capítulo veintiséis.

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Una mañana tranquila, disfrutaba  de un plato con fruta, estaba sola en la mesa, Joel seguía arriba, los demás suponía que habían salido temprano.
Esperaba con ansias que me dijeran lo que pasaba con mi familia.

—Me ganaste.— sonrió Joel.

—Tenía hambre.— lo mire.

—Me imagino.— besó mi frente y se sentó a mi lado.

Parecía tranquilo y mucho, no mostraba nada de interés en mi, en lo de ayer.

—¿Me dirán lo que tanto ocultan?— dije cuando estuvieron los cuatro.

—____, es...— dijo Patricia, me tomo de la mano.

—Tu madre está desaparecida.

Me quedé paralizada, no podía creerlo, mi mamá desaparecida.

—¿Cómo?— dije con miedo.

—No sabemos porque, solo la versión de Aranza, ese tipo. Arturo su pareja, dijo que discutieron y no sabe dónde está.

—Mi mamá desaparecida y ¿Aranza? —me desespere.

—Calma, ____. Te hará mal si continúas exaltandote —dijo Fernanda.

—Supimos de ella hace unos días, la policía a ido a buscarla a tu casa y nada, creemos que...

—¿Podría estar muerta?— solloce.

—Tal vez.—musito.

Rompí en llanto, ¿Qué sería de mi vida ahora sin ellas? Mi madre desaparecida, Aranza tal vez muerta, ambas. Y ¿Yo? Embarazada y con un futuro truncado.

Joel.

—_____, tranquila, aún no sabemos con exactitud lo que pasa con ellas.— dijo mi padre y ella se angustio más. Entendía ahora lo de 'relajate', había sido mala idea decirle esto así.

—Debo ir a...— se agitó, estaba nerviosa.

—____ .— la detuve.

—¡Joel, Es mi familia!— grito y lo que me angustiaba pasó, se desmayó. La tomé en brazos y la llevamos al sofá. Los gritos de Fernanda y mi madre no ayudaban mucho.

—Llamare al doctor— dijo mi hermana.

—Fue mala idea.— dijo mi madre.

—Mamá, y ¿Le pasó algo al bebé?— mascullé. No dejaba de ver a mi novia.

—Estara bien amor.— me miró.

El médico llegó minutos después de la llamada, revisó a ____, por suerte no pasó a más. Solo un desmayo y la presión.

—Que descanse, le hará bien dormir.— dijo el doctor.

—Joel, mi bebé...—habló débil.

—Esta bien.— toque su vientre, era más grande.

—Me da miedo.

—¿Por qué?

—Mi mamá y mi hermana, ¿Si están muertas?

—No pienses así. No te preocupes por esto, cuando estés más calmada, hablaremos.— sonrió.

—Si les pasó algo. Me quede sola.—susurro.

—Me tiene a mi, a nuestro pequeño.

—¿Nunca me dejaras?— me miró, sus ojos cristalizados me dieron algo de ternura, mi corazón dio un vuelco.
Sus palabras me conmovieron, ¿Cómo dejarla?, Es el amor de mi vida.

—Nunca ____, te amo.— tomé su cara y le di un beso rápido.

—También te amo.— me abrazó.

Tuve tiempo así es que les quise subir dos capítulos, voten mucho, las quiero mucho.

padres primerizos -Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora