoy muy bien.— se quejó Joel.
—Sabía que los niños se ponían celosos, pero no que el padre se ponga celoso de su propio hijo.
—Eso mismo, pensé yo.
—Basta de decir eso, mejor... ¿Dónde está Fernanda? —me guío al sofá.
—Tu padre ira por ella en unos minutos — salió del living y fue a la cocina.
—¿A dónde fue?
—Calma Joel, tu hermana es mayor de edad y sabe lo que hace —Respondió su papá, quien llegaba hasta a mi para cargar a Dylan.
—¿La dejaron ir sola?
—Joel, no empieces.— farfulló su madre y no le quedó de otra que cerrar la boca.
—Esta precioso. — susurro el Papá de Joel.
Después de alabar al bebé, lo lleve juntó con Joel a la recámara, así para poder disfrutar de la cena.
—no quiero que se quede solo.
—Solo será por unos momentos Joel, vendré por él. — tome su mano y bajamos a la mesa.
<...>
—¿Dónde estabas?— pregunto de repente Joel a Fernanda. No respondió.
—No te importa hermano.— dijo tímidamente.
—Oh claro que me importa, eres mi hermana y no quiero que hagas estupideces.
—Calmados, ¿podemos cenar tranquilos?—dijo la mamá de Joel.
—Era una cena tranquila, hasta que tu hijo reclamo. — se quejó Joel.
—No me imagine que siendo adolescentes, tendrían más problemas que cuando eran niños.— musitó su madre.
—Ya no somos unos niños, madre.— reclamó Joel.
—Y por ende, sabes que es eso es de niños es lo que debes tener en claro.— aclaro su padre. Joel apreto las quijadas.
Odiaba que esto pasará, que Joel y su padre discutierán por cosas insignificantes, para mi lo era. Pero esto no era así para ellos.
—Lo tengo en claro, ¿no crees que lo cumplo?— espeto Joel.
—Eso veremos, Joel. — lo miro amenazante.
—Deberías llevar esto con ese...— puso Joel sobre la mesa un paquete plateado.
—¿Piensas eso de mi?— se ofendió fer.
—Tal vez.
—Eres un imbécil. Tendremos la misma sangre, pero créeme que no seré así como tú. ¡claro! El hombrecito de la casa ya es experto. ¡Mira lo que pasó con tu vida!—grito.—¡Tienes un hijo, Joel! Al menos yo sabré cuando querré tener uno.— se levantó furiosa, dejándome asustada.
—¡No piensas como la adulta que eres!—gritó Joel detrás de ella.
Patricia rodó los ojos y recorrió su plato.
—Así es siempre, ahora más —dijo ella.
—Me doy cuenta. —dije con una mini sonrisa.
—Lo mejor es que se vayan. Después hablaran de esto ellos dos.
Asentí y fui por Dylan a la recámara. Joel estaba serio, y era un completo estúpido al reclamar a su hermana una idiotez que él hizo mucho antes que ella.
—Iré a verlos.— me abrazo Patricia.
—Gracias.
Eran terribles las peleas entre ellos, y más porque en parte estaba involucrada.
Voten y comenten.
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padres primerizos -Joel Pimentel
FanfictionLa noticia de la llegada de un nuevo ser, afecta a cualquiera, de emoción y de frustración. ¿Quién a sus 17 años puede tener una bebé? Ese resultado cambiaría mi vida drásticamente, cuidar de un embarazo, y del pequeño que nacerá, sin el apoyo de un...